El primer laboratorio de cannabis medicinal en la Patagonia entra a su etapa final de la mano del INTA

El proyecto que articula al sector público y privado ingresó en su etapa final en Allen y promete transformar tanto el acceso a tratamientos como la producción regional de resina a escala industrial.

El INTA Patagonia Norte encara la etapa final del laboratorio de cannabis medicinal que se construye en Allen y que promete modificar el acceso a tratamientos y la producción regional. La iniciativa que inició en el 2021 se convirtió en la más avanzada de la Patagonia bajo regulación nacional.

En diálogo con Diario RÍO NEGRO, la directora del INTA Patagonia Norte, Mariana Amorosi, explicó que el objetivo central es “la sustitución de importación, generar toda la cadena de valor acá en la región, conocimiento, investigación, mano de obra y que el producto sea nacional”.

El predio de Allen es el único de esta magnitud en toda la Patagonia. “En Río Negro y Neuquén somos los únicos aprobados bajo la ley nacional 27.350 con el laboratorio completo”, señaló Amorosi.

El predio tiene una extensión de dos hectáreas. Foto: Gentileza.

El esquema involucra la producción de flores por parte del INTA y la ONG Ciencia Sativa, mientras que el laboratorio privado Pesadati S.A.S será el encargado de extraer la resina y enviarla al laboratorio de Río Negro Profarse y al preparado magistral de Neuquén. La meta, según indicó Amorosi, es abastecer tanto al sector público como al privado, con productos locales certificados y trazables.

Amorosi remarcó que hoy «quien tiene que comprar un aceite por alguna patología le sale carísimo porque traen la resina de otros países y el producto también» por lo que la fabricación local busca reducir costos y garantizar accesibilidad. Además, el proyecto apunta a abastecer un mercado que hoy opera sin regulaciones claras.

«Nosotros esperamos un impacto positivo, sobre todo en darle seguridad a quien lo necesite que tenga una patología y lo tenga que consumir».

Mariana Amorosi, directora del INTA Patagonia Norte.

El organismo nacional viene trabajando en diferentes metodologías de cultivos que les permitió construir nuevos conocimientos en la región y publicarlos. Además, están desarrollando una maestría junto a la Universidad Nacional del Comahue única en Latinoamérica.

El proyecto ya generó interés internacional. Amorosi adelantó que están en diálogo con Embrapa, de Brasil, después de que representantes conocieran los avances durante un congreso. “Se van abriendo muchas puertas de trabajo y tuvimos reunión de trabajo con ellos”, afirmó.

Etapa final del laboratorio de cannabis medicinal en Allen


El laboratorio ya está en su etapa final, los equipos fueron instalados y avanzan las habilitaciones de seguridad e higiene. Según Amorosi, son 22 equipos para la producción de resina y la medición de cannabinoides, un salto tecnológico inédito en la región.

La directora detalló que la capacidad estimada permitirá procesar 25 kilos de flor seca por día y obtener alrededor de 3 kilos de resina cruda. Esto se traducirá en unos 500 goteros diarios, dependiendo del cannabinoide.

El INTA desarrolló un sistema propio de trazabilidad en alianza con empresas tecnológicas y Ciencia Sativa. “Desde la semilla hasta el producto final está todo con un sistema de trazabilidad, necesitamos darle seguridad, confiabilidad y que sepan de dónde viene”, detalló la directora.

Producción del laboratorio

500 goteros
por día, es el estimado que tendrá en producción el nuevo laboratorio de cannabis medicinal.

El organismo nacional tiene una variedad de flores que actualmente se somete a pruebas agronómicas en distintos puntos del país. Además, tiene otras tres variedades nuevas de cannabis ya presentadas ante INASE, a la espera de resolución. El objetivo es adaptar genética local y asegurar estabilidad agronómica para la producción regional.

El laboratorio incorporará también un sector de calidad microbiológica y un secadero especializado, indispensables para cumplir normas nacionales e internacionales.

Secadero de cannabis.
Secadero de cannabis.

Una proyección internacional


El proyecto avanza en un marco regulatorio escalonado que exige habilitaciones municipales, provinciales y nacionales. El INTA depende administrativamente del municipio de Allen, por lo que primero deben completar esa etapa. «Estamos terminando las habilitaciones municipales para avanzar con la provincial y después la nacional», explicó Amorosi.

Una vez superados esos pasos, el laboratorio podrá producir para todo el país e incluso exportar. Amorosi planteó que podrían “empezar a exportar resinas, variedades”, siempre dentro del esquema regulatorio vigente.

El proyecto está amparado por la Ley 27.350 y la autorización del Ministerio de Salud, lo que garantiza estándares de control en cada fase. Esto permitirá que los productos derivados cumplan requisitos sanitarios formales.


El INTA Patagonia Norte encara la etapa final del laboratorio de cannabis medicinal que se construye en Allen y que promete modificar el acceso a tratamientos y la producción regional. La iniciativa que inició en el 2021 se convirtió en la más avanzada de la Patagonia bajo regulación nacional.

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