Cannabis medicinal: otorgan la primera licencia para cultivar Cannawine a una empresa nacional

El INTA y la Asociación Ciencia Sativa otorgaron la primera licencia de propagación de Cannawine INTA-ACCS a una empresa en Trenque Lauquen, la primera variedad de cannabis registrada en el INASE. Un avance clave en el desarrollo de la industria del cannabis medicinal, con el objetivo de expandir su alcance a distintas regiones del país.

En el marco del proyecto de cannabis en Patagonia Norte, surgido tras la sanción de la Ley Nacional 27.350, el INTA y la Asociación Civil Ciencia Sativa (ACCS) trabajan en el mejoramiento y registro de variedades nacionales de cannabis. Cannawine, la primera variedad registrada en 2023 en el INASE, fue recientemente licenciada al grupo Pango para su producción a gran escala en Trenque Lauquen.

Ariel Mazzoni –profesional del INTA Bariloche– explicó que esta iniciativa fortalece la industria del cannabis medicinal, permitiendo que las variedades nacionales se utilicen ampliamente en el mercado: «Uno de los objetivos que siempre se planteó en este proyecto de investigación en Patagonia Norte fue lograr variedades homogéneas y estables que puedan tener un uso inmediato y que estuvieran disponibles para la cadena productiva en distintas regiones del país, colaborando con socios del sector público y privado en la Argentina”

Por su parte, Roxana Aguirre –miembro de la comisión directiva Ciencia Sativa– reflexionó: «Esta es la primera licencia que nosotros junto con el INTA estamos otorgando a la empresa Pango para llevar adelante la propagación de esta variedad que ya tenemos registrada en el INASE».

Pango es una empresa privada radicada en Trenque Lauquen –provincia de Buenos Aires– que produce cannabis medicinal de manera orgánica, tanto en invernaderos bajo modalidad indoor como de forma extensiva. Se especializan en la multiplicación de clones con un enfoque sostenible.

Pango es una empresa privada radicada en Trenque Lauquen –provincia de Buenos Aires– que produce cannabis medicinal de manera orgánica.

Aliados con el INTA y Ciencia Sativa, trabajaron con la variedad Cannawine, obteniendo resultados exitosos, incluso superando desafíos climáticos en Trenque Lauquen. Clarisa Fabris Arnaiz – referente de la Empresa Pango– contó sobre su experiencia con esta variedad: «Nos interesamos en INTA y en Ciencia Sativa porque, desde el comienzo, entendimos que debíamos aliarnos con quienes tenían el conocimiento y que, progresivamente, íbamos a poder potenciarnos. La primera experiencia con la producción de Cannawine fue fantástica. Obtuvimos resultados muy interesantes e incluso hicimos pruebas sobre cómo la planta resiste las bajas temperaturas, y fue sumamente exitosa

Pango solicitó la licencia de propagación de Cannawine con el objetivo de apoyar productos nacionales de calidad y avanzar en la cadena de valor del cannabis de forma segura y sostenible. «Queremos propagar esta variedad porque entendemos que hay que apoyar lo nacional, los productos de calidad, y aquellos que nos permitan avanzar en este proceso de crecimiento dentro de la cadena de valor del cannabis de manera segura y sostenible. Apostamos a lo nacional porque creemos que es el camino a seguir»,

La ONG Ciencia Sativa, dedicada desde hace años al uso medicinal del cannabis, trabaja en la conservación de variedades terapéuticas esenciales para los pacientes. Lograron legitimar este trabajo con las nuevas leyes y tecnificar su labor en el cruce y uso de la planta.

Secadero de cannabis.
Secadero de cannabis.

«Desde siempre quisimos que ese trabajo que hacían las y los cultivadores que pertenecen a la organización, sosteniendo esas variedades tan importantes a nivel terapéutico para los pacientes que lo utilizan, pudieran tener una legitimidad dentro de las nuevas leyes”, señaló Aguirre.

Al mismo tiempo, reflexionó sobre la alianza entre la ONG y el INTA: «Unirnos nos permitió justamente adquirir todos esos conocimientos, y lograr hacer una sociedad en conjunto con muchos beneficios», y añadió: «Logramos tecnificar, darle metodología al trabajo que veníamos haciendo al conservar esas variedades, a hacer cruzamientos, a experimentar y darle mejor uso a la planta. Por eso junto con el INTA apuntamos a otorgar licencias de propagación para diferentes operadores que también trabajan con cannabis en el país, nos parece importante seguir compartiendo

Otro paso en la investigación del cultivo


En el Centro Regional Patagonia Norte del INTA y la Asociación Civil Ciencia Sativa trabajan en la investigación y desarrollo de toda la cadena productiva de cannabis con fines terapéuticos y medicinales en la región.

Este proyecto integra un programa de mejoramiento genético, banco de germoplasma y propagación de variedades nacionales en la Estación Experimental Bariloche del INTA –Río Negro–, el cultivo en la Estación Experimental Alto Valle del INTA y, dentro del mismo predio, la extracción de resina en el laboratorio Pasedati SA. Por último, la elaboración en el laboratorio de preparados magistrales en Junín de los Andes – Neuquén– y en el laboratorio Productora farmacéutica rionegrina sociedad del Estado – Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (Profarse- ANLAP), en Viedma – Río Negro–.

La experimental del INTA Bariloche tiene amplia experiencia en programas de mejoramiento genético tanto animal como vegetal, en este caso se centra en mejorar genéticamente las variedades de cannabis para optimizar su rendimiento y adaptabilidad. Estas variedades locales, probadas y registradas formalmente, están disponibles para su propagación por empresas y cultivadores, lo que impulsa las economías regionales.

De acuerdo con Mauro Sarasola – director de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Bariloche – la participación de esa unidad en el proyecto regional de cannabis está fuertemente enfocada en el componente de mejoramiento genético. “Los programas de mejoramiento son claves, no sólo para identificar las mejores variedades según la región, sino para mejorar la productividad«, explicó, y agregó: “Es importante desarrollar variedades locales, validadas, probadas, con un sistema de trazabilidad asociado y registradas formalmente porque se trata de desarrollos tecnológicos que aportan a las economías locales y regionales, poniendo las variedades a disposición del sector productivo», indicó.

Con el otorgamiento de la licencia a Pango, el proceso de desarrollo de variedades de cannabis medicinal se retroalimenta positivamente con los resultados obtenidos al cultivar estas variedades en distintas regiones. «Vamos a tener devoluciones del rendimiento, acerca de cómo han funcionado las variedades registradas en distintas producciones. Propuestas de mejora asociada a los sustratos, riegos y a la multiplicación, lo que permitirá mejorar la productividad y adaptación de las plantas a los entornos locales”, señaló Sarasola.

Este avance es posible gracias a la colaboración entre el INTA, la ONG y el sector privado, destacando el trabajo en red y el intercambio de conocimientos entre distintas instituciones y proyectos.


En el marco del proyecto de cannabis en Patagonia Norte, surgido tras la sanción de la Ley Nacional 27.350, el INTA y la Asociación Civil Ciencia Sativa (ACCS) trabajan en el mejoramiento y registro de variedades nacionales de cannabis. Cannawine, la primera variedad registrada en 2023 en el INASE, fue recientemente licenciada al grupo Pango para su producción a gran escala en Trenque Lauquen.

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