Prisión domiciliaria para un condenado por intento de femicidio en Bariloche

La jueza de Ejecución admitió en marzo el pedido de la defensa del interno, que alegó que sufría de asma y corría riesgo de que se contagiara la COVID-19 en el penal. La víctima se enteró hace pocos días y reclamó.

Daniel Alejandro Morales Marín está desde finales de marzo pasado con prisión domiciliaria, monitoreado con tobillera electrónica, por una resolución de la jueza de Ejecución Penal de Bariloche, Sandra Ragusa.

Morales Marín estaba en el penal de Bariloche, porque cumple una condena de 13 años por los delitos de intento de femicidio, lesiones calificadas, amenazas y privación ilegítima de la libertad agravadas. Fue condenado a finales de mayo de 2018 por un tribunal de esta ciudad en un acuerdo parcial tras admitir su culpa.

Fuentes judiciales informaron que Ragusa admitió el pedido de la defensora oficial Blanca Alderete, que había advertido que el interno sufría asma.

La defensora alegó que se trataba de una persona incluida en el grupo de riesgo de contraer la COVID-19, causada por el coronavirus y presentó informes médicos. El fiscal de Ejecución Penal Guillermo Lista dictaminó a favor de concederle la prisión domiciliaria.

La jueza no le informó a la víctima en marzo pasado. Tampoco, desde la fiscalía le avisaron. La mujer se enteró recién a finales de junio pasado de que su expareja estaba cumpliendo la condena en una vivienda de Bariloche.

La victima reclamó por intermedio de un defensor civil de pobres y ausentes, que pidió una audiencia a Ragusa. En esa audiencia por videoconferencia, que se hizo a finales del mes pasado, la mujer expresó su desacuerdo con la prisión domiciliaria para su expareja y reclamó que nadie la notificó, contaron fuentes judiciales. Lista pidió en la audiencia que se le haga un estudio médico a Morales Marín para determinar si está en condiciones de regresar al penal.

La jueza de Ejecución Penal de Bariloche, Sandra Ragusa, junto al fiscal de Ejecución Guillermo Lista. (foto archivo)

Alderete explicó a Rio Negro que cuando la jueza había decidido enviar al interno a cumplir la pena en un domicilio con tobillera electrónica, el penal de Bariloche no estaba preparado para enfrentar el coronavirus.

A mediados de marzo pasado, cuando el Presidente decretó la cuarentena obligatoria, había superpoblación de internos en la cárcel local. Con ese hacinamiento era imposible cumplir con el aislamiento social preventivo.

La defensora oficial sostuvo que la jueza había valorado los motivos de salud. Y aclaró que la resolución establece que se trata de una medida transitoria, porque cuando cese el riesgo sanitario deberá volver al penal.

Dijo que en la audiencia, que se hizo hace pocos días, el fiscal había pedido volver a evaluar el estado de salud de Morales Marín. Alderete aseguró que había presentado los informes de los médicos del penal. Dijo que los médicos «no aconsejan que retorne” a la cárcel local por el momento.

Opinó que hay una mala interpretación de la reforma de la ley de ejecución de la pena privativa de la libertad. Explicó que la normativa vigente, que garantiza los derechos de las víctima a ser informadas y expresar su opinión, cuando se concede -por ejemplo- la prisión domiciliaria, “esa opinión no es vinculante”. Recordó que también el Código Procesal Penal de la provincia garantiza la participación de la víctima.

Alderete afirmó que la ley establece que se tiene que notificar a la víctima cuando se le concede al interno las salidas transitorias o laborales o la libertad condicional. Afirmó que el caso de Morales Marín es diferente, porque cambia la modalidad de detención y es una medida transitoria.

Dijo que en marzo pasado el penal no estaba preparado para el coronavirus y no tenía ni protocolos sanitarios. “Hoy no es la misma realidad que la del 15 de marzo”, observó y valoró que se trabajó mucho en cuanto al tema de prevención sanitaria.

Las salvó el botón antipánico

Los jueces Marcelo Barrutia, Héctor Leguizamón Pondal y Gregor Joos condenaron a finales de mayo de 2018 a Daniel Alejandro Morales Marín a 13 años de prisión como autor del delito de intento de femicidio, junto con lesiones leves calificadas, amenazas y privación ilegítima de la libertad agravadas.

El acusado admitió su culpa en un acuerdo parcial que había alcanzado con la fiscalía, con el aval de su defensor oficial. Morales Marín reconoció que había atacado a su expareja, de 23 años, y a una amiga de la víctima el 31 de diciembre de 2017.

Una jueza de Familia de Bariloche le había impuesto en noviembre de 2017 una prohibición de acercamiento a la mujer por una causa de violencia familiar. La víctima recibió en ese momento un botón antipánico.

El 31 de diciembre de 2017, Morales Marín entró por una ventana al domicilio de la mujer en un barrio de Bariloche y la agredió, mientras la amenazaba que la mataría. Una amiga, que estaba en la casa, intentó calmarlo y también fue atacada.

El hombre agredió con un machete a su expareja, que sufrió cortes en la cabeza que le causaron heridas severas con pérdidas de masa encefálica. Las mujeres se salvaron porque la víctima activó el botón antipánico, que alertó a personal policial que se acercó hasta la vivienda y detuvo al hombre.


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