Oposición se busca

El modelo de funcionamiento institucional que supone la existencia de partidos políticos parte de un fundamento esencial: el disenso es natural y es deseable. Y sólo cabe organizarlo un poco, sin exclusiones, a fin de que las opiniones que poseen puntos en común puedan canalizarse en forma «civilizada», sin que eso implique inhibir la existencia de otras ideas ajenas a las estructuras.

El disenso… y los partidos políticos… sirven para reducir la natural tendencia a la hegemonía de quien ocupa el poder del Estado, que no es un poder personal para disponer como el que puede ejercer el propietario de un inmueble, sino uno ajeno y delegado.

El disenso y los partidos también sirven para controlar el desempeño de quien ostenta ese poder delegado, y que no puede ejercerlo sin rendir cuentas ante la Legislatura, los órganos de control, la Justicia y los contribuyentes.

Uno y otros son buenos, en fin, para señalar errores, desvíos o falencias y para enriquecer las opciones. Para que distintas visiones y gestiones se alternen en el ejercicio del poder.

Es evidente que


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