Nueve años con temor y seis esperando justicia

El hecho habría ocurrido cuando ella tenía sólo 17 años.

Hace seis años Florencia Lescano denunció haber sido violada por el ginecólogo Carlos Anzaldo cuando era su profesor de biología en el CEM 72 de Cinco Saltos. “Lo decidí cuando vi paredones pintados que decían ‘doctor Anzaldo violador’, que fueron como cachetadas que me generaron todas las contradicciones. Ahí decidí hacer la denuncia”, explicó, pocos días del inicio del juicio contra el ginecólogo que comenzará mañana en Cipolletti.

Florencia tiene 31 años y cuando ocurrió el ataque sexual alcanzaba los 17. Estaba en cuarto año de la secundaria y Anzaldo era su profesor de Biología. Nunca habló del abuso sexual ni con su madre ni con su familia. Tras una fuerte depresión y trastornos alimenticios por los cuales bajó 25 kilos en pocos meses, esquivó a quienes intentaron brindarle ayuda psicológica hasta que participó de una iglesia en la que se animó a relatar su trauma, y allí el pastor le recomendó encarar al victimario. “Me dijo que no era la única, y desde su óptica religiosa, consideró que tenía que ir a verlo para pedirle que se arrepienta y luego perdonarlo”, detalló.

Nueve años después, al ver los grafitis contra Anzaldo en los paredones en Cinco Saltos, radicó la denuncia y se contactó con las mujeres que hacían las marchas por el primer caso que llegó a juicio.

“La violación fue en la segunda consulta, cuando fui sola. Fui a hacerme un PAP y se produjo (el ataque). Como estaba en horario de clases, volví a la escuela”.

–¿Cómo volviste a la escuela?

–Porque estaba en horario escolar; pedí permiso para salir a verlo a Anzaldo al consultorio que quedaba a la vuelta del colegio; en la escuela se avalaba que las chicas salieran para ir a su consultorio. Me retiré alrededor de las 10 y a las 11 volví.

–Anzaldo ya está en la cárcel por un primer proceso, ¿cuál es tu expectativa?

–Tengo la mitad de mi vida con la cabeza metida en esto: un tiempo silenciándolo y callando; y los últimos seis peleando para que se llegue a juicio y se lo condene; entonces tengo muchas expectativas porque significa cerrar una etapa luego de hacer la denuncia, llevar la pelea hasta el fondo junto con las mujeres de Cinco Saltos; este es el último paso más allá de lo que defina la Justicia.

–¿Estás descreída de la Justicia?

–Sí, porque absolvieron a Braicovich, actúan como actuaron con los casos de Cipolletti, como el triple crimen y Otoño; obviamente pretendo una condena, pero más allá de lo que se decida, es un juicio muy importante porque fue un emblema de lucha de las mujeres y en lo personal, cerrar una etapa.

–¿Qué tuvo de especial este período de denuncia en tu vida?

–Miles de mujeres sufrimos abusos, violaciones, acoso; y el 90% lo vivimos en silencio. Nueve años viví la experiencia con eso en silencio, y seis más peleándola. Me quedo con esta parte de que lo pude decir, pude empezar a sanearme y sincerarme conmigo misma; aparte de la cuestión social de que había muchas chicas que habían pasado por lo mismo y yo no lo sabía. Esos nueve años de silencio fueron muy pesados para mí porque era sola, y en mi cabeza sólo me había pasado a mí. No es fácil, te lleva tiempo, fuerza y te absorbe cuando te chocás con las dilaciones.

–¿Creés que hubo un trato especial para con Anzaldo respecto de otros agresores sexuales?

–En todo momento hubo un tratamiento especial. Era fuerte el trato entre el victimario y nosotras, las víctimas, por su condición económica, social, por su prestigio y posicionamiento que significaba el doctor Anzaldo en Cinco Saltos y en la provincia. Sí, hubo un primer período en la comisaría con comodidades y privilegios, luego la Justicia tomó la decisión que tomó por la presión que hubo cuando las mujeres y la sociedad salió a pronunciarse en contra, como también hubo un sector de la sociedad que salió a defenderlo, no me lo olvido nunca, eso de organizarse para defender a un violador. Hoy en Cinco Saltos las mujeres se organizan para salir a escrachar a otros violadores.

–¿Antes habías militado?

–No, mi militancia fuerte comenzó ahí con lo del género; tenía relación política con algunos sectores y partido, pero con la denuncia a Anzaldo comencé a vivenciar la militancia y la violencia de género. Fue todo un aprendizaje.

Oscar Livera

SHIRLEY HERREROS

centenario@rionegro.com.ar

CASO ANZALDO II

La víctima relató que concurrió a la consulta médica en horario de clase, por lo que, luego de ser violada, regresó a la escuela de Cinco Saltos donde cursaba el secundario.


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