Y ahora, el turno de recaudar

Así como el mandatario inició un plan para ajustar la planta política y los subsidios, esta semana dio el puntapié para una avanzada recaudadora. La pregunta es si la armonización de tasas se hará para arriba o abajo y si contemplará solo aquellas que los municipios tienen en común.

En esta misma columna, describíamos la semana pasada el plan del gobernador Rolando Figueroa para ahorrar recursos frente a la retirada del gobierno nacional de la asistencia a las provincias y la demanda de los municipios, cada vez más ávidos de ayuda, por sostener sus obras, salarios y servicios. Hoy toca la contraparte.

Así como el mandatario inició un plan para ajustar, tanto en la estructura de cargos de la planta política como en el reparto de subsidios, esta semana dio el puntapié para una avanzada recaudadora, todavía sin cifras puestas.

Sin anuncio ni pedido de comprensión, firmó un decreto para subir alícuotas de Ingresos Brutos en cinco actividades económicas de la provincia, una de ellas la construcción. El sector había sido beneficiado el año pasado por Omar Gutiérrez, quien había dejado a Neuquén como la provincia con el cobro más bajo del impuesto a nivel país, a la par de Buenos Aires.

Figueroa dijo no va más. La suba del 50% que aplicó en esa y otras actividades (en algunas fue menos) se limitó por el tope que le impone el Código Fiscal, modificado el sábado a la madrugada por la Legislatura. También de forma intempestiva, los diputados del oficialismo presentaron un paquete de medidas para tratar en extraordinarias que no pasaron por comisión ni recibieron la atención que sí tuvo la emergencia penitenciaria, que al menos motivó una explicación del ministro Matías Nicolini.

Una de esas leyes fue para facultar al Figueroa a subir los montos fijos de la ley impositiva como las escalas, tasas y multas, a tiro de decreto, también en hasta un 50%, salvo cuando la inflación acumulada desde la sanción de la ley fuera mayor. La norma la aprobó la anterior composición en noviembre del año pasado y la inflación de diciembre y enero ya acumuló 53,4%. Tazo, tazo, tazo, se viene otro impuestazo.

La paciencia de los contribuyentes, muchos de su propio electorado, frente a estas medidas seguramente se mida en función de la comprensión que haya del contexto nacional. Pero si Figueroa logró que un PRO puro como Marcelo Bermúdez sea miembro informante de esa modificación, a la que evaluó como “razonable”, posiblemente pueda convencer a otros.

Los envíos del gobierno central se achican con cada nueva rabieta del presidente Javier Milei y las provincias no pueden imprimir billetes para costear la suba de sus gastos. Cuanto mucho, pueden endeudarse, como pidió también Figueroa a la Legislatura, pero para eso también necesitará el visto bueno de Milei.

El gobernador endureció esta semana su posición contra el presidente y criticó que son “federales para pedir, pero no para repartir”. Aclaró igual que no es para enojarse y que no se va a parar de la mesa, porque “el que se para de la mesa pierde”. Hubo tres segundos de silencio cuando este diario le preguntó si realmente consideraba que existía tal mesa con Milei. “La tenemos que ir armando entre todos. Yo creo que de a poco va a ir tomando forma la posibilidad de dialogar. Soy optimista en eso”, zanjó.

Figueroa reunirá este martes por segunda vez a los intendentes, esta vez en Chos Malal, para firmar un “pacto de gobernanza” que defina cómo van a afrontar la falta de giros nacionales en sus administraciones. La idea que sigue sobrevolando es la de la armonización tributaria, que ya se había dejado plasmada en el acta compromiso “en defensa de Neuquén”, pero sin movimientos concretos todavía.

La pregunta es si esa armonización se hará para arriba o para abajo y si contemplará solo aquellas que los municipios tienen en común. La capital, por ejemplo, cobrará en la factura de CALF una para financiar el traslado del complejo ambiental de Neuquén o, como se sinceró en la apertura de sesiones del Concejo Deliberante, sostener el costo del servicio de recolección.

En el tren de buscar en todos los bolsillos, Gaido avanzará también en una nueva tasa, pero para financiar el colectivo. Al final, no les va a tocar pagarla a las petroleras, sino a los vecinos que carguen sus combustibles.


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