«Pasando revistas»: algunas fueron leyendas, todas desaparecieron

Dante Morosani*


Un repaso minucioso, anecdótico e inédito sobre aquellas revistas que llegaron a las manos de lectores de todo el país y nuestra región y hoy constituyen una estela de recuerdos y nostalgia.


La abundancia de textos e imágenes que tanto nos apasionaron equivalen a un tesoro inapreciable asociado a todo tipo de vivencias, e indistintamente momentos de alegría o tristeza. A la distancia, cualquiera sea el tiempo transcurrido, es imposible no tener presente a las revistas que recrearon los ojos y la mente de grandes y chicos. Si hasta rozamos cierta angustia al comprobar que el kiosco, puesto de venta o el canillita, proveedores de tanto papel rico en magia, luz y color, ahora son cosa del ayer. A esta altura, advertimos que estamos lejos de cualquier intención tangente a una lista de “defunciones”.

Por el contrario, asumimos prioritariamente el compromiso de rendir un modesto homenaje a esa legión de creativos, gente de prensa y humoristas que, aún a riesgo de pérdidas económicas muy sensibles, abrazaron la disciplina periodística enmarcados en la responsabilidad de hacer docencia, informar y entretener.

Sobre este mismo tema, un enfoque parcial de un colega hacía hincapié en la progresiva desaparición de revistas como consecuencia de la carrera desigual frente a la proliferación de otros factores de recreación, como el monopolio de los medios audiovisuales: las radios, el celu, la compu, etc. Sin embargo, censando las publicaciones de todo género y frecuencias en la extensión de algo más de tres generaciones, el movimiento de apariciones y desapariciones se ha producido marcadamente aun en épocas carentes de mayores posibilidades de esparcimiento. Muchas de ellas fueron compelidas a abandonar el barco, cuando todavía la televisión, por ejemplo, no daba siquiera señales de vida.

Homenajeamos a creativos, gente de prensa y humoristas, aún a riesgo de pérdidas económicas muy sensibles, abrazaron la disciplina periodística enmarcados en la responsabilidad de hacer docencia, informar y entretener.

Transcurrió una época en que la industria editorial emprendió una marcha arrolladora, hace unas ocho décadas, creando una minibiblioteca de revistas de diversos géneros para satisfacer el apetito de millones de lectores mediante el abordaje de una multitud de temas. Desde varios años antes, tenían vigencia unas pocas publicaciones.

La estrategia en procura de una demanda amplia y sostenida se apoyaba en contenidos de interés general (sociedad, política, deportes, cultura, notas policiales, etc.) dando lugar a títulos como “Ahora”, “Análisis”, “Aquí Está”, “Así”, “Atlántida”, “Claro”, “Confirmado”, “Continente”, “Día 8”, “El Guardián”, “El Periodista”, “Foco”, “La Primera”, “La Semana”, “Leoplán”, “Magazine”, “Mundo Argentino”, “Panorama”, “PBT”, “Pautas & Contraseñas”, “Perfil”, “Péndulo”, “Periscopio”, “Primera Plana”, “Qué sucedió en 7 días”, “Redacción” (del periodista y escritor Hugo Gambini, fallecido el 20 de junio último), “Rojinegro”, “Semanario”, “Siete Días”, “Somos”, “Todo”, “Tres Puntos”, “Vea” y “Lea” y “Veintitrés”.

Estas revistas, como todas las citadas en esta nota, han tomado un camino presuntamente sin retorno, debiendo observarse que, con mayor o menor nivel de venta y vigencia, han sido distribuidas en toda nuestra zona. Circunstancia similar denuncia el rubro dedicado a la mujer, en el cual, a través de cada nombre, se ponía de manifiesto la temática femenina: “Chabela”, “Claudia”, “Cuéntame”, “Damas y Damitas”, “El Hogar”, “Estampa”, “Look”, “Nocturno”, “Idilio”, “Maribel”, “Rosalinda” y “Vosotras”.

