Poesía para volar en la vida cotidiana

Roxana Miranda Rupailaf, una de las más importantes de su generación, ganadora del Premio Municipal de Poesía de Santiago está en Bariloche en el “Encuentro de Poesía Argentino- Chileno”. Aquí una conversación con la poeta.

CULTURA

Por Claudio Andrade

candrade@rionegro.com.ar

“Cuando llegaste el océano detuvo sus oleajes. Los peces comenzaron a mirarme”

(Shumpall”, RMR)

Como un big bang de entre casa, la sala estalla, se expande y se comprime. Los poetas participantes del “Encuentro de Poesía Argentino- Chileno”, organizado por el Consulado local de ese país y con la colaboración del área de cultura del municipio, que se desarrolla desde el jueves y hasta el sábado en Bariloche, han ido diciendo lo suyo: palabras arrancadas del alma. Y si los primeros de ellos – Horacio Herman, Carolyn Riquelme, Mirta Santiago, Sebastián de Silvestre, Rosabetty Muñoz y Elizabeth Cali (quien interpretó poemas musicalizados de Gabriela Mistral) comprimieron a su vez el alma de los asistentes, fue la poeta de origen mapuche Roxana Miranda Rupailaf quien encendió la chispa que desató el incendio.

Su intervención en la Biblioteca Sarmiento fue un estremecedor recordatorio de porqué la poesía es una herramienta vital tanto para los poetas como para sus lectores. Una lección de vida. Una cachetada triunfal del arte, nuevamente, conmoviendo las raíces de lo cotidiano.

Hasta el sábado Bariloche será, digamos, acariciada por la poesía de escritores locales e invitados quienes recitarán sus trabajados en distintos espacios de la ciudad.

El canto sacro y salvaje Miranda Rupailaf, similar en algún aspecto a una canción desgarrada de Kurt Cobain, sirvió a modo de simbólica bienvenida a todos los que andaban por allí con el corazón en llamas. Pero no hemos venido a descubrir justo ahora a esta joven y muy reconocida poeta trasandina. Miranda Rupailaf figura entre los más aclamados escritores chilenos de la generación que atravesó el milenio siendo aun adolescentes. Sus recitales suelen provocar en el público reacciones insospechadas. Bariloche no fue la excepción. Después de leer o recitar o cantar (todas estas alternativas pueden definir el recuerdo) fragmentos de su libro “Shumpall” los asistentes no ahorraron aplausos, aunque el rumor, el repaso de lo sucedido fue haciéndose incluso mayor que el batir de palmas. Todos habían sido tocados por los versos desnudos soltados al aire. Fue un exquisito encuentro dentro del encuentro. En el descanso los admiradores no dejaron de acercarse. “Me hiciste llorar”, le confiesa una mujer mayor, quien sin decir más se la queda mirando como extasiada. Entonces la poeta pronuncia un tímido “gracias” y la abraza. Los descubridores de su obra continúan pasando: “hermoso, hermoso, hermoso”, le repite una entusiasmada poeta que acaba de estar junto a ella sobre el escenario. “¡Pero que bello es lo que haces!”, la felicita un señor. “¡Te escuchaba y no podía pensar en nada!”, le explica otra mujer. Y así, las palabras y los abrazos, y los besos se repiten, van pasando, como palabras que no se lleva el viento.

Miranda Rupailaf nació y vive en Osorno y tiene 31 años. Es profesora de Lengua. Da clases en un secundario de Frutillar. El año 2006 y el 2008 obtuvo la Beca para escritores del Consejo Nacional del Libro y la Lectura por el libro inédito “Seducción de los venenos” y “Shumpall”; y en 2012, por este último libro, recibió el Premio Municipal de Literatura de Santiago, el más prestigioso galardón que tiene reservado ese país a la poesía después del Premio Nacional dedicado al género.

La actuación de Miranda Rupailaf pobló la sala de seres mitológicos. De amantes despechados. De placer, de llanto y de una tierna forma de ira.

“He pronunciado tu nombre en el círculo de los sacrificados. Mi corazón ha visto el filo del cuchillo haciendo cruces en la sangre. El agua vuelve azul lo rojo. Una familia de ballenas me acompaña en estos viajes. Observo mi orinas y estás tú en esa sal que hace mi cuerpo y que bebemos. Es de esta orilla que conozco los gritos, tu canto de sireno. Melodía por la cual cuatro veces cruzo el mar con mis ofrendas”, interpretó la poeta en una tonalidad ya consagrada y que uno tiene por costumbre descubrir en los cantantes de rock. En los engranajes de las novelas. En los espirales de la cinematografía.

