Viaje al centro del pensamiento de Javier Milei: sus principales propuestas
¿Cambio estratégico o táctica electoral? El candidato de la Libertad Avanza comenzó a calibrar sus propuestas para un posible gobierno y mutó a posturas más gradualistas, que confundirían a sus seguidores porque muchas de ellas tienen plazos de hasta 35 años.
La buena elección del libertario Javier Milei en las PASO reciente lo colocó como favorito para repetir en la general de octubre e ingresar a un eventual balotaje en noviembre, dado el escenario de tercios en que parece haberse dividido la Argentina. Del excéntrico economista que obtuvo el tercer lugar en las legislativas del 2021 en Capital, con el 17% de los votos, pasó a estar en el centro de atención de analistas, periodistas y del establishment económico, que busca profundizar sobre sus propuestas y su aplicabilidad si llega a la Rosada.
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“Yo soy un liberal libertario. Filosóficamente, soy un anarquista de mercado”, se autodefine el candidato presidencial. También dejó pistas en su libro “El camino del libertario” que recopila opiniones y discursos escritos desde su lanzamiento político, hace apenas 5 años. Allí se declara admirador de autores pertenecientes a la facción más radical del liberalismo, la denominada “escuela austríaca”, entre ellos Friederich Hayek y Edwing von Mises, quienes polemizan con liberales clásicos como Milton Friedman o John Rawls.
La principal diferencia entre estas escuelas es que, para los liberales clásicos es necesaria una estructura estatal (gobierno, leyes, justicia, educación, etc.) que dirima conflictos y solvente diferencias entre las personas con distintas oportunidades. Para los libertarios, “la libertad individual es un valor supremo” y recelan de casi todo control estatal, por considerarlo invasivo e innecesario. Las formas del orden social se definen por el consentimiento mutuo, derechos irrestrictos y una libertad económica ilimitada. Proponen un estado mínimo, limitado a funciones policiales y de administración.
Durante sus presentaciones públicas ha reafirmado este perfil con frases audaces: “el plan motosierra en el Estado”, “dinamitar el Banco Central”, “terminar con la obra pública”, “acabar con la coparticipación”, “la justicia social es un robo” “los impuestos son una rémora de la esclavitud”, o permitir la libre portación de armas y la venta de órganos. Pero suele contradecirse como cuando habla de seguridad y pone al Estado en primer plano, o cuando desarrolla sus planes con extensos plazos que relativizan la dureza de sus dichos.
En aspectos morales, como el aborto, tiene posturas más compatibles con un religioso conservador que con libertarios que dice admirar como Ayn Rand, que consideran al feto como “parte del cuerpo y por tanto propiedad privada de libre disponibilidad”. Milei lo considera “otro individuo” sobre el cual la mujer “no puede disponer”.
Otros encuentran rasgos populistas en su discurso: su división binaria entre un “pueblo” trabajador y emprendedor obstaculizado por una “casta” que se apropia de los ingresos y su continua referencia a un “pasado dorado” idealizado que sitúa a principios del siglo XX con la “Generación del 80” y una “decadencia nacional” que no sólo es política o económica sino también “moral”, por el abandono de los principios liberales.
Para el analista político Julio Burdman, consultado por Río Negro, el gran mérito de Milei en estas elecciones, ha sido conectar con una parte de la sociedad “que vive una situación de angustia y está ávida de soluciones” al “poner sobre la mesa un programa de gobierno, guste o se rechace. En los estudios cualitativos pos-PASO, todos destacan que Milei ‘propone cosas’, por ejemplo para la inflación, más allá de si lo ven realizable o no. Por ahora nadie sabe muy bien qué proponen JxC o UP para resolverla”.
Más allá de su liderazgo carismático, que combina una estética “pop-punk” entre desacartonada y agresiva, Milei “propone debates ideológicos profundos y revisarlo todo”, asegura Burdman, que destaca tres ejes. Al proponer “destruir la coparticipación” Milei cuestiona la eficiencia del Estado nacional y plantea que las provincias sean quienes recauden los impuestos y vivan de ellos, algo que “ni siquiera los movimientos provincialistas proponen”.
Hablar de dolarización, “implica revisar toda la política macroeconómica, porque todo el tablero de tu política monetaria ya no lo manejarías vos”, agrega. Y finalmente, Milei también viene a “revisar el consenso de la democracia argentina, la lectura de la historia que dio lugar a 1983, la contradicción entre la democracia de los partidos y los militares. Milei, pero sobre todo su compañera Villarroel, propone un relato alternativo, que hubo una ‘guerra civil’ entre dos bandos, algo que ninguna fuerza mayoritaria había planteado hasta ahora, salvo quizás la Ucedé en los ‘80, y muy tibiamente”, agrega.
Dentro del programa libertario, varias propuestas tienen un problema: necesitarían amplias mayorías en el Congreso, como las de coparticipación, educación, privatizaciones, reforma tributaria y del sistema de seguridad social, y algunas ellas incluso reformas constitucionales, algo de poco a nada probable con las conformaciones actuales y previstas de las cámaras de Diputados y Senadores.
