Por qué los mallines patagónicos son claves contra la crisis climática

Lo demuestran investigaciones del INTA y el Conicet. Se trata de ecosistemas de humedales que brindan múltiples servicios a la humanidad. Ahora se pudo estimar cuánta cantidad del dióxido de carbono pueden retener los mallines debajo del suelo

La Patagonia Norte de la Argentina se destaca por sus montañas, sus volcanes, sus lagos, sus bosques, entre otros atractivos. Pero un ecosistema menos conocido resulta ser ahora altamente valioso con la crisis climática que sufre el planeta. Son los “mallines”, una palabra de origen Araucano que significa “humedal o suelo inundado”. Resultan ser ambientes que son capaces de secuestrar y retener por debajo del suelo a gases de invernadero como el dióxido de carbono. 

Las emisiones en exceso de ese tipo de gases por las actividades de los seres humanos han sido las principales causas del calentamiento de la temperatura del planeta. Desde Bariloche, la científica del Conicet y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Andrea Enríquez y su equipo han conseguido estimar exactamente cuáles son las contribuciones de los mallines patagónicos, han publicado nuevos conocimientos y trabajan para que los productores agropecuarios, las autoridades regionales y municipales y la comunidad en general se comprometan y realicen acciones para cuidar más este tipo de ecosistemas que brindan muchos servicios. 

Estudio. Andrea Enríquez tomó muestras del suelo a un metro de profundidad para analizar la retención de gases de invernadero que hacen los mallines

“Se sabe que los mallines son reservorios y depuradores de agua, controladores de inundaciones y erosión, productores de forraje, fuente de hábitat para la biodiversidad y espacios de recreación. Sin embargo, la percepción de los humedales como reservorio de carbono no es tan tangible, aunque es sumamente importante”, contó Enríquez a RIO NEGRO. 

Cuando mencionó “secuestro de carbono”, la investigadora aclaró que consiste en el proceso de extracción del carbono en forma de dióxido de carbono  de la atmósfera a través de la fotosíntesis  y su posterior almacenamiento en un depósito, sumidero o reservorio.  El reservorio pueden ser bacterias fotosintéticas, plantas, el océano o el suelo. 

En el caso de los mallines son un tipo de reservorio de carbono. Y el equipo de investigación ya logró estimar cuánto carbono se guarda dentro de los mallines. “Hemos estimado que los suelos de los mallines reservan, en promedio unas 250 toneladas de carbono por hectárea, a un metro de profundidad, pero se pueden llegar a encontrar reservas de 400 y hasta 700 toneladas de carbono por hectárea, cuando la estepa que los rodea tiene, en promedio, entre 15 y 25 toneladas”, detalló Enriquez. 

“Este servicio ecosistémico genera enormes y múltiples beneficios asociados, sobre todo en áreas rurales áridas que son típicamente pobres y vulnerables. Además, recientemente hemos establecido que la ganancia de dióxido de carbono es mayor que la emisión de otros gases con efecto invernadero, como el metano y el óxido nitroso. Es importante conocer estas funciones para incorporarlas a los valores ambientales comúnmente aceptados en nuestro conocimiento colectivo y advertir acerca de los posibles cambios que pueden sufrir en función de algunas presiones de uso histórico o cambios en el clima”, resaltó.

Se debería tener cuidado cuando se desarrolla senderismo en áreas con mallines. Construir puentes o tablados favorece su conservación

¿Quiere decir que los mallines pueden secuestrar más dióxido de carbono que metano y óxido nitroso, que son también otros gases contaminantes? “Sí. La capacidad de secuestrar dióxido de carbono por los ambientes de mallines bien manejados y en buena condición sería mayor que la capacidad para emitir esos otros gases de efecto invernadero”, respondió la investigadora.

De acuerdo con la doctora Enriquez, la “anaerobiosis” es una condición en la cual no hay (o predomina) la falta de oxígeno porque los poros del suelo están llenos con agua, y el agua es un mal difusor del oxígeno: es diez mil veces menor que el aire. 

