Perros de asistencia: la historia de Thea, una callejera ejemplar

Aunque hay determinadas razas que son las favoritas para las terapias con asistencia animal, una perra mestiza de ocho años es la protagonista en esta historia. Fue encontrada en la calle y hoy es una acompañante de lujo.

Un día de invierno como tantos, lluvioso y frío. Ese era el escenario en el que deambulaba la perra. El pelaje marrón atigrado, los ojos saltones, tiritando de frío, empapada y con el vientre chupado hasta los huesos, el animal revolvía en la basura para subsistir. Pero el camino la cruzó con Sandra Saavedra y Jimena Fernández.

El panorama era complicado. La perra tenía infección uterina, tumor en el bazo, desnutrición severa, sarna, y una cantidad considerable de garrapatas.

Preparada para trabajar… y jugar.

A pesar de todo ese panorama, y gracias a los cuidados, sobrevivió. Las adversidades que pasó no dejaron rastros ni signos de resentimiento alguno. Todo lo contrario: la perra era sociable, tranquila, obediente.

Thea, como la llamaron, se ganó además de una casa y un nombre, una misión. Es que, al observar su carácter, “condición indispensable para las terapias asistidas”, Jimena, que es psicomotricista no dudó en incorporarla a su proyecto y comenzar el entrenamiento de Thea, junto a la psicóloga Agustina Marchetti, y la musicoterapeuta Micaela Amoroso, que forman el equipo en el centro recreativo terapéutico Pilar, ubicado en Roca, cuyo objetivo es priorizar la terapia a través del juego.

En el lugar, las profesionales acompañan a chicos y jóvenes con problemas de psicomotricidad, con síndrome de down, y con autismo.

Siempre lista para compartir juegos.

Es ahí donde la perra entra en acción a través de actividades recreativas que tienen como objetivo lograr el bienestar y la confianza del niño. En ese ámbito, Thea es a la vez entretenimiento y recreo.

“La presencia del perro ya tiene un beneficio: relaja, tranquiliza”, asegura Fernández. “Thea logra el bienestar de cada participante, trabajando los objetivos terapéuticos abordados desde la temática del juego”.

No importa si son los más chicos o los jóvenes, Thea participa en la asistencia programada por las profesionales “con actividades destinadas a la socialización, a encontrarse entre el uno y el otro, de acuerdo al objetivo que queremos trabajar “, agrega Agustina Marchetti.

Las profesionales del centro van armando los juegos con el niño en función terapéutica”. Fernández concluye y afirma: “la mayoría de los perros mestizos son aptos para este entrenamiento”.

Aprendemos jugando.

* Guía o lazarillo: adiestrado para guiar a una persona con discapacidad visual o sordo-ciega.

* De señalización de sonidos. Están adiestrados para avisar a las personas con discapacidad auditiva y conducirles a su fuente de procedencia, o alertarles en el caso de alarmas.

* De servicio. Adiestrados para prestar ayuda a personas con alguna discapacidad física en las actividades cotidianas.

* De respuesta médica o de aviso. Adiestrados para dar alerta médica a personas que padecen epilepsia, diabetes.

* De asistencia en autismo. Adiestrados para cuidar de la integridad física y controlar las situación de emergencia.

* Incluidos en proyectos de terapia asistida, destinados a visitas a hospitales, centros geriátricos, pisos tutelados.

* De rescates: detector de drogas, bombas, etc.


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