Exclusivo Suscriptores

La planta de fertilizantes, otra vez en la agenda política de Neuquén

El vicegobernador de Neuquén, Marcos Koopmann, presentará un proyecto en la Legislatura para que se declare de interés. El objetivo es reactivar la Planta Industrial de Agua Pesada. Vaca Muerta podría ser clave para un desarrollo a gran escala.

Una serie de aspectos confluyeron en hacer que fuera posible volver a pensar en un sueño eterno para Neuquén: su propia planta de fertilizantes. La candidatura a gobernador del actual vice Marcos Koopmann, el desarrollo de Vaca Muerta, el interés que ha mostrado Nación por reactivar la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) y el conflicto entre Rusia y Ucrania forman una ecuación que le volvió a dar sentido a que la provincia se convierta en una de las proveedoras de urea, que tiene una proyección de aumento de demanda a nivel nacional e internacional.


El primer lunes de mayo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunió con directivos de YPF y si bien el gas fue el tema principal, también «se trabajó sobre las perspectivas del aumento de producción de fertilizantes en la Argentina».

El funcionario ya había hablado de este tema durante la jornada Pulso de RÍO NEGRO al caracterizar que «la guerra no pasa en cualquier lado, pasa en un lugar que es clave para toda la cadena productiva mundial por la energía, por los fertilizantes, por los alimentos».


De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) alertó sobre el impacto de la suspensión de exportación de fertilizantes por parte de Rusia, principal productor del mundo.

Uno de los países más afectados en la región es Brasil, que importa el 85% del fertilizante, lo que terminó siendo uno de los motivos detrás del viaje de Jair Bolsonaro a Moscú en febrero, a pesar de los repudios que despertaba el ataque a Ucrania. Además, el brasileño envió a su ministro de Agricultura a Jordania, Egipto y Marruecos en una misión para conseguir fertilizantes. Algo similar pasa en Uruguay y Paraguay.

Esta es una deuda histórica que la Nación tiene con todos los neuquinos y neuquinas”.

Marcos Koopmann Vicegobernador de Neuquén.


Estos factores geopolíticos que Guzmán propuso ver como una oportunidad no pasan desapercibidos en la región. Según Koopmann, son esos cambios los que hacen creer que se puede avanzar en algo que se había hecho imposible. Por eso, esta semana presentará en la Legislatura un proyecto de ley para declarar de interés estratégico la planta de fertilizantes para el desarrollo de la provincia, le pedirá el acompañamiento al Ejecutivo nacional para que se concrete y gestiones a tal fin a los representantes de Neuquén en el Congreso. «Necesitamos que la Nación tome decisiones correctas», resaltó el vicegobernador en Vos a Diario por RN Radio.


Los posibles mercados no solo están afuera, con el ingreso de dólares que eso conllevaría, sino también adentro del país. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, de junio del año pasado, en Argentina se consumieron 5,3 millones de toneladas de fertilizantes en 2020 y el 54% fueron nitrogenados, como se quiere producir en la PIAP. Desde hace años, más de 3 millones de toneladas se importan, o sea que hay una gran ventana de oportunidad.
Otro de los grandes

puntos viene de la mano del desarrollo de Vaca Muerta y la posibilidad de industrializar gas en origen. «Nuestra condición de primer productor de gas del país y de contar con la enorme mayoría de las reservas a partir de Vaca Muerta, avala esta iniciativa que no significa frenar el desarrollo de otra región del país, sino simplemente requerir que una parte del gas que sale de la provincia se industrialice en nuestro territorio», detalló Koopmann.


En el proyecto que el vicegobernador desarrolló con el ministro de Energía, Alejandro Monteiro, y el presidente de la Agencia de Inversiones del Neuquén (ADI), José Brillo, se detalló otro factor: gas barato. El aumento en los precios del gas provocó el cierre de plantas de producción de fertilizantes por márgenes negativos en su operación. Otra ventaja es la logística, evitando complejos procesos de traslado.


Que el gas está y que no hay cómo trasladarlo es algo de lo que se habló mucho alrededor del lanzamiento del gasoducto «Néstor Kirchner». Koopmann lo tomó como algo a evitar: «queremos que Nación nos de las herramientas para poder hacerlo (a la planta de fertilizantes), pero que las cumpla y las haga realidad, porque después vienen las planificaciones largas y lentas, como nos pasó con el gasoducto, como nos pasa con el oleoducto».


