Piden cinco años y medio para singular delincuente
Acompañó a un amigo a su casa, lo ató, lo amordazó y se llevó todas sus pertenencias.
BARILOCHE .- El procesado es Daniel Ojeda, un adicto a las drogas de 32 años que cuenta con abundantes antecedentes, condenas y procesos. Otras veces se benefició con la indulgencia de los magistrados que lo juzgaron por lo absurdo de su conducta, pero ahora enfrenta la acusación más grave de su historial delictivo. Siempre robaba a personas y comercios donde lo conocían y en una ocasión asaltó con un arma de fuego un locutorio y escapó llevándose sólo 50 centavos.
Ahora le imputan haber cometido un robo calificado por el uso de armas en perjuicio de Hugo Benítez, un conocido suyo con quien esa misma noche había compartido bebidas en su casa. Después de la reunión Ojeda acompañó a la víctima hasta su domicilio y allí lo amenazó con un cuchillo, lo ató y le robó un televisor, un centro musical y todas sus ropas. Después amenazó a una vecina y consiguió que su esposo pidiera un remise para trasladar el botín.
La policía logró ubicar al remisero que lo trasladó hasta una vivienda de Villa Los Coihues, donde se domicilia un amigo de Ojeda, y allí secuestraron la totalidad de las cosas robadas a Benítez.
La detención de Ojeda se produjo al día siguiente en la calle España, en pleno centro, cuando acababa de cometer otro delito.
Ojeda se declaró adicto al alcohol, cocaína y psicofármacos y dijo que esa madrugada, junto a Matías L. y Benítez, habían comprado jeringas para drogarse y vino para consumir en su casa. Agregó que no se acordaba de lo que había pasado después y que su anterior declaración «podía ser cierta o no». Ante el juez de instrucción había mencionado un acuerdo previo con Benítez para llevarse las cosas y dejarlo atado en pago de un supuesto servicio, pero en el debate no sostuvo esa versión.
Hugo Benítez explicó a los jueces que conocía al imputado y aceptó que lo había acompañado para beber junto a otro joven hasta la vivienda de Ojeda, en el kilómetro 5 de la avenida Bustillo. Relató que después de tomar vino y quedarse dormido regresó a su casa y Ojeda aprovechó el viaje para volver al centro y lo acompañó hasta su domicilio; que Ojeda quiso tomar agua mientras él se desvestía para acostarse, pero de pronto, en lugar de irse, el imputado se abalanzó sobre él con un cuchillo de cocina, lo ató y amordazó y comenzó a reunir las ropas y elementos de valor de la vivienda. Sospecha que estaba drogado, aunque no vio cuando lo hacía.
Matías L. declaró que Ojeda y él se habían inyectado cocaína esa madrugada. «Nos drogamos mucho, con un gramo y medio o dos y me quedé dormido; él se pone muy mal cuando consume, está trastornado porque consume hace muchos años», aclaró a pedido de los jueces.
El fiscal Enrique Sánchez Gavier consideró que Ojeda no estaba inconsciente porque «hubo dirección en sus reacciones, distintas ante cada una de las personas con que trató, y ejercía dominio sobre la situación y sus actos». En razón de las tres condenas anteriores pidió que se lo condene a cinco años y medio de prisión, apenas seis meses más del mínimo previsto para ese delito. El defensor Gustavo Butrón pidió la absolución de Ojeda por considerarlo inimputable y esa es la cuestión de fondo que deberán resolver los jueces de la Cámara Segunda porque la autoría del hecho no fue discutida.
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