Persianas bajas, la postal que golpea cada vez más fuerte en la región

En Roca por primera vez en años hubo más cierres que inauguraciones de comercios. En Bariloche las altas cayeron un 15% con respecto al 2018. Los que se mantienen en pie en los barrios hacen malabares. Deben resistir a las subas que aplican sus proveedores y a la escasez de dinero de sus clientes.

“No es tiempo de ganar. Es tiempo de sostenerse. Con eso ya te tenés que dar por satisfecho”, dice Gabriel desde su verdulería de barrio Nuevo, en Roca.

Es Gabriel. Son los comerciantes de su barrio, los de la región y los del país. Todos navegan en la incertidumbre desde el lunes posterior a las PASO.

No hay precios de referencia, los proveedores aplican aumentos muchas veces excesivos, e incluso algunos enfrentan la falta de mercadería porque en la cadena alguien de arriba decidió especular hasta que el panorama se estabilice.

¿Cómo hacer para atravesar la tormenta? O mejor dicho… ¿cómo hacer para atravesar esta nueva tormenta? ¿Cuántos quedaron en el camino durante los últimos meses?

“Es muy psicológico y a veces uno no se prepara para esto. En abril del año pasado fue fuerte el golpe y aprendí de esa experiencia. Hay que estudiar el lugar donde estás, el entorno, conocer a la gente. En barrio Nuevo es todo efectivo. El débito casi no existe. Acá se vive día a día. Entonces no podés trasladar todas las subas de forma indiscriminada, porque perdés igual. Y no podés dejar de tener el producto, porque también perdés”, cuenta Gabriel.

La señal negativa. Gabriel dice que “te das cuenta que hay poca plata cuando aparece el cambio”.

Luego insiste en la idea de asumir que en estos tiempos sólo se trabaja para cubrir lo fijo, donde alquiler y servicios son la prioridad, luego vienen los proveedores y finalmente, el fisco.

“Hay muchos que no entienden esa lógica, remarcan y después se lamentan porque la gente no vuelve”, describe Gabriel, aunque advierte: “Igual, ahora la crisis se lleva puesto hasta al más preparado”.

Y ahí se abre otro panorama, en el que están aquellos que aplicaron recetas equivocadas, pero también muchísimos que se quedaron sin fuerzas esperando una salida de la recesión.

Esas historias aparecen englobadas en las estadísticas de altas y bajas comerciales que manejan los municipios de cada ciudad. Datos contundentes que sirven para entender la magnitud del problema a resolver a futuro si se pretende reactivar la actividad comercial en la región.

En Roca aparece uno de los escenarios más negativos, porque durante el 2018 cerraron negocios como nunca antes. La balanza que en períodos anteriores siempre marcó cierta paridad terminó el año pasado con una notable inclinación hacia las persianas bajas. Fueron 405 los locales que inauguraron, pero 460 los que cerraron.

Y desde el municipio advierten que esas cifras sólo muestran las bajas efectivamente autorizadas, pero no incluyen todas las que fueron solicitadas, ya que algunos titulares solicitan la baja, pero no se las otorgan por moras o deuda en el pago de las tasas.

Un dato significativo en la ciudad es que de los 405 comercios que se dieron de alta en 2018, un 12% (50) se bajó ese mismo año: es decir, no pudieron sostener las ventas siquiera 12 meses.

En Bariloche todavía son más los comercios que abren frente a los que cierran, pero esa mirada global se contrapone con algunos datos particulares que generan preocupación.

Por caso, durante los últimos meses afloraron los comercios vacíos en puntos estratégicos de la ciudad. Algunos vuelen a ocuparse en la temporada; pero no pocos continúan vacíos.

En Bariloche la temporada ayuda a repuntar, pero igual hay grandes locales que no se alquilan.

Según datos de la Dirección de Inspección General de Bariloche, entre enero y julio del 2018 hubo 453 altas comerciales en la ciudad y 421 bajas de habilitaciones, contra 381 altas y 312 bajas en el mismo período este año.

Pese a la caída de las altas comerciales -que alcanza el 15% con relación al año anterior-, Sandra Pozas, directora de Inspección General, reconoció que “el sector comercial siempre se sostiene. Aun con esta crisis. Con la temporada, se llega a compensar un poco la situación de crisis”.

