Las ciudades siempre pueden mejorar

La semana pasada, el Festival Internacional de Arquitectura y Diseño Concéntrico 04 transformó Logroño, en España.

Abundaron por esos días instalaciones, exposiciones, encuentros, actividades y performances. Es por ello que plazas, calles de la época medieval, patios y espacios de Logroño, que normalmente pasan desapercibidos para lugareños y turistas, adquirieron especial protagonismo durante este megaevento. Es que en estos espacios se mostraron las creaciones de catorce equipos de arquitectos y diseñadores de todo el mundo estableciendo así un diálogo entre ciudad, patrimonio y arquitectura contemporánea.

En esta última edición se amplió el área de intervención conectando el centro histórico de Logroño con otros entornos. “Se trató de abrir espacios simbólicos y reinterpretarlos”, afirmaron desde la organización.

Dirigido a un amplio público, “este festival reivindicó la capacidad transformadora de la arquitectura contemporánea en la vida de las personas. Todas las instalaciones, exposiciones y actividades buscaron recuperar el placer por la ciudad”, agregaron.

“Amanita Muscaria”, la instalación de Miriam Alonso, Patricia Ramos y Paula Mena, fue una de las más llamativas. “Al igual que la tradición de buscar gírgolas por el bosque, el pabellón pretendía ser el punto de partida para buscar y descubrir la arquitectura de la ciudad. La composición consistió en un juego de círculos, que conquistaban la plaza abarcando el máximo espacio posible. Se crearon cuatro escenarios como un problema geométrico. Una línea secante atravesaba la zona de información y disfrute, tangente al alcorque existente y termina como una cuerda del escenario textil”, dijeron sus autoras.

Plastique Fantastique, una plataforma alemana que trabaja con performances urbanas.

Ámbitos de valor patrimonial, urbanístico o espacial en Logroño fueron los escenarios para que actuaran 14 equipos de diseñadores y arquitectos.