En materia de juegos, entretenimiento, aventuras, historietas o “cómics”, tomaron lugar bajo el rigor de igual desventura, Asterix, Avivato, Cabeza Fresca, Dartagnan, Don Fulgencio, El Gorrión, El Pato Donald, El Tony, Fierro, Intervalo, Loco Lindo, Nippur, Patoruzito, Patoruzú, Pif-Paf, Rataplán, Rico Tipo y Titbits. El furor por la lectura de este último rubro llegó a tal extremo que una buena parte de la población se preguntaba: ¿qué leería esa gran legión de adultos si no se editaran revistas de aventuras para niños?

Humor y política

En cuanto a humor político, dejando atrás la acción precursora de revistas históricas como “Caras y Caretas”, “Cascabel”, “El Mosquito” y “PBT”, se inscriben en una avanzada casi temeraria las que se animaron a hacerle “pito catalán” a las dictaduras y la ineptitud política: “Chaupinela”, “El Cacerolazo”, “Hortensia”, “Humor”, “La Urraca”, “Mengano”, “Satiricón” y “Tía Vicenta”.

La zaga de revistas deportivas que apasionó a legiones de aficionados de todo el país, ahora en el área de los recuerdos, se integra con “Coche a la Vista”, “Corsa”, “El Campeón”, “El Gráfico”, “Fox Sport”, “Goles”, “K.O Mundial”, “La Cancha”, “La Deportiva”, “Los Clubes Chicos”, “Mundo Deportivo”, “Sólo Futbol”, “Sport” (suplemento mensual de “El Gráfico” en los 60) y “Un Caño”. Entre las partidarias de mayor suceso: “Así es Boca”, “Independiente”, “Mundo Boquense”, “Racing”, “Boca”, “El Ciclón” y “River”.

En cuanto a ediciones de música popular, se llamaron a silencio las páginas de “Canta Claro”, “Cantando”, “El Alma que Canta”, “Folklore” y la rockera “Pelo”.

Las desapariciones registradas en material de cine, radio, variedades, teatro y televisión corresponden a “Antena”, “Espectador”, “Mundo Radial”, “Platea”, “Radiofilm”, “Radiolandia”, “Sintonía” y “Tele Clic”.

La lectura infantil y temas escolares no fueron la excepción, con la partida de “Anteojito”, “Figuritas” y “Mundo Infantil”.

Tampoco las ediciones de ciencia y tecnología, tareas del hogar, oficios y artesanías, que oportunamente alcanzaron gran aceptación y relevancia, pudieron eludir el camino sin retorno, contándose en la partida “Conocer” y “Saber y Hobby”. A su desaparición el nombre de tapa de la primera era “Conozca Más”.

Ni el hombre de campo se salvó de la “poda” de su revista especializada. De tal suerte no quedó una hoja de “Campo Moderno & Chacra”, “Dinámica Rural” y “Mundo Agrario”.

Es seguro que la historia no se agota con el presente informe. Pero es el más riguroso posible merced a la cita de todas aquellas publicaciones que “alcanzaron a mover el amperímetro” o estuvieron al alcance del lector tanto de Río Negro como de Neuquén una vez comprobado que, en mayor o menor cantidad, fueron receptadas por las distribuidoras y representantes editoriales de nuestra región.

Esta memoria y balance excluye a revistas de agrupaciones o partidos políticos, de instituciones públicas y entes privados no destinadas al gran público; las que son interpoladas en diarios del país, las de origen extranjero, como por ejemplo “Muy Interesante”, de España, o “Mecánica Popular”, y aquellas de contenido erótico.

Nuestra retrospectiva de casi un centenar de revistas de amplísimo espectro permite constatar la existencia de un patrimonio único, capaz de generar conciencia sobre la utilidad de determinado tipo de publicaciones como herramienta para conocer la diversidad de consumidores. No por nada estos últimos suelen ser multitud a través de Mercado Libre, por ejemplo, y estar dispuestos a pagar precios impensados por “ese” ejemplar del recuerdo o aquél faltante de la colección favorita.

*Locutor y periodista neuquino.


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