Donde estoy yo, se vive día a día. Entonces no podés trasladar todas las subas de forma indiscriminada, porque perdés igual.

Gabriel Correa, propietario de una verdulería en barrio Nuevo de Roca.

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Según los datos aportados por el municipio, en Viedma ya se registraron más cierres de comercio este año que en todo el 2018.

Las bajas de habilitaciones fueron 144 durante el 2019, mientras que el año pasado llegaron a 134.

La capital rionegrina tiene un registro de altas comerciales muy por encima de las bajas en lo referido al 2018, consignando 481 inauguraciones.

Para este año las aperturas de comercio contabilizadas suman 179.

De todas maneras, desde el mismo gobierno local relativizaron esa diferencia, explicando que las altas se informan obligatoriamente para que se realicen las inspecciones previas a la habilitación, pero muchas veces no ocurre lo mismo con las bajas, porque los emprendedores dejan la actividad sin notificar al municipio.

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– 3.876 negocios liquidan al Municipio de Roca, según datos de Habilitaciones. Un comercio cada 31 habitantes.
– 55 comercios menos hubo durante en 2018 en Roca. Se anotaron 405 y se dieron de baja 460 en total.
– 50 comercios de todos los que se inscribieron en Habilitaciones Municipales en 2018, duraron menos de un año.
– 70 días de trayectoria tuvo el comercio que menos duró. El kiosco se anotó el 25/03/19 y se bajó el 3/06.

En Neuquén capital

579
bajas comerciales hubo durante el 2018. La cifra está lejos de las altas, que fueron 1.109 durante el mismo período.
359
bajas se registraron en lo que va del 2019. Las altas fueron 695. Lo que más se inaugura: mini mercados y despensas.
De los 695 comercios que abrieron este año en Neuquén, 243 fueron mini mercados y almacenes.

ANÁLISIS

por Diego Penizzotto

Tras el impacto del resultado electoral, y su correlato en la inestabilidad financiera, el interrogante de la gente de a pie, es cuánto más afectará la crisis a los ya golpeados bolsillos, y cuáles serán los precios en los que el impacto será mayor.

Para ellos, una sola certeza ofrece hoy la economía: la inflación será todavía más alta en lo que resta del año. A ello se suma el dato de que difícilmente existan actualizaciones de peso en los salarios de las diferentes ramas de la economía en los próximos cinco meses. Si hay algo seguro, es que la situación actual volverá a golpear la calidad de vida de miles de personas.

Al analizar en detalle algunos pormenores prácticos y cotidianos, surge en primer lugar que la eliminación del IVA sobre los alimentos no implicará una merma significativa en los incrementos de precio. Por el contrario, muy probablemente y por las características del impuesto, que se conforma a lo largo de la cadena de valor, el beneficio sea absorbido por la misma, y no llegue a las góndolas. Las remarcaciones en los artículos de primera necesidad que conforman la canasta básica de consumo (pan, carne, lácteos, aceite, fideos, limpieza), ya son un hecho. El argentino medio sabe bien, que una vez que el precio subió, ya no retrocede, por más incentivo fiscal que se interponga.

En cambio, el beneficio del bono extraordinario de $2.000 por tres meses para los empleados registrados en relación de dependencia, sí será un beneficio concreto y palpable para los bolsillos medios. Posiblemente el de mayor efecto directo.

En cuanto a las cuotas de prepagas y colegios públicos de gestión privada, vale decir que es de esperar un ajuste en los meses venideros. Aún así, en ambos casos los aumentos deben ser autorizados por el estado. En el caso de las prepagas, por el estado nacional, y en el de los colegios, por las provincias. La dinámica de precio dependerá nuevamente de las voluntades políticas.

Quienes tienen un crédito UVA, también esperan respuestas. El Presidente Macri anunció la semana pasada vía Twitter el congelamiento de las cuotas hasta diciembre. No obstante, no se conoce hasta el momento la normativa oficial que instrumente la medida. Además, nada se dijo respecto a qué sucederá cuando en enero de 2020 las cuotas vuelvan a atarse a la inflación.

Algo similar ocurre con los planes de ahorro para la compra de automóviles. En general los mismos se instrumentan dividiendo en 84 cuotas el valor de mercado del vehículo. Si sube el precio del auto, sube la cuota. Nada hace prever que eso no ocurra en los próximos meses. 


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