Nos, los representantes (II)

Algunos políticos quieren dejar como herencia a sus sucesores un pueblo que sabe poco y por ello se deja manejar. Si el hambre lo hace protestar lo tildan de loco.

Su excusa es poco presupuesto en educación, especialmente para esos pueblitos lejos de la capital, inclusive algunos aprovechan su ignorancia para extorsionarlos a que voten.

¿Y si fuera cierto que no hay presupuesto? Se arregla con un acuerdo con la Unesco y el Ministerio de Educación para que los maestros alfabeticen después del trabajo por lo menos a diez personas después de un censo previo para saber quiénes no saben.

Los gremios docentes pegarán un grito que se acalla con achicar equitativamente el tiempo de jubilación.

La jubilación es como una triste canción, sueño de muchos ancianos que hicieron patria con sus manos; ahora que la mayoría ya no están tan sanos tienen que pensar en un trabajo que significa, ante la miseria, un atajo. Si no se muere en el trabajo. ¿Por qué? Es la pregunta del millón, ¿Será que el sistema te empuja al cajón?

El consejo del doctor es comer mejor, tomar los remedios, sin enojarse salir a pasear, aunque solo a mirar, no hay plata para comprar.

Pero hay que pensar que ya todo va mejorar, que algún gobierno se jugará y a los jubilados les aumentará el sueldo dignamente, no como limosna para que en el futuro el pobre viejo esté seguro de poder disfrutar lo que le resta de vida.

Quizás algunos políticos a los que sus padres maltrataron busquen saciar su sed de venganza con los mayores y por eso los aumentos tienen tanta tardanza. Yo espero que será pronto pero… Este tema lo dejo acá. Porque como dijo Calderón de la Barca, “La vida es un sueño y los sueños, sueños son”.

Fernando Saravia
DNI 18.739.073


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