Reflexiones a 40 años de la Guerra de Malvinas

Alicia Comelli

* Subsecretaria de DD.HH. del Ministerio de Gobierno y Educación, provincia de Neuquén

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Las Islas nos recuerdan las heridas abiertas de una guerra que reclama, desde hace 40 años, continuar reflexionando acerca de las consecuencias de la última dictadura militar y, al mismo tiempo, del problema de las prácticas coloniales en pleno Siglo XXI. Esa dictadura, responsable de la noche más oscura de nuestra historia, intentó legitimarse a través de una aventura militar en la que el gobierno dictatorial demostró no solo su ineficacia para producir el resultado buscado, sino la continuidad de prácticas violatorias de los DD.HH. que cometía contra la población civil, esta vez contra sus propios combatientes, en el peor y más desalentador escenario político, social y económico que Argentina protagonizaba.

La frase “las Malvinas son argentinas” era frecuente, antes de 1982, después de la guerra y debido al uso que los responsables del terrorismo de Estado hicieron de esta causa justa, se impuso un silencio. Un silencio que quebraron a gritos los veteranos, las veteranas, sus familias y que hoy, el Estado y la sociedad toda, también reivindican como propia la tarea de ejercer la memoria y conjurar cualquier olvido, reafirmando el carácter permanente e irrenunciable de recuperar, por medios pacíficos, en consonancia con la Resolución 2065 de Naciones Unidas, el ejercicio de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

En Neuquén ese ejercicio de la memoria, en la causa Malvinas nos exige, entonces, acompañar a nuestros veteranos y mantener viva la memoria de nuestros caídos (Jorge Néstor Águila, Tulio Esteban Lacroix, Mario Flores y Eduardo Jorge Raúl de Ibáñez). También, reclama que la ciudadanía argentina y demás pueblos americanos sigamos trabajando a favor de la libertad y de la igualdad, contra todo resto colonial que persista en el mundo. En tal sentido, recordemos que la Organización de Naciones Unidas estableció, en su resolución 1514 de 1961, que “todo intento encaminado a quebrar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”.

Ejercicio de la memoria que importa también romper silencios, olvidos, invisibilidades también de mujeres, que vivieron el horror y la crudeza de la guerra. Casi nos borran de la historia… así lo expresaba Alicia Mabel Reynoso una de las enfermeras que abogaba para que sean reconocidas oficialmente y que se construya memoria sobre ellas y su accionar durante el conflicto de Malvinas.

Hoy, a 40 años de aquella guerra y en un mundo afectado por una gran cantidad de conflictos bélicos en distintas partes, es necesario seguir defendiendo que las Malvinas son argentinas, y no dejar de apostar por mecanismos diplomáticos y no violentos para recuperarlas.


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