Qué pasó con los cables enterrados en el norte de Roca: explosivos y un misterio de más de 40 años

Descubrieron más de 30 pozos con cables compatibles con explosivos en el norte de Roca. Las cargas estaban enterradas en una zona minera abandonada.

El norte de Roca se convirtió, otra vez, en escenario de un hallazgo inquietante. Si bien no se encontraba tan distante del cuerpo del joven presuntamente asesinado en Roca, no se trató de una pista criminal sino explosivos. Policías, bomberos y la Brigada de Explosivos trabajaron durante varios días para neutralizar el riesgo. Este viernes terminaron los procedimientos.

Antiguos, olvidados, potencialmente peligrosos. Fue en una cantera, a menos de dos kilómetros del aeropuerto, en dirección a Casa de Piedra. Un sitio que parece inerte, con jarillas secas, piedras y caminos de ripio. Pero bajo la superficie, algo descansaba desde hacía más de cuatro décadas.

Explosivos dormidos bajo la tierra: el hallazgo que estremeció al norte de Roca. Foto Andrés Maripe.

La secuencia comenzó con una denuncia sencilla pero contundente: cables sospechosos que sobresalían de la tierra. Lo que siguió fue un despliegue técnico, policial y judicial sin precedentes recientes. Hoy, se sabe que los explosivos fueron colocados hace más de 40 años, posiblemente por alguna empresa minera o petrolera que nunca volvió a buscarlos.


El comienzo del hallazgo


Todo terminó cuando un operario que manejaba una retroexcavadora logró desenterrar algo extraño: aparecieron cables y no era un simple tendido eléctrico. Tenían la forma y distribución típica de instalaciones para detonaciones.

Se activaron protocolos de seguridad y no hubo detonación. Foto Andrés Maripe.

El hallazgo ocurrió en una antigua cantera, un lugar perdido entre las bardas del norte roquense. A pocos kilómetros de la rotonda del aeropuerto, en dirección a Casa de Piedra, y a poco más de kilómetro y medio campo adentro hacia el oeste. La Policía de Río Negro activó de inmediato los protocolos. Se sumó la Brigada de Explosivos, personal de bomberos del aeropuerto y el Sistema Integral de Atención de Emergencias.


Cables, pozos y detonadores: el hallazgo creció


Lo que al principio fueron unos pocos cables terminó siendo una estructura mucho más compleja. «Se detectaron unos 35 cables en distintos lugares, en una dimensión de unos 3 kilómetros», explicó el comisario general Miguel Ángel Mossano. A medida que avanzaban las tareas, encontraron más de 30 pozos compatibles con detonaciones. Cada uno, conectado por estos cables viejos, estaba diseñado para sostener explosivos.

El comisario Miguel Ángel Mossano, uno de los referentes de la fuerza presente en el lugar. Foto Andrés Maripe.

Las piezas comenzaron a encajar: alguien, en algún momento, había preparado el lugar para una detonación que nunca ocurrió. Los pozos, de 2 pulgadas de diámetro y separados entre 2 y 3 metros, estaban cuidadosamente enterrados. La zona se convirtió en un sitio resguardado, con tres anillos de seguridad.


Explosivos vencidos y sin reacción


El misterio escaló hasta que, finalmente, la Brigada de Explosivos decidió hacer detonaciones controladas. Las cargas se activaron con sistemas externos, propios del equipo actual. Sin embargo, no hubo explosión. “Los explosivos no reaccionaron porque están vencidos. Tienen más de 40 años y fueron afectados por la humedad del terreno”, detalló Mossano.

Hubo un importante despliegue en la zona del hallazgo. Foto Andrés Maripe.

Se tomaron todas las medidas de seguridad: encapsularon el área, convocaron a ambulancias y bomberos, y realizaron varias pruebas antes de confirmar que las cargas no representaban riesgo inmediato. “La zona ha quedado libre de todo tipo de peligro”, confirmó el comisario general, al finalizar los operativos del viernes.


Qué pudo haber pasado hace 40 años


La pregunta inevitable que realizamos desde Diario RÍO NEGRO fue: ¿quién colocó esos explosivos? ¿Con qué fin? Y, sobre todo, ¿por qué nunca se los retiró? Por ahora, son sólo hipótesis. Mossano dijo que se presume que se trató de trabajos vinculados a empresas que hicieron mediciones de suelo o proyectos mineros o petroleros durante las décadas del 70 u 80. «Se va a tratar de llegar a ver quiénes son los que trabajaron en la zona», explicó el comisario.

También se descartó que los materiales correspondan a actividades recientes, como algunas exploraciones realizadas en 2018. «Esto que se encontró hoy tiene más de 40 años«, aclaró el comisario. Los explosivos se mantuvieron bajo tierra durante décadas, sin alterar su posición, esperando una activación que nunca ocurrió.


Cómo sigue la investigación


Aunque la zona fue despejada y asegurada, la investigación continúa. En paralelo, trabaja el Ministerio de Seguridad y la Secretaría de Minería. El objetivo ahora es identificar la procedencia de los materiales y determinar si hubo responsabilidad institucional o privada en su abandono.

Mientras tanto, la Policía mantuvo su presencia en el lugar y este domingo retiraron todos los materiales que no estallaron pese a recibir cargas externas.


El norte de Roca se convirtió, otra vez, en escenario de un hallazgo inquietante. Si bien no se encontraba tan distante del cuerpo del joven presuntamente asesinado en Roca, no se trató de una pista criminal sino explosivos. Policías, bomberos y la Brigada de Explosivos trabajaron durante varios días para neutralizar el riesgo. Este viernes terminaron los procedimientos.

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