Estafa con planes sociales en Neuquén: Sánz volvió a estar preso en una comisaría
La tobillera electrónica detectó que salió 16 veces del domicilio. La defensa dice que fueron fallas del sistema, pero no le creyeron. Es uno de los señalados como cabecillas de la organización.
A punto de cumplir un año de detención domiciliaria, Néstor Pablo Sánz perdió el beneficio. El sindicado como uno de los cinco cabecillas de la estafa con planes sociales en Neuquén volverá a una comisaría con prisión preventiva desde este martes y por al menos seis meses por pedido de la fiscalía de Delitos Económicos y decisión del juez de Garantías Lucas Yancarelli.
En una audiencia realizada este mediodía el fiscal Juan Narváez reveló que la tobillera electrónica que tiene colocada Sánz detectó que el lunes salió 16 veces fuera del domicilio, a veces por pocos segundos, otras por 19 minutos. Fue entre las 16 y las 22.
Según un policía que fue al domicilio donde cumple la detención, Sánz le dijo que había ido «a lo del vecino».
Todas las aclaraciones que vinieron después no hicieron más que sumar confusión y contribuir al enojo del juez Yancarelli, uno de los más punitivistas de la provincia.
Problemas técnicos
El defensor Sebastián Perazzoli dijo que las alarmas saltaron por «problemas de desconexión de la tobillera», algo que «sucede habitualmente», y mencionó que «otros jueces lo entienden en casos así».
Sobre el policía que entrevistó a Sánz, el abogado aclaró que «no dijo que fue a la casa del vecino, sino a la casa de al lado. Porque cumple la detención en un inmueble de sus padres donde hay tres o cuatro viviendas y estuvo en la casa de su hermano ayudando al sobrino en tareas de matemáticas».
El juez Yancarelli pidió más precisiones, y el que tomó la palabra fue Sánz. Las cosas empeoraron.
Más cobertura
Sánz dio una explicación un tanto chapucera sobre el diálogo que tuvo con un empleado del ministerio de Seguridad respecto de la ubicación del módem o router y la amplitud de cobertura, para poder moverse entre la casa que ocupa, la de su madre y la de su hermano.
Al juez la cuestión le gustó cada vez menos y dio su resolución. Mientras lo hacía, oralmente, le pidió al defensor Perazzoli que no tomara nota en su notebook porque lo distraía con el ruido del teclado.
«Ya conocen mi criterio», empezó Yancarelli, autor de frases como «si existe una medida de coerción la misma se debe cumplir sea en Neuquén, en Chos Malal, en Río Negro, en Jujuy o en algún otro país, porque es una decisión judicial, y las decisiones judiciales deben ser cumplidas» (para referirse a la crisis carcelaria).
«No es un cheque en blanco»

Sobre el caso de Sánz, dijo que «no tenía nada que hacer en la casa del hermano. Hubiera ido el sobrino si necesitaba ayuda».
«La detención domiciliaria no es un cheque en blanco. Objetivamente no la cumplió. Las 16 alertas no tienen razón de ser», agregó. «Yo no sé si fue a lo del hermano o a lo del vecino. Mi obligación es tutelar el proceso.»
Con más énfasis, dijo que «el preámbulo de la Constitución nos manda a afianzar la justicia, y como juez no puedo permitir que la Constitución sea burlada».
En consecuencia, le revocó la detención domiciliaria y dispuso que vuelva a una comisaría con prisión preventiva por seis meses, como solicitó la fiscalía. La defensa pidió la revisión de la medida ante un tribunal.
Un rol clave
Sánz, ex director de Fiscalización del ministerio de Seguridad, es considerado una de las piezas claves en la estafa con Planes Sociales.
El otro señalado como principal imputado, el exdirector de Planes Sociales Ricardo Soiza, pretende descargarle la mayor parte de la responsabilidad de la maniobra.
Amigos durante años, hoy Soiza y Sánz están enfrentados. El primero logró hace poco la detención domiciliaria, el segundo vuelve a una comisaría después de 11 meses.
Sánz obtuvo la domiciliaria en noviembre del 2023 pese a la oposición de la fiscalía. Ofreció una declaración en la que entregó una lista de nombres supuestamente relevantes sobre la maniobra y esperó a cambio recibir la libertad, pero los fiscales Vignaroli y Narváez no le dieron trascendencia y se la negaron.
En la audiencia de hoy lo acompañó su pareja Isabel Montoya, también imputada. El juez la echó de la sala por hablar y usar constantemente su celular.
Una expareja suya, Valeria Honorio, es otra imputada. Hizo un acuerdo, se declarará culpable y será condenada a 3 años de prisión en suspenso. Es uno de los casos que deberán juzgarse nuevamente.
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