Ante esto, Milei aduce que sus propuestas están pensadas en al menos “tres etapas” y en plazos de hasta 35 años, lo que llevaría al menos unas 9 gestiones de 4 años cada una. El libertario señala que su ambición es generar “un cambio cultural” que lo haría posible, sin especificar cómo se fijaría esta continuidad de políticas en plazos tan extensos y sin dejar en claro qué haría en sus primeros cuatro años en caso de resultar electo. Estas son algunas
La dolarización ahora es “paulatina”
La expresión paulatina no es menor, porque el discurso de Milei ha variado hacia una propuesta que incluye adoptar el dólar como un horizonte de largo plazo, donde primero deberían estabilizarse el frente fiscal y monetario. Propone usar las reservas brutas y los títulos públicos del Banco Central, además de otros fondos. El tipo de cambio sería un “dólar de mercado” de $700 (cercano al blue). Plantea que las divisas necesarias llegarían de fondos que hoy están fuera del país y del circuito formal, gracias a la promoción del uso de divisas en las operaciones. Según especialistas consultados por Chequeado.com, eso implicaría una confianza del mercado y un financiamiento externo que hoy la Argentina no tiene. Plantea liberar el cepo desde el primer día, unificar el tipo de cambio y eliminar las retenciones, sin especificar cómo compensaría la pérdida de ingresos. Milei habló de un pago extra de Ganancias por parte del agro. Economistas advierten que una devaluación brusca dispararía la inflación a niveles mayores a los actuales.
Eliminación del Banco Central
Viene de la mano de la dolarización, ya que sin manejo de la política monetaria, su rol quedaría reducido a una “superintendencia de bancos” que regule y audite el sistema, pero ya no manejaría la moneda, los encajes ni las letras del Tesoro.
Coparticipación y recursos Naturales
Impulsa eliminar la coparticipación, lo que impactaría fuertemente en los presupuestos de las provincias. Habla de financiar una reforma tributaria con “regalías y concesiones por la explotación de recursos naturales”, que la Constitución de 1994 otorgó a las provincias.
Ministerios y planes
Aunque postula reducir “15 puntos del PBI” de déficit fiscal, esto se haría “en tres etapas” y a lo largo de “35 años”. El “plan motosierra” de Milei reduce de 19 a 8 los ministerios. Sin embargo luego relativizó los posibles despidos, diciendo que fusionarán áreas, el personal “será redistribuido” y sólo saldría la “planta política” y no “trabajadores”, sin mencionar cómo los distinguiría. La baja de planes sociales también sería “progresiva”. En lo inmediato “no se tocan porque quienes los reciben son víctimas”, dijo. Se eliminarían cuando repunte el empleo privado.
Sistema previsional
Plantea volver al esquema de jubilaciones privadas similar a las AFJP, considerando que los actores privados ofrecerían servicios de forma equilibrada, por su propio interés. Elimina el aporte patronal, con un esquema exclusivo de aportes personales. Liquidaría los regímenes de excepción.
Política exterior
Rechazó el ingreso de Argentina al Brics (China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica) y también dijo que saldría del Mercosur. En ambos bloques están 4 de los principales cinco destinos de las exportaciones argentinas. Se alejaría de China y EE.UU. e Israel serán socios “estratégicos”.
Obra pública y servicios
Eliminaría el sistema de obra pública financiada por el Estado para ir a uno de “iniciativa privada” que según detalló sería “a la chilena, con detalles de Perú y algo de Suiza”, que no especificó. Otra fuente sería la eliminar las transferencias a las provincias y los subsidios a luz, gas, agua y transporte. Privatizará empresas públicas.
Reforma laboral
Reduciría cargas patronales y cambiaría el sistema de indemnizaciones hacia un seguro de desempleo, similar al de la UOCRA, sin especificar cómo funcionaría y a cargo de quién. Promueve la “libre contratación” negociada entre empresas y trabajadores, eliminando convenios colectivos y paritarias.
Vouchers educativos
Propone cambiar el sistema público desarrollando unos vouchers para descentralizar “entregando el presupuesto a los padres”. Expertos dicen que no se puede pasar a un sistema de financiamiento a la demanda sin cambiar la Constitución y la Ley de Educación Nacional.
Salud arancelada
En Salud promueve “arancelar todas las prestaciones”. A ello se agrega la “creación de un seguro universal de salud proporcional a la capacidad de pago del receptor del servicio”, sin definir cómo se determinaría esta capacidad de pago. Cobraría la salud a los extranjeros no residentes.
Aborto
Proclama “la defensa del derecho a la vida desde la concepción”, aunque no refiere explícitamente a la Ley 27.610 que garantiza el Acceso a la Interrupción Voluntaria y Legal del Embarazo, sancionada en 2020 tras largo debate en el Congreso . Milei propuso “un plebiscito. Y, si el resultado es a favor mío, se elimina la ley. Pero que elijan los argentinos”. Sin embargo, constitucionalistas advierten que las consultas que fija la reforma de 1994 deben ser propuestas desde el Congreso y algunos creen que no se pueden plebiscitar temas de derecho penal.
Seguridad
Plantea desregular y simplificar el sistema de tenencia de armas, aunque por ahora abandonó la propuesta de “libre portación” que había sostenido en 2021. Sí plantea una privatización del sistema carcelario, que en una primera etapa incluiría militarizar los penales, al estilo quizás de lo que hace Bukele en El Salvador.
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