Neuquina recorrerá el mundo con el ballet de Bocca 27-12-03

La bailarina Verónica Arévalo es una talentosa joven centenariense que desde enero se unirá a la compañía

NEUQUEN (AN).- Se introduce en el túnel del tiempo, retrocede alrededor de dos décadas y recuerda cuando su padre le decía al oído: «Pensar que en unos años mi chiquita va a bailar con Julio Bocca». Lo que parecía ser apenas una muestra de apoyo y de amor paterno, hoy se transformó en realidad. Desde enero Verónica Arévalo se incorporará a la companía de ballet del mejor bailarín que dio la Argentina, y se sumergirá en una intensa gira que tocará países como España, Italia, Estados Unidos y Costa Rica.

La neuquina aún no lo cree. Dice que vive «un sueño increíble, fascinante» y que su incorporación al magnífico Ballet Argentino de Julio Bocca se dio en un momento de su vida que «no lo esperaba». Ayer mantuvo una entrevista con «Río Negro» junto a su madre Norma, su hermana Graciela y su abuelita, «la Nona».

Desde que llegó el miercóles a Centenario -donde reside actualmente su núcleo familiar- no deja de recibir muestras de cariño. Ese día el intendente Adrián Cerda le comunicó que había sido declarada ciudadana ilustre de la vecina localidad. Trámite que «me llenó de orgullo», aclara.

Verónica es una joven de 29 años que parece tener menos de 20. Simpática y menudita, agradable y desprejuiciada, hizo del trabajo y el esfuerzo dos de sus valores existenciales. Cuenta que sus primeros pasos como bailarina comenzó a darlos apenas a los 7 años en una «escuelita de danza de Centenario». Con el correr de los años sus padres se dieron cuenta que ella vivía desprendiendo sensibles pasos de baile clásico.

Así, ingresó al IUPA y se recibió de «profesora nacional». Pero el punto de inflexión se produjo hace unos tres años atrás, cuando viajó a Córdoba para someterse a una intensa audición con la idea de ser elegida para integrar el staff estable del teatro Libertador General San Martín.

«Gracias a Dios se me dieron las cosas, quedé seleccionada en este ballet y mi trabajo comenzó a ser valorado y reconocido».

Hoy se podría decir que el coreógrafo Alejandro Cervera es su padre artístico. Fue quien le habló a Bocca del talento de la neuquina. «El primer contacto con Julio lo tuve en septiembre de este año, cuando me invitó a participar de una clase con su compañía».

Extrañamente las cosas se enfriaron más tarde. Sucedió que la oferta posterior fue que Verónica se presentara a una nueva audición, cosa que se negó a realizar. Claro que un par de días después la casilla de mensajes de su teléfono celular estaba abarrotada.

«El mánager de Julio quería saber si tenía documentación para viajar al exterior», recuerda con una sonrisa surcándole el rostro.

Y el sueño terminó de delinearse a fines del mes pasado, cuando una nueva comunicación aseguraba su ingreso al ballet Argentino. «La verdad es que no me quería ilusionar. Por eso no lo comenté con nadie, sólo con mi mamá. Cuando me informaron que ya era parte de la compañía, no podía dejar de saltar y gritar de la alegría», manifiesta.

Este mes estuvo en Buenos Aires trabajando durante tres días con el prestigioso bailarín, quien la contrató por un año para realizar una intensa gira por el país y el exterior.

«La sencillez con la que me trató Julio fue increíble. Me dijo que le gustaba mucho mi trabajo, que necesitaba alguien de mi experiencia, pero que debería trabajar intensamente para ponerme en uniformidad con el nivel de los demás artistas».

Bocca ya le confirmó papeles protagónicos al menos en dos de las obras, «The river» y «El hombre de la corbata roja», que desde el 5 de enero se verán en la costa atlántica de nuestro país, luego estarán en cartelera durante dos meses en algunas localidades de España, tocarán puntos norteamericanos como Texas, Los Angeles, Miami y California, harán lo propio en Costa Rica y en antiguas ciudades de Italia como Roma y Venecia. Y posiblemente conozca Egipto y Grecia.

«Estoy ilusionadísima. Todavía no puedo creerlo. Con esto creo que he llegado al último escalón de mi escalera», sentencia, antes de que mamá Norma vuelva a repetir lo «orgullosa» que se encuentra de su hija.

Mucho tiempo debió pasar para que esa simpática nenita que pintaba para cosas grandes pudiera cumplir el sueño de su padre y de la familia Arévalo. Llegó el momento de hacerlo realidad, y ella bien lo sabe. «No voy a desaprovechar esta oportunidad», presagian sus últimas palabras.


NEUQUEN (AN).- Se introduce en el túnel del tiempo, retrocede alrededor de dos décadas y recuerda cuando su padre le decía al oído: "Pensar que en unos años mi chiquita va a bailar con Julio Bocca". Lo que parecía ser apenas una muestra de apoyo y de amor paterno, hoy se transformó en realidad. Desde enero Verónica Arévalo se incorporará a la companía de ballet del mejor bailarín que dio la Argentina, y se sumergirá en una intensa gira que tocará países como España, Italia, Estados Unidos y Costa Rica.

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