Opinión: Vaca Muerta, el desafío de persistir

En menos de una década, desde 2006 al 2013, el país pasó de tener un superávit comercial energético a un déficit de más de 6.000 millones de dólares anuales. Los no convencionales irrumpen en el escenario pero aún hay mucho por hacer.

*Gustavo Lopetegui es Secretario de Gobierno de Energía de la Nación

En una extraña inversión de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), paradigma de desarrollo en boga durante los años 60, el gobierno anterior implementó en materia energética una verdadera sustitución de exportaciones.

Entre el 2006 y el 2013 la Argentina pasó de tener un superávit comercial energético de USD 6.100 millones a un déficit de USD 6.900 millones. Se le quitaron USD 13.000 millones anuales a una economía que se tropieza siempre con la piedra de la restricción externa. Sustituimos trabajo e inversión argentinos por importaciones.

En 2012 el productor local de gas recibía 1,9 dólares por millón de BTU, mientras que se pagaba más de 10 dólares por el que llegaba por barco. En 2015, el precio era de 2,2 USD/MMBTU con una salvedad: casi la mitad (47%) de lo que recibía un productor correspondía a subsidios del Estado.

Se habían intervenido los mercados mayoristas de energía y se congelaron las tarifas públicas. Este perfecto cocktail produjo -lógicamente- contracción de la inversión, caída de la producción y crecimiento explosivo de subsidios.

Durante las próximas semanas se concretará una segunda exportación de crudo liviano y esperamos más”.

Gustavo Lopetegui.

Desde el inicio de esta administración avanzamos en la normalización regulatoria y de mercados y pusimos fin de la intervención de los entes reguladores del gas y de la electricidad. Con mucho esfuerzo de parte de toda la sociedad, se fueron regularizando las tarifas y los precios de la energía, realizamos una revisión integral en los segmentos de transmisión y distribución, y alineamos los precios de los combustibles con sus referencias internacionales.

Tenemos enormes recursos no convencionales y sabemos, sobre la base de la experiencia en EE. UU., que una de las principales causas del éxito en este tipo de producción es compartir el conocimiento, cooperar y ganar escala. Por eso promovimos un acuerdo entre compañías, sindicatos y gobiernos provinciales para incrementar la productividad y reducir costos. La mesa de Vaca Muerta fue la primera de todas las creadas por el Gobierno.

A fin del año pasado superamos los 1.000 pozos de shale. Con 712 fracturas, en febrero se logró un nuevo récord de actividad en el que participan más compañías. En febrero, la producción de gas creció el 7,7% interanual y alcanzó los 134,5 MMm3/día, lo que implica 15 meses de crecimiento interanual ininterrumpido. La producción de petróleo creció 2,9% interanual, alcanzando los 497 mil barriles diarios, y cumpliendo 12 meses de crecimiento ininterrumpido.

En números

U$S 6.100
millones fue el superávit comercial energético que tuvo el país en 2006. En 2013 el déficit fue de 6.900 millones.
4%
de la superficie total de Vaca Muerta está actualmente en desarrollo.

El déficit comercial de US$ 6.900 millones de 2013 se redujo a US$ 2.300 en 2018 y este año será aún menor.

Sin embargo, hoy explotamos menos del 4% de la superficie y estamos muy lejos de tener la escala imprescindible para que los costos continúen bajando. Necesitamos que las inversiones sigan creciendo.

Para el gas, la principal barrera es la restricción de la capacidad de transporte. Este mes recibimos expresiones de interés para ampliar la capacidad de transporte de gas natural desde la cuenca neuquina, en pocas semanas vamos a iniciar la licitación de una tercera concesión de transporte.

Tener más demanda de gas en los meses de verano ayuda a incrementar la producción durante todo el año, reduciendo las necesidades de recurrir a la importación en invierno, y redundando en menores costos. En este sentido, las exportaciones constituyen una herramienta clave para mejorar el abastecimiento doméstico y la balanza comercial.

Tras haber sido suspendidas en 2007, a fines del año pasado retomamos las exportaciones a Chile. Durante el primer trimestre alcanzamos un promedio de exportaciones por casi 6 millones de metros cúbicos por día, y en marzo alcanzamos un pico de 9,6 millones en un día.

Pero es en petróleo donde veremos la mayor actividad en el corto plazo ya que no enfrenta restricciones de transporte, no tiene falta de demanda y no requiere incentivos del Estado.

La primera

489.000
barriles tuvo la primera exportación de crudo liviano que realizó en febrero pasado YPF.

La producción de petróleo shale, que en los últimos 12 meses creció 67% y representa el 16% de la producción doméstica, contribuirá a mejorar la balanza comercial: en febrero de 2019 YPF realizó la primera exportación de petróleo de Vaca Muerta. Esta exportación representó un total de 489 mil barriles y USD 29 millones. Argentina no exportaba crudo de la Cuenca Neuquina desde el año 2009. Durante las próximas semanas se concretará una segunda exportación y esperamos que, con el correr de los meses, las exportaciones de crudo se den con mayor regularidad y frecuencia.

Debemos incorporar nuevas empresas que no sólo traigan inversiones adicionales, sino que aumenten la competencia y por ende la competitividad de la cuenca.

Si seguimos trabajando en esta dirección, en algunos años la producción total de Vaca Muerta se puede triplicar y las exportaciones pueden superar los USD 3.000 millones anuales.

Hace tres años que trabajamos todos juntos en la misma dirección: empresas, gremios, gobierno nacional y los provinciales. Tenemos otra enorme oportunidad, sólo tenemos que ser persistentes en la tarea.


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