La relación entre el agua pesada y la urea



Un proyecto que presentó en 2018 el actual secretario de Energía, Darío Martínez, cuando era diputado nacional, explicó el proceso que vincula al agua pesada y los fertilizantes nitrogenados como la urea, que es la más consumida del país.


El agua pesada se obtiene a través de un proceso conocido como “Intercambio Isotópico Monotérmico Amoníaco–Hidrógeno”. Consiste en el contacto de dos fases, una líquida (amoníaco) y otra gaseosa (hidrógeno). Según las condiciones de operación de la planta, se obtiene una acumulación preferencial del deuterio, un isótopo estable del hidrógeno, en la fase líquida.


Para poder realizar este proceso, la PIAP posee dos reactores de síntesis de amoníaco con una capacidad de producción de 2.150 toneladas por día. Estas unidades de síntesis son las más grandes del mundo y funcionan en un circuito cerrado, donde el amoníaco se sintetiza y se crackea en forma continua para posibilitar el proceso de obtención de agua pesada. Ese amoníaco sería la base para la elaboración de los fertilizantes.


Las otras ventajas de combinar las plantas que se enumeraron son, además del gas, la disponibilidad de energía eléctrica. En cuestiones de logística, la infraestructura de transporte ferroviaria cercana a la planta y la proximidad a los puertos y principales mercados local y regional (Brasil y Chile).

También se destacó que hay servicios logísticos de apoyo para la construcción de la planta, que los terrenos están estudiados y consolidados, y cuentan con agua, servicios de captación y tratamiento. Además se cuenta con personal técnico y profesional entrenado, servicios ante emergencias y posibilidades de ampliación de la capacidad instalada.


El «ahora Fertineu» de Koopmann



El primero proyecto que presentará el vicebogernador después de haber sido confirmado como el candidato a gobernador de la Lista Azul del MPN, es totalmente emblemático para Neuquén. Tanto se ha escrito sobre la planta de fertilizantes que sobraría para un libro.


Muchos recuerdan la frase «ahora, Fertineu» que pronunció el por entonces presidente Raúl Alfonsín durante su visita en 1984, con la que confirmaba una planta de fertilizantes para Plaza Huincul. Otros podrán vincularlo con el nacimiento del movimiento del piquetero.

«La planta de fertilizantes nos marca un perfil productivo viable al que no vamos a renunciar», comunicaron los vecinos de Cutral Co y Plaza Huincul que cortaban la ruta en junio de 1996, al enterarse que el gobernador Felipe Sapag suspendió el aporte económico que daría Provincia al proyecto y finalizabas las negociaciones con la firma canadiense Agrium.


Sin embargo, un extenso apartado del proyecto marcó las primeras gestiones por la planta en 1966. Se trata de un estudio que impulsó YPF y desarrolló con el Copade que registró que se «quemaban o venteaban más de 1.000 millones metros cúbicos de gas por año» en Huincul. Se estableció que el desarrollo petroquímico sería una buena forma de aprovecharlos, pero el derrocamiento del presidente Arturo Illia ese año, frustró el proyecto.


Se consignó que en el ’74 y en ’77 hubo nuevos intentos, según el proyecto, obstaculizados por el Gobierno nacional: «no hacían ni dejaban hacer, mientras tanto, el gas seguía venteándose». En el texto se hace la misma lectura sobre las trabas a Fertineu, refiriendo a funcionarios nacionales que preferían que la producción continuara en Bahía Blanca.


El interés por la planta resurgió en los ´90, pero nuevamente quedó frustrado. En los años subsiguientes se dictaron leyes e hicieron proyectos a favor del desarrollo de fertilizantes, pero ninguno con avance real. Cuando en mayo del 2017 la PIAP dejó de producir agua pesada, la idea de combinarla tomó fuerza.


Nuevamente, proyectos, ideas y declaraciones, pero nada concreto. Los trabajadores apoyan la idea, pero con reservas. Han advertido sobre la cantidad de años que tomaría levantar la planta de fertilizantes y que sin la producción de agua potable sería inviable por sus costos.

El delegado de la junta interna, Nicolás Ventura, puso el acento en que «tiene que estar anexada, sino no es una solución de fondo». Pidió que se de a conocer cuál es el proyecto de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conea) y valoró que se hayan podido reincorporar a algunos de los trabajadores, llevando la planta de 90 a 116, la que en 2017 era de 450.



Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Comentarios