Entre la fidelidad y el outsider

Rolando Figueroa consolidó su control en La Neuquinidad con una lista única que mezcla fidelidad política y figuras ajenas a la estructura partidaria. Apuesta al orden institucional con leales en Senado e incorpora outsiders en Diputados. Sin caer en discurso antisistema acomoda la representación.

El gobernador Rolando Figueroa tomó una decisión táctica al lograr que su lista quedara oficializada como la única dentro de la alianza La Neuquinidad, un espacio compuesto por nueve partidos y agrupaciones políticas.

La maniobra no fue solo interna: incluyó, de forma extraoficial y sin los símbolos del Movimiento Popular Neuquino, el aval del intendente Mariano Gaido, la otra figura clave del mapa político provincial.

La lista de senadores no sorprendió. Figueroa apostó a la lealtad y alineó a sus dos principales colaboradores: Julieta Corroza, ministra de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, y Juan Luis “Pepe” Ousset, jefe de Gabinete.

Ambos integraron su equipo desde los primeros pasos de su carrera y se consolidaron como pilares de su gestión.

La decisión respondió a una lógica clara: garantizar dos bancas en el Senado, un objetivo viable bajo el sistema electoral que otorga dos escaños al partido más votado y uno al segundo.

Leyó con precisión que las mayorías simples pueden ser determinantes en la Cámara Alta. Y allí no se puede improvisar.

En un Senado con 72 bancas que renueva la mitad, y tras la votación del jueves 10 -en la que 56 legisladores dieron quórum en una sesión no convocada por el oficialismo-, cada escaño adquiere un peso decisivo.

En esa sesión, la vicepresidenta Victoria Villarruel se retiró en desacuerdo con el mecanismo de convocatoria, que no transitó los carriles burocrático-políticos habituales.

Sin embargo, el quórum se logró con legisladores del peronismo, el radicalismo, partidos provinciales y fuerzas regionales, lo que expuso, como nunca, la fragilidad del esquema de control del Ejecutivo nacional.

La Cámara de Diputados, en cambio, por su composición de 257 miembros y la renovación parcial de bancas, presenta un margen más estrecho de influencia directa para una provincia como Neuquén.
Por eso, la lista de diputados sí trajo sorpresas
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No recurrió a los cuadros tradicionales de los partidos que integran la alianza, sino que apostó al simbolismo: Karina Maureira, periodista y cantante de perfil social, y Joaquín Perrén, investigador del CONICET, con antecedentes en una lista municipal vinculada al PJ, se convirtieron en las figuras centrales.

A ellos se sumaron profesionales de la salud y docentes del interior neuquino, en un armado que reflejó diversidad territorial y temáticas sociales.

Esta combinación no fue casual. Diversos estudios académicos identifican el surgimiento de outsiders como respuesta a la crisis de representación de los partidos tradicionales.

En general, estas figuras se asocian al discurso antisistema, como una forma de canalizar malestar ciudadano.

Pero la respuesta no es una construccion antisistema sino una alquimia política: apuesta a reforzar la gobernabilidad con figuras leales en el Senado y diversificó su mensaje con candidatos simbólicos en Diputados, en línea con el desgaste de la política profesional pero sin romper con ella.

Leyó que en el Senado se necesita firmeza política; en Diputados, visibilidad, agenda social y contraste con la política nacional. Mientras Milei achicó las áreas del Estado vinculadas a la ciencia, la cultura y lo social, Neuquén responde con un académico y una comunicadora popular.

La estrategia revela el perfil dual del gobernador: pragmático en la disputa institucional, pero atento a los gestos simbólicos en los que se juega la empatía electoral.

En un país de alianzas efímeras y discursos crispados, Figueroa eligió construir una lista única, cohesionada en el Senado y flexible en Diputados. Una síntesis entre gobernabilidad y representación que, lejos de ser improvisada, refleja un modelo de liderazgo propio.