El arreglo del avión de Río Negro: un operativo complejo y con varias zonas grises

En el aeropuerto de Salta hay un taller, pero los mecánicos no pueden tocar el Cessna que se rompió el domingo. ¿Quién pide los permisos necesarios a la ANAC?

El incidente fue menor, pero la reparación del avión de la Gobernación de Río Negro no será sencilla.

Las reglas de la aeronáutica argentina y las complejidades particulares del caso aparecen como serios obstáculos a superar antes de que el Cessna Citation V Ulta vuelva a despegar desde Salta, con destino a Viedma.

El domingo pasado, a las 9.15, la aeronave aterrizó en el aeropuerto internacional “Martín Miguel de Güemes” y segundos después quedó inmóvil en medio de la pista, después de que se bloqueara el sistema de frenos y se rompieran dos neumáticos.

El avión tuvo un “desplazamiento mínimo”, de acuerdo con los primeros reportes oficiales, sin que ninguno de los tres ocupantes sufra lesiones.

Sin embargo, los arreglos y la posterior habilitación para volver a volar llevarán tiempo, en principio por el lugar donde ocurrió el incidente.

Tres fuentes del sector aeronáutico -dos del ámbito privado y otro del público- coincidieron al explicar que las soluciones mecánicas no pueden encontrarse en Salta, porque el taller oficial que existe en esa provincia, administrado por la Dirección General de Aviación Civil, no puede intervenir en un avión de las características del comprado por el gobierno rionegrino.

Eso tiene una sencilla explicación: la aeronave rionegrina es un Cessna y la Provincia de Salta tiene entre su flota un Learjet y tres helicópteros Bell.

“Los talleres están habilitados por ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) para operar con aeronaves específicas. No pueden actuar ante cualquier avión. Y como Salta tiene esa limitación, se debe buscar un taller autorizado, con las habilitaciones correspondientes, en otro punto del país o de la región”, describió una de las fuentes.

Ahora bien, “mover” ese taller tampoco es algo que se define de un momento a otro.

“Hay que notificar a la ANAC, recibir la autorización y luego detallar todo el trabajo que se hizo”, completó el especialista consultado.

Pero lo que también es relevante es quién hace esos trámites ante la ANAC.

“Eso lo tiene que pedir el dueño del avión”, contestó ayer el funcionario público consultado por RÍO NEGRO.

Aparece ahí nuevamente un problema, porque el Cessna LV-KFB aparece en registros de aeronáutica ya como propiedad del Gobierno de Río Negro, pero el mismo Ejecutivo provincial insiste desde el domingo en que toda la responsabilidad por lo ocurrido es de los vendedores del avión.

¿Permitirá la ANAC que se responsabilice una empresa como Nell Joy Latinoamericana, que ofició como intermediaria de la estadounidense Gantt Aviation en la licitación? ¿Pedirá la autorización el gobierno rionegrino, asumiendo ya el avión como propio y exponiéndose entonces a eventuales reclamos por los perjuicios que generó a cientos de pasajeros el incidente del domingo en Salta?

Más preguntas sin respuestas claras, alrededor de una operación que superó los 4,2 millones de dólares.

Lo que también debe tenerse en cuenta es que, aun superando todas esas instancias y con el avión reparado, luego de la intervención de ese taller y de los mecánicos habilitados deben realizarse controles y pruebas, para garantizar que el viaje siguiente se realizará en un entorno seguro.

La intención del gobierno provincial era presentar la aeronave esta semana, en el aeropuerto Gobernador Castello de la capital. Todo indica que ese anhelo está muy lejos de concretarse.


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