La preocupación de las Fuerzas de Seguridad por la fiesta de la Selección argentina

Una denuncia por un plan que atentaría contra la integridad de los jugadores, desbordes y el ingreso de un fanático en el predio de la AFA, despertaron incertidumbre entre las autoridades. Se montó un fuerte operativo en las inmediaciones del Monumental.

La Selección argentina partió pasado el mediodía al estadio Monumental, donde jugará ante Panamá a partir de las 20:30. El traslado de los jugadores se realizó en una combi que fue custodiada por un megaoperativo de seguridad.

Es que la preocupación de las autoridades se incrementó luego de que ayer por la tarde, una falla en los controles del predio de la AFA en Ezeiza permitió que un hombre se colara a la concentración y se tomara una foto con Lionel Messi. 

Los futbolistas se asustaron temiendo algún ataque por parte del individuo, pero solo quiso una captura con el capitán y fue aprehendido al instante.

El sujeto en cuestión, identificado como Fernando Palacios, fue trasladado a la comisaría más cercana por haber ingresado al lugar en el baúl de un vehículo. Palacios llegó desde Azul sin avisarle a nadie de su ida a Buenos Aires.

Debido a este incidente, la seguridad fue reforzada para el trayecto por autopista 25 de Mayo y el resto del trayecto hacia el estadio, y los jugadores, además de salir por un sector muy vigilado desde Ezeiza, ingresaron al estadio por un portón que se abrió especialmente.

Pero no fue la única situación que encendió las señales de alerta. Este mediodía habría ingresado una denuncia en la Unidad Fiscal de Eventos Masivos de Buenos Aires donde se brindaban datos sobre un presunto plan para arruinar la fiesta prevista para esta noche.

Así fue que La fiscal Celsa Ramírez ordenó aumentar la seguridad, comunicar la novedad a las autoridades del área y hacer todas las tareas de prevención posibles, para que la jornada transcurra con la mayor paz posible.

El plan, orquestado desde un grupo de barras bravas, habría consistido en ingresar en el segundo tiempo al campo de juego, en medio del partido, rodear a los jugadores, sacarles la ropa y apoderarse de la fiesta. Este desborde que algunos podrían adjudicar a un fanatismo irracional en realidad tendría un segundo objetivo: hacerle entender a las autoridades del fútbol argentino que el negocio de la reventa es para todos o para nadie.

El otro asunto que tiene muy preocupada a las autoridades es lo que pase en el primer anillo de seguridad donde se controla que la gente que accede con sus tickets. Porque hay muchos fanáticos con entradas falsas, compradas en páginas de Internet y también porque estiman que varios intentarán colarse sin su ticket correspondiente.

Con información de Infobae y Noticias Argentinas


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