Aumentos en el Senado: el oficialismo quiere anularlos mientras el Ejecutivo otorga ascensos
Tras la polémica, senadores oficialistas y del PRO buscan dar marcha atrás con el aumento. En simultáneo, el secretario de Prensa, Serenellini, obtuvo rango de ministro. Ya habían jerarquizado a Adorni. En Diputados aún no hubo reacción.
El sorpresivo y exponencial aumento de las dietas de los senadores causó un terremoto en el sistema político. Legisladores de La Libertad Avanza y el PRO ahora buscan dar marcha atrás con la suba, que fue criticada por Javier Milei, pero mientras tanto el presidente engordó el bolsillo de su secretario de Prensa, Eduardo Serenellini, al volver a darle rango de ministro.
La duplicación de los sueldos de los senadores, que ahora pasarán a cobrar unos $4.500.000 de bolsillo, fue aprobada a mano alzada. Los representantes oficialistas y del PRO negaron haber acompañado, pero no lo verbalizaron en el recinto ni pidieron votación nominal, y de esa manera convalidaron la resolución. Por eso, en un intento de tomar distancia, este viernes anunciaron proyectos para retrotraer el incremento.
El primero fue el jefe del bloque macrista, el cordobés Luis Juez, quien no solo propuso anular la resolución sino que además le pidió a la vicepresidenta Victoria Villarruel que no le paguen el aumento. “Nuestro país atraviesa momentos de extrema dificultad, que requieren de quienes hemos sido honrados con la representación de nuestros comprovincianos una actitud responsable y de ejemplaridad”, argumentó.
Horas después, el jefe del bloque oficialista, el jujeño Ezequiel Atauche, anunció que también presentarían un proyecto para dejar la medida sin efecto. La decisión fue previamente comunicada a Villarruel, quien (según dicen en su entorno) no emitió opinión y se mantuvo al margen, tal como lo hizo tras la votación.
“Dado el esfuerzo que están haciendo todos los ciudadanos para la construcción de una Argentina distinta y la necesidad de que los primeros en dar el ejemplo seamos los funcionarios públicos, es imperioso que se retrotraiga el aumento”, fundamentaron los siete oficialistas en un comunicado.
Por su parte, el senador y titular de la UCR, Martín Lousteau, se sinceró después de haber levantado tímidamente la mano. “Todos votamos. El proyecto lo firmaron todos los bloques. Un senador estaba cobrando menos que un tuitero del presidente, la tercera parte que (Manuel) Adorni”, lanzó en alusión al vocero presidencial, que hace días fue ascendido a secretario de Estado.
Al caso de Adorni se sumó este viernes el de Eduardo Serenellini, el secretario de Prensa, que días después de haber sido rebajado de jerarquía pasó a tener rango de ministro, al igual que la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo. Pasará a cobrar alrededor de $3.500.000 brutos.
Por si fuera poco, un diputado nacional de Unión por la Patria, Itai Hagman, denunció que los integrantes del directorio de YPF designados por Milei (entre los que se encuentran el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y su segundo, José Rolandi) quintuplicaron sus honorarios y pasarán a ganar “cerca de $70.000.000 por mes”.
“Ni hablar del evidente el conflicto de intereses entre gran parte de esos nuevos directores que vienen de (y siguen vinculados a) otras empresas del sector como TecPetrol (Techint) y CGC (Corporación América)”, advirtió Hagman, que presentó un pedido de acceso a la información ante la petrolera.
Las noticias chocan con el discurso de austeridad del Gobierno. Sin ir más lejos, el ministro de Economía, Luis Caputo, se metió en la discusión: por redes sociales calificó como “vergüenza ajena” el aumento en el Senado y advirtió que “el nivel de desconexión con la gente y la situación económica actual es total”.
Diputados, en una tensa calma
En la Cámara de Diputados, en tanto, reina una tensa calma y por el momento no hubo reacción. Horas después de la sesión del Senado, Martín Menem recibió en su despacho a diputados del oficialismo y la oposición, entre ellos Miguel Pichetto, aunque aseguran que fue para seguir negociando la “ley bases” y que el tema de las dietas no se tocó.
Lo cierto es que ahora la brecha entre senadores y diputados será enorme: mientras que los primeros ahora cobrarán unos $4.500.000 de bolsillo, los segundos percibieron en marzo $1.600.000, más el plus por desarraigo, que es de $328.000, con lo cual un diputado del interior está ganando $1.928.000 (en abril recibieron menos por la anulación del aumento del 30%).
El problema en Diputados es que, a partir del “desenganche” de las dietas respecto de la paritaria de los empleados legislativos, los aumentos quedaron a discreción de Menem, quien se muestra alineado con Milei, al menos públicamente. Hasta que no se apruebe, como en el Senado, un mecanismo de actualización, las dietas seguirán congeladas.
En los pasillos de la Cámara baja, el malestar es palpable. “Hoy no se consigue hotel por menos de $70.000 la noche, y de los más baratos. Tres noches por semana son $210.000”, lamentó un diputado del interior que cree que debe haber un aumento pero considera que el de los senadores fue exagerado.
Hay proyectos presentados para subsanar esta situación. El jefe de Hacemos Coalición Federal, Miguel Pichetto, Silvia Lospennato (PRO) y hasta un libertario, Carlos D’Alessandro, proponen atar los aumentos a la movilidad jubilatoria, que ahora se calcula por IPC (Índice de Precios al Consumidor). Además, buscan equiparar los salarios en los tres poderes del Estado.
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