La visibilidad de la diferencia

Adrián Pecollo

Jefe de la Agencia Viedma. Nació en General Viamonte (Buenos Aires). Estudió Periodismo en la Universidad de La Plata. Trabajó en medios escritos y radiales de Buenos Aires y de Río Negro. Desde 1998 en Diario RIO NEGRO.

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El conflicto existente se hizo público. Carreras reaccionó frente a las acciones lacerantes a su poder, generadas en el seno de Weretilneck. Un equilibrio alterado en JSRN.


La diferencia fue pública. Una imagen, hasta ahora, no expuesta. La gobernadora Arabela Carreras reaccionó frente a una serie de hechos originados en la cúpula de JSRN que limaron su autoridad. El bien que más cuidaba.

¿Qué había pasado? La adelantada difusión de un vídeo promocional de que “vuelve” Alberto Weretilneck, la negación a la vice en el partido (lo mantiene Pedro Pesatti) y una impulsada reforma electoral lesiva a sus facultades. Fueron sucesivas y dañinas. La mandataria descargó su enfado en actores internos y siguió con una acometida periodística. Reaccionó duramente, pero lo esencial fue su inocultable vinculación de esas lacerantes acciones con el ex gobernador.

Suficiente para que Weretilneck viera el riesgo. Así ordenó desandar y callar a los más ansiosos mientras abrió un plan de reparación. El legislador Facundo López rotó a modo pacificador y se juntó -dos veces en 12 horas- con Carreras, retomando acaloradas charlas, por las mismas razones. Ambos exhibieron otros ánimos. La discusión estuvo en la iniciativa electoral que la bancada elevaría y, en especial, la revisión del período para votar en Río Negro, que está fijado entre abril y octubre. El Ejecutivo elige la fecha dentro de esos siete meses, pero el diseño reducía el plazo a dos meses -abril y mayo- y apretujaba la potestad de decisión de Carreras.

Ese embate “no se entiende y es innecesario. Arabela dijo que se votaría en abril y no confrontará” con Weretilneck, insistía un intérprete de la barilochense.


Alivio, por ahora. En la reforma electoral, se eliminó el punto donde se recortaban facultades de la gobernadora, quien anticipa cambios de ministros.


El senador desconfía, seguramente, en el cumplimiento de los tiempos (necesario para su estrategia de adelantamiento), incluso advierta que esa palabra pueda alterarse cuando avance en un armado para el 2023 y piense a la mandataria en un lugar que diste mucho de sus aspiraciones. Previsor e incómodo frente a los desafíos, Weretilneck quiso acotar -con una ley- el margen de decisión y negociación de Carreras. No ocurrió. El proyecto ya no incluye ese ajuste y quedó en la prohibición de simultáneas con Nación.

Se volvió al “acuerdo” relatado por la gobernadora. “Me respetaron y me escucharon”, repetía ella, con satisfacción.

El ex gobernador quedó obligado a creer. Igual, el viernes, López habló de la fecha. “Seguramente, será el 16 de abril”, moldeó.

El otro del cambio electoral programado por Weretilneck se mantiene inalterable y facilitará el enlace de los partidos a boletas ajenas, pensado en los insinuados entendimientos con radicales y peronistas. Ellos, en principio, están ocupados en la posesión de sus partidos, como paso prioritario.

El texto simplifica el esquema de colectoras, que exige un pacto anterior a la inscripción de los candidatos, mientras que las ofrecidas “adhesiones” pueden darse después y llegar hasta el plazo de presentación de las boletas compartidas. Dos semanas más para pactar ataduras a otras formulas y lo que se convenga, incluso parciales (excluir, por ejemplo, circuitos).

El oficialismo tendrá ese marco legal buscado. Se lo asegura su mayoría legislativa automática. Acapara, en realidad, el poder en Río Negro, entre su ejercicio gubernamental –imperceptible, por momentos- y la censora vigilancia interna a la gobernadora.

El equilibrio se desestabiliza con la proximidad electoral. El encuentro de JSRN del 29 en Los Menucos intentará quietud y paciencia para alcanzar bien el cierre de listas, aprovechando la desaceleración que promete el Mundial de Qatar en noviembre.

¿Habrá una previa entre Carreras y Weretilneck? Nadie se anima a un pronostico después de meses de distancia y de enojos.

Ella anticipa su movida cuando cuenta que habrá cambios ministeriales. “Una reorganización, pues se viene un fin de año difícil”, desliza. Serán “tres ministros y antes de finalizar octubre”, agregó un funcionario que la escucho.

Una previsible inclusión en la remoción adelantada: Pablo Zúcaro por José María Apud en la Secretaria General, que formalizaría un desalojo ya efectuado.

Nada del resto.


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