Ingresos Brutos tiene fecha de vencimiento: hacia una reforma federal sin imposiciones

La unificación en un único impuesto al consumo de alcance federal es la única vía para simplificar, dar previsibilidad y liberar energías productivas hoy atrapadas en la maraña burocrática.

Avance en el impuesto a los ingresos brutos.
Avance en el impuesto a los ingresos brutos.

En Argentina, la tributación al consumo se encuentra fragmentada en 24 subsistemas provinciales de Ingresos Brutos —cada uno con sus propias alícuotas, exenciones, regímenes de retención y percepciones— que conviven con el IVA nacional, creando un mosaico normativo tan complejo como ineficiente. Esta superposición no solo encarece y complica el cumplimiento fiscal, sino que se convierte en un verdadero laberinto administrativo que asfixia al que produce, especialmente a pymes y emprendedores que deben destinar tiempo y recursos a cumplir con reglas distintas según la jurisdicción.

La unificación en un único impuesto al consumo de alcance federal, reemplazando IIBB, es la única vía para simplificar, dar previsibilidad y liberar energías productivas hoy atrapadas en la maraña burocrática.

Hoy se pierden más recursos por evasión que por baja de impuestos. Con un sistema más simple, más justo y sin distorsiones como el IVA federal unificado, podemos recaudar más sin cargarle un peso más al consumidor ni al productor. Esta propuesta representa un verdadero desafío de federalismo: Nación y Provincias trabajando en conjunto por la ciudadanía, no para sostener un esquema que concentra el peso tributario en un porcentaje reducido de contribuyentes mientras favorece la informalidad.

En la actualidad, cada vez que un consumidor paga una compra, no solo abona el IVA correspondiente, sino que dentro del precio neto ya están incorporados los Impuestos sobre los Ingresos Brutos generados en cada etapa previa de la cadena de producción y comercialización. Estos gravámenes provinciales se aplican “en cascada” y, al no ser recuperables, se acumulan, encareciendo el precio final en hasta un 12%, dependiendo de la cantidad de etapas desde su producción hasta la comercialización.

Por eso, al unificar IVA e Ingresos Brutos en un solo impuesto federal, la alícuota necesaria para mantener los niveles actuales de recaudación debe sumar ambos componentes, lo que puede dar la impresión de ser elevada. Sin embargo, esta alícuota no implica un aumento real de la carga tributaria sobre el consumidor, sino que reemplaza tributos preexistentes y elimina distorsiones, manteniendo el mismo precio final y mejorando la transparencia del sistema.

Además, si se articula con una reforma integral del impuesto a las ganancias —que permita deducir consumos debidamente documentados—, es posible ampliar sustancialmente la base imponible del IVA sin necesidad de aumentar impuestos, sino promoviendo el cumplimiento y premiando la formalidad.

Un impacto positivo en la producción


El impacto positivo del IVA federal unificado también se refleja en el comercio exterior: al eliminarse el Impuesto sobre los Ingresos Brutos, los productos exportables dejan de incorporar en sus precios un tributo que no es reintegrable. De este modo, se mejora la competitividad externa, se evita exportar impuestos y se fortalece la balanza comercial sin subsidios artificiales.

La unificación del IVA no es sólo una mejora técnica: es una decisión política en favor de la transparencia, la equidad y la producción. Se trata de reemplazar un sistema regresivo, opaco y distorsivo por uno claro, neutral y virtuoso. Es el camino de la responsabilidad fiscal, la eficiencia económica y la libertad productiva.

La distribución de la recaudación se realizará aplicando el esquema del Convenio Multilateral, utilizando el esquema de coeficientes actual entre provincias, e incorporando a la Nación como una jurisdicción más con coeficiente fijo. Esto evita conflictos, preserva equilibrios, mejora la transparencia del sistema fiscal y suplanta al régimen de coparticipación.

Conclusión: hacia un sistema simple y transparente


Ingresos Brutos tiene fecha de vencimiento. Argentina necesita un sistema simple, transparente y federal.

Un sistema que premie la formalidad en lugar de la evasión. Que le quite peso a la política discrecional y se lo devuelva a las reglas claras. Que dé competitividad a quienes producen y confianza a quienes cumplen.

El IVA Federal Unificado no es solo una reforma tributaria: es una apuesta por la equidad, la eficiencia y el verdadero federalismo. Es un camino posible y necesario para empezar a cambiar la historia fiscal de nuestro país.

*Contador Público de General Roca.


Avance en el impuesto a los ingresos brutos.
Avance en el impuesto a los ingresos brutos.

En Argentina, la tributación al consumo se encuentra fragmentada en 24 subsistemas provinciales de Ingresos Brutos —cada uno con sus propias alícuotas, exenciones, regímenes de retención y percepciones— que conviven con el IVA nacional, creando un mosaico normativo tan complejo como ineficiente. Esta superposición no solo encarece y complica el cumplimiento fiscal, sino que se convierte en un verdadero laberinto administrativo que asfixia al que produce, especialmente a pymes y emprendedores que deben destinar tiempo y recursos a cumplir con reglas distintas según la jurisdicción.

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