Prolongan la crucial cumbre del gobierno colombiano y las FARC

La guerrilla hizo planteos por los grupos paramilitares.

Los Pozos Colombia (Télam-SNI).- El presidente colombiano Andrés Pastrana y el jefe de las FARC, Manuel Marulanda, suspendieron hasta hoy la reunión que empezó ayer en Los Pozos para definir el futuro del proceso de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla, informó el mandatario.

“Ha sido una reunión muy productiva y vamos a continuar con el diálogo mañana(por hoy) a a partir de las nueve de la mañana”, dijo Pastrana a la prensa antes de subir al helicóptero, quien agregó que “hemos hablado de todos los temas y por eso estamos optimistas”. “Estamos hablando de todo y volveremos a dialogar, pero el encuentro se prolongará según lo que podamos avanzar”, dijo por su parte “Tirofijo”.

La entrevista entre el gobernante y el líder rebelde fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se prolongó por más de siete horas y ambos se retiraron a realizar consultas con sus asesores.

Según fuentes oficiales de ambas partes, el presidente y el líder guerrillero revisaron varios de los puntos acordados, entre ellos el intercambio de soldados y policías retenidos por guerrilleros presos y la lucha contra los escuadrones paramilitares de extrema derecha, como así también la reanudación de las negociaciones.

Según comentarios de varios comandantes de las FARC en el lugar, la actuación del Estado contra los paramilitares es el escollo principal del diálogo. En una conversación con varios periodistas, el comandante rebelde Andrés París, uno de los negociadores, insistió en que el paramilitarismo es auspiciado “por sectores del Ejército y la oligarquía colombiana”.

El presidente colombiano pernoctará en el antiguo batallón Cazadores del Ejército de Colombia, en las afueras de la población de San Vicente del Caguán, sede del equipo de portavoces del gobierno en el proceso de paz dentro del área de 42.000 kilómetros cuadrados que ocupan las FARC.

Pastrana llegó por la mañana a San Vicente del Caguán a bordo del avión presidencial de la Fuerza Aerea Colombiana, donde fue recibido por una guardia de honor de miembros de la policía popular y de las FARC. El gobernante se trasladó luego al edificio del antiguo Batallón Cazadores, donde presidió una reunión junto a su equipo previa a la cita con el septuagenario líder rebelde.

Posteriormente, Pastrana se dirigió en helicóptero a la Villa Nueva Colombia (Los Pozos), sede permanente del proceso de paz con las FARC en el área neutral del sur de su país, donde llegó a las 9,45 y fue recibido por “Tirofijo” con un abrazo, en medio de un intenso aguacero y el despliegue de guerrilleros perfectamente pertrechados.

Para el operativo de seguridad, dispuesto en forma consensuada entre el gobierno y las FARC, varios centenares de guerrilleros y sesenta policías colombianos se desplazados hasta el lugar .

El “secretariado” en pleno de las FARC, la mayor organización rebelde colombiana, se hizo presente en Los Pozos, ubicada dentro del municipio de San Vicente del Caguán, bajo control de los insurgentes desde el 7 de noviembre de 1998.

Pastrana y “Tirofijo” recorrieron la Villa Nueva Colombia ante decenas de periodistas, fotógrafos y camarógrafos del país y del exterior.

A continuación, el gobernante y el septuagenario líder guerrillero dieron comienzo a la reunión, a las 10,40, en una sala habilitada en el complejo que las FARC tienen en Los Pozos, y solo hicieron un alto para el almuerzo.

Las negociaciones de paz estaban congeladas desde el pasado 14 de noviembre, cuando los guerrilleros abandonaron la mesa de diálogo exigiéndole al gobierno un accionar más eficaz contra las fuerzas paramilitares de ultraderecha.

Un movimiento campesino que se convirtió en ejército

BOGOTA (Reuters) – Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) nacieron en 1964 tras una ofensiva militar, apoyada por Estados Unidos, contra un movimiento de campesinos comunistas que acabó convirtiéndose en uno de los ejércitos rebeldes más poderosos de la historia.

Durante casi cuatro décadas, ofensivas militares y esfuerzos de paz fracasaron en doblegar a las FARC y poner fin a la más prolongada guerra de guerrillas de América Latina.

Las FARC cuentan con 17.000 combatientes, distribuidos en sesenta frentes que controlan casi un 50% de este país de montañas andinas y selvas amazónicas de 40 millones de habitantes.

Marulanda, un hombre de 69 años de pocas palabras, fue uno de los pocos supervivientes de los 1.000 campesinos que en 1964 se enfrentaron a 20.000 soldadoen la batalla de Marquetalia, en el central departamento de Tolima. Aunque el movimiento campesino tuvo su origen en guerrillas organizadas tras el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán en 1948 -que desencadenó en una guerra civil de 10 años conocida como “La Violencia”- las FARC contaron desde el principio con el apoyo de la ex Unión Soviética.

Con aspiraciones de profundas reformas agrarias y de distribución de la riqueza, las FARC dicen reivindicar los derechos de millones de pobres en Colombia, una democracia dominada por dos partidos tradicionales que se han repartido el poder político y económico desde el siglo XIX. Pero los brutales métodos de las FARC, incluidos secuestros masivos de civiles y la utilización de bombas de gas, les ha causado el rechazo de los colombianos hastiados de la guerra.

A finales de los ‘80, las FARC encontraron en el narcotráfico una fuente de financiación con la que obtienen unos 600 millones de dólares al año, convirtiéndose en “uno de los grupos insurgentes más ricos de la historia”, según Rafael Pardo, ex ministro de defensa. En marzo de 1998 las FARC, que según la inteligencia de EE.UU. constituyen “una formidable amenaza militar”, mataron a 80 soldados en El Billar, en su golpe más duro contra las fuerzas del Estado. En Noviembre de ese año, el presidente Pastrana cedió a las FARC un territorio desmilitarizado en el sur del país para iniciar un nuevo proceso de paz.

Una herradura para la buena suerte

Una herradura se convirtió en el símbolo de la reunión que iniciaron esta mañana el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, y el máximo jefe de la guerrilla de las FARC, alias “Manuel Marulanda Vélez” o “Tirofijo”, con el objetivo de definir el futuro de las estancadas negociaciones de paz.

El símbolo de la buena suerte, buen presagio para quienes creen que del encuentro saldrá la noticia sobre la reanudación del proceso de paz, fue encontrado casualmente por Pastrana en el camino hacia el lugar donde se desarrollará el diálogo.

Rodeado de centenares de guerrilleros armados hasta los dientes y de varios policías enviados al lugar como escolta presidencial, en una curiosa escena de dos bandos enemigos con un solo fin, Pastrana miró al suelo y retrocedió rápidamente para recoger algo.

Con una sonrisa, mostró la herradura a periodistas colombianos y extranjeros, que peleaban a empellones con guerrilleros y policías para captar el momento. (dpa)


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