El futuro de las pymes
Gabriel Trujillo*
Somos el 70% del trabajo, el 99% del entramado que da empleo, el 42% del PBI (riqueza generada en el país). ¡Somos trabajadores dando trabajo! Somos además los que contribuimos en gran manera al sostenimiento del Estado. No nos importa quién gobierne porque nuestra política es el trabajo, el esfuerzo diario.
Estamos hechos de una genética que busca siempre y a pesar de las dificultades seguir adelante, creando, innovando, desarrollando. A lo largo y ancho de nuestro país, donde se fabrica un producto, se lo distribuye, se presta un servicio, se trabaja la tierra, la madera, etc.; hay una pyme, hay una cooperativa, hay pequeños y medianos productores. ¡Hay laburantes!
Somos oportunidades para el desarrollo económico y social, para el crecimiento de las economías regionales. Somos un factor de redistribución: nuestro dinero queda en el país, compramos insumos y servicios a otras pymes. Somos un círculo virtuoso dentro de la economía.
Somos muchas cosas, y entre ellas: una amenaza, para quienes no desean más allá de las palabras, un pueblo independiente.
A lo largo de los últimos 40 años, sin importar los gobiernos y los discursos, hemos sido utilizados en campañas, para luego ser asediados. Hoy la historia se repite como una pesadilla que te lleva a otra; y otra más, sin poder despertar. Cautivos de la clase política.
Me cansé de ser resiliente, palabra tan acuñada en estos tiempos inclusive por nosotros mismos, las pymes, como si se tratara de una gran virtud. ¿Es que acaso nos habremos conformado simplemente con reinventarnos? ¿Cuántas veces debemos caer para volver a levantarnos? ¿Nuestro esfuerzo y perseverancia no debiera canalizarse mejor a través de nuestro desarrollo y crecimiento?
Hoy nuevamente nos enfrentamos a la montaña rusa de las decisiones de la política, que nunca miran al sector productivo. Pymes, productores, cooperativas, pequeñas y medianas industrias, comerciantes, navegando a la deriva una vez más.
¿Hasta cuando la dirigencia empresaria seguirá participando como un mero y tibio espectador?
¿Hasta cuándo unos reclamarán por aquí y otros por allá; nuestro derecho a trabajar, a crecer, a desarrollarnos, a disfrutar de lo que hacemos?
Ese es el negocio de la política: divide y reinarás. Digamos ¡basta! En nuestra querida provincia y levantemos una bandera que pueda ser emulada en el resto del país.
Juntos: pymes, cooperativas, productores, comerciantes, etc.
Argentina debe dejar de ser el país en el cual, quien produce, trabaja, emprende, se funde. Hemos naturalizado y hasta puesto nombre a nuestras circunstancias, siempre provocadas por nuestros gobernantes: ¡es lo que hay! ¿Se puede ser tan torpe en la toma de decisiones? ¿Quien desde las altas esferas gubernamentales está pensando verdaderamente en nosotros?
Aumentos en la energía que se usa para producir, aumentos de impuestos que gravan lo que hacemos, aumentos en combustibles, retenciones a las exportaciones, ausencia de crédito, caída de la demanda. ¡Todo dándose al mismo tiempo! Golpeando sin cesar a los sectores productivos que ya venimos maltrechos de décadas de olvido.
¿Quién va a pagar la olla? ¿Las enormes multinacionales? ¿Las que se llevan nuestro dinero afuera? ¿Las que se dedican a la timba financiera? ¿Las empresas amigas de la dirigencia politica que manejan nuestros recursos estratégicos como la energía?
Reitero: las pymes somos el 70% del trabajo. No es necesario ser economistas ni especialistas en finanzas, para saber que indefectiblemente esto llevará a más pobreza y desempleo.
En la actualidad, 9 de cada 10 nuevos emprendimientos no llegan a cumplir 3 años. Según información del Banco Mundial la presión fiscal es del 106%, por lo que las pymes argentinas son inviables (fuente: Doing Business 2020). Es hora de poner al sector productivo, única alternativa para salir de la crisis, en su lugar. ¡Pongámonos de pie!
* Emprendedor y Activista pyme.
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