Qué cambió hacia adentro del hospital por el parto respetado

“Unidad de trabajo de parto, parto y recuperación”, dice el cartel colgado en la puerta de la sala. El hospital Francisco López Lima inició una transformación hace tiempo en el área de maternidad y tomó fuerza cuando se contó con dicha sala. Internamente, el equipo de ginecólogos, obstétricas, enfermeras, neonatólogas, responden a un nuevo modo de trabajo.

“Hace un año que se trabaja con ésta modalidad. Somos un hospital amigo de la madre y el niño, en ese marco se incluye este trabajo”, sostuvo Yuliana Contreras, licenciada en Obstetricia del nosocomio. “En ésta sala se quedan las dos horas posteriores al nacimiento para hacer Copap”, señaló.

El cambio conllevó una nueva forma de relación con el paciente. “Se prioriza el beneficio a la mamá y el bebé, nos adaptamos en forma inmediata”, sostuvo Viviana Jelvez, una de las enfermeras del servicio.

Su compañera, Miriam Cona, recalcó que en el día a día las mismas pacientes ponderan el cambio. “Ellas mismas se dan cuenta con qué facilidad sus bebés se prenden al pecho, como se preserva la intimidad, el papá puede participar”.

El sector es de acceso restringido, por lo que durante las dos primeras horas se preserva el silencio y quedan afuera las visitas. Ante lo desconocido, surgen temores. “Da miedo que el bebé se enfríe, por ejemplo. En el momento del nacimiento la temperatura corporal en los pechos de la mamá sube un grado. El bebé está con pañal, gorrito, medias y ese calor de mamá”.

5 puntos del cambio

– Ya no se coloca un suero a todas las mujeres antes de parir. Se evalúa cada caso.

– No es requisito la rasura del vello púbico ni se practican enemas.

– En la previa pueden comer liviano si lo desean y tomar agua.

– No permanecen acostadas, tienen libertad de movimiento.

– Pueden elegir quien las acompañe, aunque sea un hombre.