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Don Felipe y los cajoncitos blancos

Redacción

Por Redacción

Andrea Peve*

Cuentan que en la década de 1950 don Felipe Sapag se preguntaba por qué veía pasar tantos cajoncitos blancos frente a su carnicería: en ellos iban las muertes infantiles que convertían a Neuquén en una de las provincias de nuestro país con mayor tasa de mortalidad infantil.

A partir de la creación del Plan de Salud de Neuquén, hace 52 años, reducir dicha tasa se transformó en uno de los objetivos y en ello se empeñaron con solidez y afecto médicos y médicas generalistas, pediatras, profesionales de enfermería, choferes y agentes sanitarios, en todos los rincones de nuestra querida provincia.

Hoy podemos decir con orgullo que según el último dato consolidado de las estadísticas neuquinas sobre mortalidad infantil, la tasa es de 4.6 x 1000, la más baja de la historia de nuestra provincia. Es, además, un valor que solo tienen 50 países en el mundo y que nos pone a la altura de Cuba, históricamente señalada como referente en el tema por sus bajas tasas. Las cifras de mortalidad infantil alcanzadas en Neuquén son menores a las de EEUU, China, Chile, Brasil, México

Los resultados sanitarios sobre la mortalidad infantil en Neuquén son el producto de una acumulación histórica de políticas públicas llevadas adelante en la provincia, atendiendo a que los fallecimientos de menores de un año reflejan el efecto de las condiciones económicas, sociales y ambientales en la salud de las personas gestantes, bebés y entorno familiar, así como la efectividad de políticas de salud, como lo es por ejemplo nuestro programa “Primeros 1000 días”, estrategia integral de atención en esa etapa clave de la vida.

Es evidente el impacto en nuestra provincia de aquella temprana implementación del Plan Materno-Infantil, que introdujo fuertes normativas sobre procedimientos que hasta el día de hoy son clave, tales como la nutrición materna, la política de inmunizaciones, la atención del embarazo, parto y post parto, el parto respetado, el rol fundamental de licenciados y licenciadas en obstetricia, el cuidado sobre recién nacidos con peso adecuado y con bajo peso al nacer, el seguimiento y acompañamiento del crecimiento de esos niños y niñas, el acceso a los medicamentos, la innovación tecnológica.

Ejerciendo una mirada ampliada sobre una complejidad en constante desarrollo, al día de hoy, a las políticas de salud, de saneamiento ambiental, de agua segura, en articulación con las diferentes acciones de los gobiernos locales, se suman aquellas políticas blandas, transversales y también focalizadas en grupos poblacionales más vulnerables. La incorporación en la provincia del ministerio de Niñez, Adolescencia, Juventud y Ciudadanía, el ministerio de las Mujeres y de la Diversidad, la construcción de ciudadanía y la protección de las minorías coinciden con una constante búsqueda de ampliación de derechos y, sobre todo, de respeto por nuestra propia historia como provincia.

Hoy, como Sistema de Salud no podemos descansar en este logro, ya que sin dudas un solo fallecimiento representa una situación trágica en nuestras vidas, pero la mejora en la tasa de mortalidad infantil nos da confianza y fortaleza para continuar avanzando en la búsqueda de una disminución aún mayor de los índices mencionados.

En lo personal, como mujer y madre, como médica pediatra y como ministra siento un profundo orgullo de pertenecer a esta provincia y de encabezar este gran equipo de Salud, que aún en un duro contexto de pandemia, continúa resguardando, a lo largo y a lo ancho de la provincia, la vida y el bienestar de cada neuquino y de cada neuquina.

* Ministra de Salud de la provincia del Neuquén. Médica pediatra, con Magister en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud.


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