Dentro de los mallines, hay mucha biodiversidad. “Como los mallines son ambientes que se desarrollan en fondos de valle, existe un gradiente de humedad desde el centro hacia la periferia, que se acompaña con una variación en las características del suelo y, por supuesto, de la vegetación asociada. Así, podemos encontrar áreas centrales que se saturan o inundan y en donde aparecen especies adaptadas a esa situación como los juncos o las ciperáceas y algunas especies como el diente de león y el trébol blanco”, comentó. 

Luego, en una zona periférica menos húmeda pero con influencia de la napa freática “aparecen especies como la festuca y la poa. Pasando la transición hacia la estepa, nos encontramos con una vegetación arbustivo-graminosa que domina el paisaje”, agregó. 

Para cuidar a los ecosistemas como los mallines, se puede hacer mucho. Se pueden generar de áreas de conservación, impulsar  el avistaje de aves, confeccionar guías de buenas prácticas para el uso productivo que incluya a los mallines, desarrollar programas que contemplen a la educación ambiental o a la aprobación de leyes provinciales y nacionales que garanticen la conservación o el buen uso de esos ambientes, según Enriquez. 

 “El cuidado de los mallines recae en múltiples actores. Organismos como Parques Nacionales o Parques Municipales pueden gestionar el uso de espacios de interés ambiental, cultural y recreativo. Instituciones como el INTA pueden desarrollar proyectos como el  de humedales de la República Argentina para una producción sustentable, o el Conicet puede apoyar investigaciones que ayuden a entender mejor su estructura y funcionamiento”, señaló la investigadora. 

Además, normas como la Ley de Educación Ambiental Integral que fue sancionada recientemente pueden modelar el comportamiento de las generaciones futuras, o la ley de Humedales, que está esperando ser aprobada en la Cámara de Diputados, pueden garantizar el correcto uso y la conservación, dijo. 

A nivel individual, también se puede ayudar “con un buen manejo del establecimiento agropecuario donde se encuentra el mallín para consumo de forraje, construcciones urbanas amigables y compatibles con la presencia de mallines, cuidados especiales a la hora de desarrollar senderismo en áreas con aparición de mallines en el curso – se podrían establecer puentes o tablados para transitarlos-, evitar el drenaje de estos ambientes,  hasta valorarlos y respetarlos aprendiendo a reconocer los servicios ecosistémicos que nos brindan”.

Ciencias del suelo para cuidar el planeta

Generalmente, cuando se habla de cuidado del ambiente se piensa en los animales icónicos como el oso panda o las ballenas. Pero Andrea Enríquez desarrolló su interés ecológico con su mirada en el suelo. Estudió la licenciatura en ciencias biológicas y luego obtuvo un doctorado en biología en el Centro Regional Universitario Bariloche, de la Universidad Nacional del Comahue.
“Durante la carrera de grado exploré varias disciplinas, pero luego de realizar una pasantía con el grupo de Suelos del CRUB, liderado entonces por la doctora María Julia Mazzarino, decidí que quería especializarme en las Ciencias del Suelo. No obstante, mi tesina de grado, tesis doctoral, post-doctorado y la entrada a carrera de Investigador Científico del CONICET las transité con el grupo de Suelos y Aguas de INTA EEA Bariloche, donde aún investigo”.
Para Enriquez, “el suelo es vida. Desde el suelo se deriva muchísimo de lo que necesitamos para persistir en armonía y con salud. El cuidado del planeta mediante un uso sustentable comienza por el suelo”. Actualmente, pertenece al grupo de Suelos, Agua y Ambiente, en el que la ingeniera Victoria Cremona se especializa en el estudio de la hidrología de mallines.  “En m i caso, me he centrado en el ciclo de nutrientes (biogeoquimica), con especial atención en el carbono y el nitrógeno”.
Publicó resultados en revistas científicas, como la Wetland Ecology and Management, Journal of Arid Environment y Geoderma, y en congresos. “Intentamos transferir la información al público general, que incluye a los productores”, dijo. 


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios