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¿Inexorable autodestrucción ciudadana?

“La Rebelión de los Mansos” no es sinónimo de cambio, va mucho más allá. Es un grito de libertad, un grito en contra de aquellos que pretendieron dominarnos haciendo gala de todo abuso de poder

El aspirante presidencial Javier Milei, de la coalición La Libertad Avanza, carga una motosierra durante un mitin de campaña en La Plata, Argentina, el martes 12 de septiembre de 2023. (AP Foto/Natacha Pisarenko)

Manuel Castells, autor de ´Redes de indignación y esperanza´, sostiene: “la caldera de la indignación social y política llega a su punto de ebullición (y autodestrucción emocional) porque se ha traspasado el límite de repugnancia ante el comportamiento de los gobernantes”

¿Qué otra característica o motivo podrían explicar o predecir un apabullante triunfo electoral de Javier Milei, en primera vuelta?

Evidentemente, en cuarenta años, una primera mayoría gubernamental nacional, provincial y municipal; larga y descaradamente ¡se pasó de la raya!

Cuando utilizamos la expresión “pasarse de la raya” estamos mostrando nuestro enfado o reprobación a alguien que ha dicho algo o cometido una acción que no está bien, y que por lo tanto “no es tolerable”

En general, mucho gobernante en las ultimas décadas, transgredieron los límites éticos, morales y republicanos permitidos; límites que a rajatablas debían y deben respetarse vg., igualdad de trato y de oportunidades; bien común, economía de rostro humano con defensa del valor de la moneda, justicia vendada (no vendida); transparencia no corrupción, federalismo, alternancia republicana, no nepotismos, etc., etc.

Como vimos, los mansos ciudadanos se hartaron…¡ cómo… y tánto!

“La Rebelión de los Mansos” no es sinónimo de cambio, va mucho más allá. Es un grito de libertad, un grito en contra de aquellos que pretendieron dominarnos haciendo gala de todo abuso de poder, un grito contra aquellos que no respetan la Constitución ni los derechos humanos (vg., dignidad, nutrición, salud, educación, propiedad privada, trabajo y vivienda digna, seguridad ciudadana, movilidad social ascendente, adelanto, progreso y bienestar general); contra aquellos que quisieron callarnos, humillarnos, cooptarnos, someternos hasta (en los hechos) descartarnos.

Es tan notoria, tan extravagante y corrupta la mala praxis en el ejercicio del poder democrático argentino, tanto que bastaría, para empezar, con confeccionar un listado de autoridades electas en todos los órdenes, poderes e instancias geográficas, y, simultáneamente, efectuar, revisar y contrastar dos auditorias patrimoniales personales de las mismas: la del año 1983 con la última de este año.

Así las cosas, no podemos aceptar la trágica realidad de que más del 43% de los argentinos estén pasándola mal, cuando no, muriendo de hambre. El 48% de los niños, niñas y adolescentes en Argentina es pobre según un estudio previo de UNICEF que mide la pobreza multidimensional, una metodología que toma en cuenta diferentes dimensiones desde el acceso a una vivienda adecuada de los niños hasta la escolaridad”

Ya en febrero último se nos advertía “Dos de cada tres niñas y niños de Argentina (66%) son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro”, según un último informe conocido de UNICEF sobre la pobreza multidimensional.

Este discurso es inmoral y absurdo. La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera. Ninguna realidad es dueña de sí misma: esta ´provocada´ nefasta realidad está así porque estando así sirve a determinados intereses, eternizados caudillos o tiranuelos, corporaciones y bajos instintos especulativos; donde el que trabaja y no afana, es un gil.

Los personajes emergentes podrían ser otros Chamizo, Milei, Piñón fijo, Alfa o cualquier otro; ello es irrelevante. El auténtico ‘quid’ de la cuestión es desatar, admitir y resolver cívica, real y democráticamente, pero racionalmente también, la trama del porqué tales sujetos aparecieron con tan intratable aspereza e insensatez republicana.

Argentinos todos, superando tan fatídica trama -sin perjuicio del merecido castigo que se considere justo y apropiado para sus responsables-, nuestro caro y sagrado derecho al voto, es para cambiar y recomponer esta realidad, no para acomodarnos a ella, mucho menos para empeorarla o suicidarla con demasiada inconsciencia colectiva.

*Experto en cooperativismo, Coneau.


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