suple roca Roncallo

El exdocente y gremialista, de destacada carrera en dirección y supervisión del nivel secundario, cree que sólo el debate basado en la historia puede arrimarse a desterrar pobreza y sufrimientos.

Roca ha significado en mi vida, toda la vida. En lo laboral, porque empecé aquí mi tarea docente, en lo social por la interrelación que significó conocer a trabajadores de la educación en diferentes funciones, estudiantes y familias a través de la hermosa tarea de educar. En lo familiar fue todo, ya que aquí empezamos a construir la familia que fue de cuatro hijos y en el proceso del tiempo, los siete nietos actuales.

Cómo pensar en próximos años con la expectativa de futuro, de cómo será esta ciudad, cómo visualizar esa proyección que seguramente la debemos tener muchos, sintiendo y viviendo en las necesidades del pueblo, transitando los problemas de hoy y de ayer.

Desde el camino recorrido, la relación docente-trabajador de la educación signó mi pensamiento durante los cuarenta y cuatro años que vivo en esta importante ciudad en la que conocí a invalorables educadores que desde el anonimato hicieron de su tarea la herramienta de escucha, de profundizar la relación con el otro y pararse en los intereses y necesidades del estudiante.

El inicio de la carrera docente me permitió, del año 74 en adelante, ingresar en una ciudad que estaba construyendo su pujanza y consolidando su identidad de rebelde y transgresora. Hacía menos de 20 años que el territorio se convertía en provincia. Se notaba el empuje, los sueños, las ideas que venían marcando el camino de muchos años atrás: desde esa primera escuela “del desierto” a fines del siglo XIX y principios del XX, desde aquellas escuelas de “niñas” y de “varones” hasta la Escuela Primaria N° 32. La primera Escuela Normal de formación de maestros/as provincial tuvo su asentamiento en esta localidad y ello generó la continuidad a través del Instituto de Formación Docente que a partir del año 1970 profundizó ese camino, luego de la decisión del gobierno militar de ese entonces de cerrar toda formación de maestros normales.

Los cambios generacionales entre aquellos inicios que se refundaron entre los años 50 y 60 y tuvieron su impronta de debates ante los cambios del mundo y del país, desde los movimientos sociales, políticos, culturales, etc., en los 70 y 80, vieron en esta ciudad el paso de docentes que llegaron a ser intendente como el maestro Edmundo Gelonch, y otros de destacada actuación como Ítalo Laría, José García, Ada Greborio, E. Rubina, Alicia Alcoleas, Pablo Lazos, D. Bombardieri, quienes engloban y representan a una enorme cantidad de docentes, antes y después, que pusieron el conocimiento al servicio del debate de las ideas para el logro de una educación pública de calidad.

Transcurrido el tiempo de historia los habitantes de la ciudad y de todo el país hemos pasado por diferentes modelos políticos y agresiones de dictaduras que fueron modelando pensamientos y deseos acerca del porvenir.

Nadie sabe realmente qué nos depara el futuro, pero se puede planificar, no sólo desde lo técnico, lo político y lo administrativo, sino desde lo social, lo humano. Será el encuentro de las diferentes organizaciones, con tiempo y espacios, convocadas a pensar la ciudad de los próximos años para los que hoy están transitando el inicio de la escolaridad.

Pensar en entornos más inteligentes, sostenibles, menos contaminantes, planificados para la infancia pero también para el cuidado y el disfrute de los mayores, es un desafío que debe pensarse.

Aquí es donde miro desde el pasado. ¿Qué habrán pensado aquellos educadores que iniciaron el sistema educativo en entornos deplorables?, y cómo el sistema en esta ciudad fue creciendo desde la educación formal, pasando por espacios no formales, estructuras de formación superior de todo tipo, llegando hoy a la existencia de una importante cantidad de espacios educativos en todos los niveles hasta el universitario inclusive.

Si las personas, individual y grupalmente construyeron con menos recursos y medios de comunicación, hoy con todos los componentes existentes y la profundización de las ideas podemos generar sucesivas etapas y visiones de lo que será y se piense. Pequeñas partes de cada uno nos permitirán convertirnos en nosotros o en celdas divididas convirtiendo al espacio en inhabitable.

Creo en la primera opción

El sistema educativo, las escuelas y las representaciones de cada sector viendo el estado actual donde las carencias en la educación son enormes, donde los presupuestos no garantizan la prospectiva que todos queremos y que la posibilidad de un futuro diferente no se ve en el horizonte, necesariamente genera la rebeldía para pensar en propuestas y proyectos que cambien el estado del arte. Más tiempo para el debate, para las ideas, para la conversación, para el diálogo. Rechazo el “cómo sí”.

Las decisiones políticas deben tomarse con toda su profundidad si se quiere pensar seriamente en el futuro y la educación debe ser necesariamente una importante herramienta de ese cambio que debe darse.

Hoy Roca duplicó la población que conocí. Por ello, pensando en ese liderazgo, desde la mirada educativa el sistema debe garantizar el presupuesto necesario y las condiciones básicas de funcionamiento y liberar política y pedagógicamente ese problema.

Lo que nos debe importar es tener en claro, cualquiera sea el espacio imaginable en las próximas décadas, el cómo habita y cómo se sentirá ese ser humano en este lugar.

La participación, la libertad de la comunicación y la información; los espacios diversos y el crecimiento cultural; el mejoramiento de la calidad urbana y la búsqueda de espacios habitables, el debate, la lucha y la movilización; son características, entre otras, que formaron parte de la construcción e identidad social y de la historia de esta localidad. No deben olvidarse. Se deben profundizar y sumarse a nuevas para que las mismas aseguren la igualdad de posibilidades luchando todos contra la pobreza y desterrando el sufrimiento.

HÉCTOR RONCALLO

“Porque Roca ha significado en mi vida toda la vida. En lo laboral, porque empecé aquí mi tarea docente; en lo social y en lo familiar”.


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