El “para qué” y la hegemonía
PANORAMA POLÍTICO DE RÍO NEGRO
Las elecciones fijarán dominios pero ya el acuerdo de JSRN con la UCR y el PJ pone en la mismo órbita a 32 de los 39 intendentes. El 82% del padrón está en ese mundo oficialista.
Toma cuerpo el pregonado “gran acuerdo” del oficialismo, con las suscripciones de la UCR y del PJ. Weretilneck guía esa construcción, iniciada con la superestructura y faltando el trabajo en terreno. Supo siempre que esta instancia será la más incierta y extenuante.
Por ahora, la explicación de la confluencia se centró en frases comunes cuando la motivación de sus partícipes pertenece al sentido de supervivencia.
Para el exgobernador, el estímulo está en la creación de un poder distinto y superior. Este objetivo, lanzado en la necesidad de las demoradas transformaciones para Río Negro, conlleva el riesgo de la hegemonía que propone. Lo advierten hasta los propios.
La votación delimitará dominios, pero los acuerdos de JSRN pusieron en su órbita a 32 de los 39 intendentes. Sólo siete están afuera: tres del FdT (Roca, Belisle y Sierra Colorada), dos radicales alineados en JxC (Huergo y Guardia Mitre), Campo Grande (Ariel Rivero integrado al partido de Javier Milei) y la siempre difusa pose de Carlos Toro (Jacobacci). Otro mapeo indica que el 82% del padrón se concentra en ese mundo liderado por JSRN.
Queda un mes para resolver candidaturas y será un tránsito extraño por los croquis que se insinúan.
Lo convenido entre el exgobernador y Martín Doñate se sostiene en que PJ-Nos Une Río presentará una colectora, de un mismo color. Primera parte con la dupla Weretilneck-Pedro Pesatti y seguirá la sabana con peronistas, encabezada por Pedro Dantas, y los tramos circuitales, salvo en el Alto Valle Oeste.
En su distrito, el exgobernador no quiere ofertas vinculadas que le disputen votos a JSRN para evitar -según sus cálculos- cualquier dispersión y no favorecer a la boleta de JxC. Pretende garantizarse sus dos bancas: Lucas Pica y Lorena Yensen.
Cada región y municipio cree en un dibujo propio. Los aliados empujan por sumarse en las nóminas de Juntos. En el circuito Atlántico puede darse esa integración y lo mismo en los municipios de los peronistas, después de la jura de Weretilneck de que su fuerza no irá con candidatos en esas intendencias. Promesas, previa garantía de aportes de colectoras que sumen a su fórmula. Ya lo logró con la UCR y el PJ, y no hay que descartar una tercera.
El acoplamiento pensado depende de que el PJ evite su intervención, que reclaman sus “compañeros” críticos, y que la Convención de la UCR del 28 ratifique lo pactado. Para los peronistas asociados, se evalúan sellos de resguardo para contenerlos si llega aquella acción partidaria mientras que los radicales piensan en un atajo para sus convencionales. Ocurre que, a diferencia de la colectora del PJ, su boleta será de adhesión, es decir, encabezará el tramo verde de JSRN de Weretilneck-Pesatti y, luego, se anexará la suya roja con sus postulantes. Eso -interpretan- no es una alianza, entonces solo se requiere mayoría simple. Análisis distinto al que plantea la dirigencia alineada con Aníbal Tortoriello.
Las dificultades del líder del PRO pasan por otro lado, empezando si acuerda o no con el ARI y, en consecuencia, si habrá o no reedición de JxC. Sus problemas aparecen además en su armado, incluso en Cipolletti inscribió en el proceso interno a su colaboradora Patricia Mac Kidd como candidata a intendenta. Nombre que repitió en la cabeza del circuito del Valle Oeste.
El entendimiento de JSRN con los partidos tradicionales se explicó, hasta ahora, con frases comunes. “Para qué” su vuelta al gobierno es la interpelación que rodea a Weretilneck.
Contrariedades son las justicialistas. Algunos, con el partido, alineados con el oficialismo y otros sueltos, opositores y divididos entre las marchas de Silvia Horne o Gustavo Casas. Unidad Popular hace pie y capta parte de esa fuga, como otros partidos de izquierda.
Jaleo general, especialmente de candidaturas. Weretilneck quiere resolver su parte y tener sus listas antes de concluir enero. No quiere demorarse porque, todavía, debe darle contenido a su deseado regreso. “¿Para qué?”, sería la consulta clave, como la propuso el consultor Mario Riorda en diciembre en Cipolletti.
Esa búsqueda interpela al exgobernador, a JSRN y, ahora, a sus flamantes socios.
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