A los gritos, el fiscal Vignaroli abandonó una audiencia de Planes Sociales en Neuquén

Dijo que el juez Marco Lúpica Cristo "inclina la balanza a favor de la defensa". El magistrado esperó su regreso 40 minutos y amenaza con sanciones.

«¿Le va a seguir dando la palabra a la defensa y no a la fiscalía? Esto no lo puedo tolerar«, levantó la voz el fiscal jefe Pablo Vignaroli al juez Marco Lúpica Cristo. Apagó su notebook y empezó a guardar sus pertenencias, en medio de una audiencia en el caso Planes Sociales.

El juez no lo detuvo. Al contrario, le dijo: «váyase, doctor». Vignaroli abandonó la sala de forma aparatosa, gritando su enojo. «No puedo tolerar la manera que inclina la balanza a favor de la defensa. Realmente desastrosa».

El escándalo, con muy pocos precedentes, se veía venir. Un rato antes, el juez había advertido que se estaba produciendo «una guerra de egos» entre la fiscalía y la defensa. El clima estaba tenso.

La antesala del nuevo juicio


La audiencia fue continuación de otra realizada la semana pasada, para discutir las pruebas que se utilizarán en el juicio que comenzará el 25 de noviembre próximo (y que podría postergarse por estas novedades). En esa instancia se definirán los años de prisión que deberán cumplir cada uno de los 11 condenados por administración fraudulenta.

Por la acusación asistieron Vignaroli y Gustavo Kohon en representación de la fiscalía de Estado. Enfrente estuvieron la defensora pública de Circunscripción, Laura Giuliani, y la defensora pública Carolina Johansen en representación de Néstor Pablo Sánz, Isabel Montoya, Valeria Honorio y Emmanuel Victoria Contreras, y Pablo Gutiérrez por Tomás Siegenthaler, Laura Reznik y Julieta Oviedo.

La fiscalía ofreció 33 testigos y 20 pruebas documentales, y las defensas le pidieron aclaraciones. Para escuchar esas precisiones se convocó a la audiencia.

«Guerra de egos»


Hubo un tironeo -habitual, no por eso sano- respecto de quién tiene que poner las pruebas a disposición de quién. Suele darse en estos términos: «las pruebas están en la fiscalía, vengan a verlas», versus «¿por qué tenemos que ir? Las pedimos por correo y nunca las mandan». Eso motivó el sermón del juez Lúpica Cristo para que dejen de lado «la guerra de egos».

Carolina Johansen y Laura Giuliani, la defensa pública en el caso Planes Sociales. (Cecilia Maletti)

Vignaroli ofreció las aclaraciones que pedía la defensa, hubo un cuarto intermedio para examinar ciertos documentos con más tiempo, y a continuación Carolina Johansen fundamentó largamente por qué se oponía a determinados testigos. Lo mismo hizo Pablo Gutiérrez.

El turno ya pasó


Cuando Pablo Vignaroli quiso replicarles, el juez le dijo que su turno ya había pasado. «Usted no tiene que dar argumentos a media máquina, tiene que darlo todo» lo sermoneó -otra vez- el magistrado, como dando a entender que antes se había guardado cartas que ahora no podía jugar.

Vignaroli es el fiscal con más antigüedad de la provincia. Está en el cargo desde antes de que existiera el Consejo de la Magistratura y le queda poco para jubilarse. Lúpica Cristo es de los jueces más jóvenes. Pero lo que sucedió en la audiencia fue más que un choque generacional.

«Tomo nota»


«Dejo planteado que usted viola el principio de contradictorio, está afectando seriamente el derecho de la acusación. No me deja hacer mi trabajo», levantó el tono Vignaroli. Imperturbable, Lúpica Cristo respondió: «tomo nota».

Marco Lúpica Cristo, el juez de Garantías que dirigió la audiencia. (Cecilia Maletti)

Vignaroli siguió, mientras su temperatura subía: «Si a usted le parece que estas son las reglas, absolutamente rompe la igualdad de las partes».

Como el juez mantenía su posición, el fiscal jefe dejó salir todo su enojo. Mientras recogía sus efectos personales, y en tono cada vez más alto, dijo: «No lo puedo tolerar, la manera en que inclina la balanza en favor de la defensa. Me voy a retirar de esta audiencia desastrosa».

«Váyase doctor», lo azuzó Lúpica Cristo.

El momento en que Vignaroli (de saco negro) abandona la sala. (Captura de video)

Gustavo Kohon también se fue, siguiendo sus pasos. Desde la puerta, Vignaroli dio su último grito: «No puede continuar la audiencia sin la otra parte».

El magistrado abrió un cuarto intermedio de una hora, hasta las 12:30. Con puntualidad regresaron todos a la sala menos el fiscal jefe.

«Causal de mal desempeño»


Lúpica lo esperó 40 minutos, y anunció: «Su presencia es una obligación inexcusable. La ausencia injustificada, que no había visto jamás, ese retiro abrupto, enojado, constituye una falta grave, una causal de mal desempeño».

«Fue una salida intempestiva, enojada. Se fue sin autorización del juez. No está sosteniendo activamente sus intereses», continuó Lúpica Cristo. «Cuando se estaba yendo, gritando desde allá porque hasta la puerta hay 15 metros, mencionó con la mano (teatralizó el gesto) ‘así no puede continuar con la audiencia si yo me voy’, sabiendo que estaba posiblemente frustrando una posibilidad del contradictorio. Eso lo hace más grave».

«Sé que hay vehemencia en las audiencias, pueden pasar cuestiones en las vidas particulares de cada uno, pero eso no habilita a cualquier cosa en la sala de audiencias. Yo también merezco respeto».

«El abandono abrupto de la audiencia constituye una conducta susceptible de una sanción. Por lo que resuelvo intimar a través de la Oficina Judicial al fiscal jefe Vignaroli para que efectúe su descargo por escrito en 48 horas. Vencido el plazo sin una presentación se resolverá de acuerdo con las facultades que dispongo. Pido mediante la Oficina Judicial que se informe respecto de si tiene sanciones, llamados de atención o apercibimientos».

«No son las formas, pero tengo razón»


Consultado por diario RÍO NEGRO luego de la audiencia, Vignaroli dijo que «reconozco que me enojé de más, no son las formas, pero tengo razón».

Afirmó que la resolución del juez «es nula» y pedirá al Tribunal de Impugnación que así la declare. Este incidente podría provocar un retraso en el juicio de cesura previsto para el 25 de noviembre.

«El juez estaba decidido a no escucharnos», afirmó el fiscal jefe.

Consultado sobre los motivos por los cuales no lo recusó, dijo que «entendí que era mejor dejarlo así, era mejor que la audiencia tuviera ese resultado, creo que él ya lo tenía decidido».

«Desechó muchas de las pruebas que ofrecimos porque no nos escuchó. Hubo favoritismo hacia una de las partes».

Anticipó que en su descargo afirmará que el juez «cambió la dinámica de la audiencia. No respetó el contradictorio. La muestra está en cómo resolvió».


"¿Le va a seguir dando la palabra a la defensa y no a la fiscalía? Esto no lo puedo tolerar", levantó la voz el fiscal jefe Pablo Vignaroli al juez Marco Lúpica Cristo. Apagó su notebook y empezó a guardar sus pertenencias, en medio de una audiencia en el caso Planes Sociales.

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