Parlamento británico rechaza intervención militar

El gobierno de Cameron sufrió un revés al rechazar la Cámara de los Comunes una moción que impulsaba participar activamente. Se opuso también a una hoja de ruta sobre futuros pasos

AP

LONDRES (DPA).- El gobierno del primer ministro británico David Cameron sufrió ayer un fracaso en el Parlamento, donde fue rechazada una moción que aboga por una intervención militar en Siria. En tanto, en Estados Unidos, la Casa Blanca comunicaba al Congreso los datos que posee sobre el ataque químico de la semana pasada en Siri, luego de que Barack Obama se refiriera a una futura ofensiva contra el régimen de Bashar al Assad.

La Cámara de los Comunes británica rechazó por 285 contra 272 votos una moción que preveía actuar militarmente contra Siria para prevenir ataques con armas químicas por parte del régimen de Bashar al Assad.

Ante la presión de la oposición laborista y también de sus propias filas, Cameron debió atenuar su propuesta de reacción al presunto ataque con gases tóxicos del régimen sirio la semana pasada que habría dejado cientos de muertos.

El Parlamento rechazó asimismo una propuesta de los laboristas que contemplaba una hoja de ruta sobre el futuro accionar.

Previamente los laboristas dijeron que quieren “pruebas convincentes” de que el régimen de Al Assad fue responsable de los ataques de la semana pasada. El jefe del partido, Ed Miliband, dijo asimismo que no querían extender un “cheque en blanco” a Cameron, ni repetir los errores de la guerra de Irak.

A la posición de los laboristas se unieron también pequeños partidos del Parlamento, como el Partido Nacional Escocés (SNP).

“Está claro que el parlamento británico no quiere una acción militar británica”, dijo Cameron tras la votación. “Tomo nota y el gobierno actuará en consecuencia”, añadió.

Poco aval político

El escepticismo se impone en Estados Unidos y Europa sobre una eventual intervención militar en Siria: los políticos se hacen eco de la reticencia de la opinión pública y reclaman presentar pruebas contra el régimen de Damasco. Desde Londres a Berlín, aunque indignados por las imágenes del ataque químico llevado a cabo el 21 de agosto cerca de Damasco, los legisladores se niegan a confiar ciegamente en los dirigentes de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia para que lancen un ataque punitivo contra el régimen de Bashar al Assad, que acusan de usar armas químicas.

Los británicos no están apurados: sólo un 22% de ellos, según un sondeo YouGov/The Times, está a favor de una intervención, contra 51% que se opone.

En otros lugares de Europa, las encuestas también reflejan posiciones mayoritariamente contrarias a una intervención. Los alemanes, tradicionalmente reticentes a enviar sus tropas, se oponían en un 58% a atacar Siria, mientras que 33% sí lo apoya, según un sondeo Politbarometer/ZDF.

En Francia, donde el Parlamento fue convocado el miércoles próximo para una sesión extraordinaria, la opinión pública está dividida.

En Italia, el tema no genera debates: tanto la izquierda como la derecha rechazan intervenir sin el aval de la ONU.

Austria se mantiene cautelosa al igual que España, que se remite a la decisión del Consejo de Seguridad, una década después de que millones de personas manifestaran allí contra la guerra en Irak, adonde fueron enviados soldados españoles.

El presidente estadounidense, Barack Obama, afronta otro tipo de reticencias. El Congreso estadounidense no pretende depender de las conclusiones de la ONU, una institución que no despierta la confianza de los republicanos.

No hay duda de que el mandatario, que la revista Time describió como un “guerrero infeliz”, elaborará una justificación legal para una “respuesta” militar, seguramente en nombre del interés nacional y de la violación de normas internacionales sobre armas químicas.

Pero tanto demócratas como republicanos le exigían una descripción de sus planes. La prensa se interroga por su parte acerca del informe que la inteligencia estadounidense tiene previsto difundir en los próximos días.

“Dado el espectacular fracaso estadounidense en Irak, cuando el gobierno de (el expresidente George W.) Bush desató una guerra a causa de armas nucleares que no existían, el nivel de pruebas (requerido) es sin duda más elevado”, insistió The New York Times en un editorial ayer.

Intensa actividad se registra en la base que Gran Bretaña posee en Chipre.

TENSIÓN INTERNACIONAL POR LA SITUACIÓN EN SIRIA


AP

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