Pulseada de Gennuso con los municipales por una empresa de créditos

El sindicato Soyem impugnó un acuerdo del gobierno con una firma que da préstamos con descuentos por planilla. El intendente rechazó el recurso.

El intendente Gustavo Gennuso habilitó a la empresa Transfer SA para desplegar su negocio de créditos personales y tarjetas de compra con los empleados municipales como clientes cautivos y rechazó los intentos del Soyem por desactivar ese acuerdo.

La empresa comercializa la tarjeta Comahue, es originaria del Alto Valle y ya tiene operatorias similares con otros Municipios, que actúan como agentes de retención de las cuotas de los créditos mediante descuento automáticos de los salarios, lo que reduce a cero el riesgo de incobrabilidad.

El secretario general del Soyem, Ernesto Losert, manifestó su desacuerdo con el convenio y presentó un pedido de revocatoria, pero su planteo fue rechazado por el intendente, quien alegó la falta de fundamentación.

Consultado por RÍO NEGRO, el dirigente gremial dijo que esa respuesta no es distinta a lo que esperaban y que la intención del Soyem es agotar la vía administrativa para luego recurrir a la Justicia.

Señaló que lo que está en juego es el salario como único sustento del trabajador, que se pone en riesgo por la acción de la empresa financiera, “con el aval del Municipio”.

Dijo que la modalidad empleada es la que usan habitualmente las “mutuales” de consumo, a las que el Soyem siempre se opuso, porque el riesgo para los trabajadores “es mucho mayor que con las tarjetas de créditos emitidas por los bancos”. Dijo que esas entidades no pueden comprometer con las cuotas de recupero más del 20% de los sueldos. Y ese tope rige también para los embargos judiciales. Pero según Losert las financieras y mutuales no están alcanzadas por ese límite.

El dirigente se quejó de la “complicidad” del Municipio en una modalidad de préstamos que genera un alto costo en intereses y son ruinosas para los trabajadores, al punto de que muchos recurren al Soyem cuando se ven superados en su economía familiar y el sueldo se les escurre por la deuda acumulada.

“Nuestra gente no tiene una cultura de proteger su salario y cuidarse en lo financiero -admitió-. Hay problema grave con esto, porque se endeudan mucho y vienen a pedir el auxilio del gremio para necesidades básicas, por alimentos, por enfermedades o para reparar la casa en invierno”.

Losert dijo desconocer “quién está detrás” de la empresa Transfer SA, pero aseguró que “trabajan en general con organismos del Estado”, que les garantizan el cobro mediante deducciones del salario.

El convenio entre el Municipio y la empresa de la tarjeta Comahue fue firmado el 20 de enero y no tendría validez sin una ordenanza que lo ratifique. Hasta hoy el Concejo Deliberante no tuvo intervención alguna en el tema.

A modo de compensación por la tarea administrativa de cobranza, Transfer se compromete a pagar al Municipio el 2% del monto liquidado mensualmente.

Un pacto que también debería contar con el aval de la Comisión de Transacciones.

La primera resolución que le dio formalidad al convenio lleva la firma de la presidente del Concejo, Natalia Almonacid, como intendenta a cargo y fue anulada poco después. La reemplazó otra que no cambia el texto sino que lo ratifica en todos sus términos y agrega en la parte resolutiva que la empresa se compromete a entregar al Municipio dos equipos de computación en lo inmediato, más otro similar cada 90 días.

Losert pidió la revisión del acuerdo, pero su recurso fue desestimado. Dijo que para el Soyem “se ve afectado el carácter alimentario del salario”.

Anticipó la voluntad de recurrir a la Justicia. “No sé si nuestro reclamo va a prosperar. Es una lucha a lo mejor desigual porque hay atrás una empresa que no sabemos lo que mueve. Pero tenemos que dar esta pelea. No podemos quedarnos callados”, dijo el sindicalista.


Las contradicciones mutuas


De acuerdo con el convenio de la polémica, el Municipio se compromete a “poner en conocimiento de sus empleados los servicios y la disponibilidad de la tarjeta de crédito o compra que les ofrecerá Transfer SA”.

La firma informará al Municipio antes del 20 de cada mes los montos de préstamos o consumos de cada empleado “para que sean descontados de los haberes”. Quince días después el Municipio deberá pagar a Transfer SA mediante cheque o depósito.

Según Losert, la empresa se asegura un apetecible negocio con 2.000 clientes directos que tienen sueldos relativamente altos y estabilidad laboral.

El convenio no precisa los costos financieros, ni los que paga el cliente de la tarjeta ni el “interés compensatorio” que recae sobre el Municipio si demora las transferencias.


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