Pinterest compite a full con los interioristas

Gentileza

La relación compleja entre arquitectos, interioristas y clientes a la hora de diseñar una vivienda es un temazo en el mundo de la construcción, el diseño y la arquitectura.

En los eventos que organiza TENDIEZ Experiencias, un espacio para el sector creado por el arquitecto y periodista Hernán Barbero Sarzábal, esta cuestión tuvo lugar en una mesa redonda titulada “Experiencias en casos y cosas de casas” .

Al respecto, uno de los primeros en opinar en la oportunidad fue el arquitecto Martín Marcenaro, del Estudio Agüero Marcenaro, uno de los estudios más grandes de Mar del Plata y con 20 años de trayectoria, que está realizando actualmente unos 15 edificios en altura.

Él se refirió a diversos perfiles de clientes, como ese contador que pidió “un presupuesto definido, una casa sencilla, con bajo mantenimiento, que guste para alquilarla”, o “una casa club con gimnasio, sauna y pileta, para recibir gente y que den ganas de estar y disfrutar”.

Destacó algunos de los principales desafíos de los arquitectos: la alineación de expectativas con el comitente, la calidad de la construcción, la falta de infraestructura, las nuevas tecnologías y los problemas del país -que son también aquellos aspectos que le motivan a ser arquitecto-.

En su turno, Mariel Cámara -del Estudio Moirë Arquitectura-, reflexionó sobre cómo es la vivienda en el siglo XXI. “El avance de la tecnología es importante, pero debemos hacer foco en las personas y su calidad de vida”.

Hizo referencia a los titulares del estudio catalán RCR, en su discurso al recibir el premio Priztker 2017, quienes destacaron que lo importante son las emociones que se despiertan en la gente que vive en los espacios que se crean.

Por eso, “hay que estar conscientes de su experiencia y comprender la verdadera naturaleza de las cosas”, afirmó.

Para ella, “la conclusión es hacer foco en las personas y, más allá de cumplir con lo constructivo, debemos generar un plus, que es encontrar la esencia de los proyectos, el guión, un motor interno. Es allí cuando el proyecto avanza solo”.

Guillermo Elgart –titular del Estudio Elgart Tammone-, vinculó la visión del escultor Chillida y habló de dos puntos principales en la arquitectura: el modelado del vacío, más que el lleno, y también el trabajo del espacio temporal, teniendo al observador como principal personaje, generándole sensaciones.

“Proponemos al espectador generar recorridos, donde las formas de una casa se moldean para armar el espacio exterior. Es muy interesante atrapar el espacio, la tensión entre los planos del techo y del suelo”, sostuvo.

Luego mostró una casa en un bosque, donde el deseo profundo del cliente era observar la copa de los árboles. A continuación mostró un video de 15 segundos enfocando silenciosamente ese disfrute contemplativo de los árboles.

El arquitecto Darío Lemmi detectó tres elementos importante de la arquitectura: el objetivo ligado a la técnica, el sujeto que es usuario con sus necesidades, y el entorno, natural o modificado por el hombre. “No tenemos recetas pero nuestra responsabilidad como arquitectos es resolver problemas emocionales y productivos de la mejor manera posible”.

Finalmente fue el turno de la visión de una interiorista, a través de Florencia Nieto: “La competencia de los diseñadores es Pinterest, una red social que copia ideas. El diseñador es un psicólogo ambiental, tenemos que escuchar al cliente para entender lo que cree querer, porque no siempre sabe lo que quiere. Para convertir casas debemos trabajar con los sentidos, la vista con sus colores y formas en proporciones justas, el oído, el tacto con las texturas. Un sentido que no se tiene en cuenta es el olfato, pero su memoria permite sentir que se está en casa solo con su aroma”, concluyó.

Estas iniciativas de Sarzábal, a las que “Río Negro” accede y comparte desde hace años en las páginas de arquitectura y construcción, siempre aportan luz y elementos para dilucidar aún más el mundo de la arquitectura.

Queda claro que el arquitecto también debe registrar los problemas emocionales de los clientes en lo que respecta al proyectar sus viviendas.