“Crecí con mis abuelos porque mis padres se fueron de Chile durante la dictadura. Vinieron a Bariloche y desde acá me mandaban cartas y chocolates. Las buenas noticias venían como chocolates pero esta es la primera vez que vengo acá”, recuerda la poeta en un encuentro con “Río Negro”. Miranda Rupailaf no sonríe. Cuenta aquel pasado como si fuera un recuerdo en blanco y negro, cargado de nostalgias que no se acaban nunca.

“Regreso al mar. A la roca dura donde las olas rompen su corazón contra la Niebla. Le pregunto a la piedra si ha visto tu cuerpo flotar en el agua”.

-¿Cómo surge la poesía en tu vida?

-Esto ya lo he contado antes pero fue por un accidente. Fue mi descubrimiento de la finitud, de la muerte y todo eso. Iba caminando con una amiga y un auto la atropelló, ella murió, yo me salvé. Entonces me sugirieron que para procesar esta experiencia escribiera. Así fue como empecé.

-¿Cómo encuentras la tonalidad de su poesía, el tono exacto de las palabras?

-Busco siempre algo distinto, una tonalidad distinta. Que mi poesía no suene igual a otras cosas que he escrito. Busco siempre el cambio. Si noto que me estoy repitiendo ya no me gusta.

-¿Y el tono declamatorio?

-Este libro en especial es un canto, por eso utilizo el recurso. Pero yo busco escribir lo que siento y decirlo como lo siento. Hay gente que descubre la técnica necesaria para hacerlo pero no tiene esa conexión, no la logra.

-¿Que elementos inspiraron tu premiado libro “Shumpall”?

-Originalmente es un relato mapuche. Shumpall es el ser que se lleva a las mujeres hacia el mar. Se las lleva en la tercera ola. Lo que hice fue reconstruir el relato a partir de distintas fuentes orales y luego convertir esto en un relato poético. Al principio iba a llamarse “Invocación”, invocación al Shumpall, porque es una historia de conquista, de amor y de rapto.

Hace unos meses Miranda Rupailaf y un grupo de amigos poetas fueron víctimas de un hecho de discriminación en un café-bar de Osorno. La poeta, después de pasar varias horas corrigiendo sus poemas, fue básicamente expulsada con violencia del lugar por tener cara de “mapuche”. La escritora denunció públicamente el hecho y este recorrió toda la prensa de su país por varios días.

-¿Qué escribes por estos días?

-Estoy trabajando más que nada con testimonios, testimonios de hechos de discriminación. Porque yo viví una situación así, me echaron de un lugar por mapuche y luego los propios dueños de ese lugar dieron una versión en la cual yo aparecía como la persona que había sido violenta y arbitraria. Entonces estoy recibiendo de parte de distintas personas estas experiencias donde fueron discriminados. Se lo conté primero a una amiga, ella lo puso en su blog y luego se repartió por toda la prensa. Yo misma me sorprendí.

-¿Cómo es la relación de la poesía mapuche con respecto al universo cultural y político trasandino?

-Hasta el 2003, año en el que apareció editada una antología de la poesía mapuche, las cosas eran distintas. Hoy la poesía mapuche es más reconocida. En los libros de antología editados por el gobierno chileno los poetas mapuches no figuraban, no estaban. Eso ha cambiado, el gobierno los fue incorporando. Pero socialmente la diferencias, las discriminaciones, siguen existiendo. Todavía se marcan, sobre todo en la zona de los lagos de donde soy yo, diferencias entre quienes son descendientes de alemanes y descendientes de mapuches.

El viernes y el sábado la gente de la zona tendrá la oportunidad de escucharla a ella y a los demás buenos poetas chilenos y argentinos que participan del encuentro donde la poesía es tanto un pretexto como un camino a seguir.

Datos del Encuentro

El “Encuentro de Poesía Argentino- Chileno” comenzó el jueves en la Biblioteca Sarmiento. Continua el viernes 26 en la Escuela de Arte “La Llave”, donde los participantes ofrecerán un Taller de Poesía abierto a todo público. El sábado 27, en la plaza del Centro Cívico, a las 12, los poetas harán una intervención poética. Las actividades terminan ese mismo día más tarde en la Biblioteca Popular de Dina Huapi.

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