¿Qué es de la vida de ? Alé Américo Rada
"Soy una víctima del menemismo"
En la oficina que la Dirección de Transporte Municipal tiene en la Terminal de Omnibus, Alé Américo Rada vive su exilio interno político. Como a un refugiado, el intendente Jalil lo rescató hace tres años y le dio un trabajo.
Quien fue durante 30 años secretario general del gremio ferroviario en Neuquén y diputado provincial entre 1983 y 1987, a los 60 años estaba desocupado.
Alejado de la vida política y gremial, Rada no vacila en autodefinirse como una «víctima del menemismo». Es que fue con la llegada de Carlos Menem a la presidencia que comenzaron sus males. Primero en la CGT, cuando se opuso a que esa organización gremial existiera «como aval para Menem y no para servir a la gente». Luego cuando se opuso a la privatización de Ferrocarriles Argentinos. En 1993 lo echaron de la empresa estatal.
Su paso por la Legislatura por cuatro años y sus 30 años de actividad gremial no le dieron una buena posición económica. Con ironía, afirma: «No he tenido la suerte que tuvieron otros».
Un amigo en el gremio maderero le dio trabajo y luego Jalil, otro amigo desde hace muchos años. Fue en honor a este gesto del intendente que se desafilió del PJ y se afilió en 1994 al MPN.
No ahorra crítica al hablar de la gestión del presidente Menem: «Es cierto, ha transformado el país; creó un país sin educación, sin trabajo, con una deuda externa triplicada, una soberanía incierta, unas Fuerzas Armadas que no existen y un movimiento obrero aniquilado». Su postura, desde el inicio, contra la política menemista le costó «la soledad y la incomprensión».
Muchos de sus ex compañeros «ahora me dicen que tenía razón». Durante el ostracismo vivió momentos «muy difíciles» y tal vez por eso no olvida que otros muchos ex compañeros «disfrutaron de esta fiesta, pudieron darme una mano y sin embargo actuaron en contra».
A sus 63 años, dice que todos los argentinos deben «estar encolumnados detrás del nuevo presidente y desearle el mayor de los éxitos». Lo dice un antiguo peronista y «lo digo de corazón, yo que nunca tuve nada que ver con los radicales».
Ve a De la Rúa como un hombre calmo, pero advierte que el presidente electo deberá «actuar con urgencia para desmontar el aparato menemista, especialmente deberá desmontar el aparato del Poder Judicial de la Nación».
A sus ex compañeros del PJ les plantea que no hay que avalar a Menem porque utilizará las estructuras partidarias para aferrarse a la oposición.
En la oficina que la Dirección de Transporte Municipal tiene en la Terminal de Omnibus, Alé Américo Rada vive su exilio interno político. Como a un refugiado, el intendente Jalil lo rescató hace tres años y le dio un trabajo.
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