Qué le enseña un perro a un niño

¨Si bien mi tarea profesional está exclusivamente orientada hacia el comportamiento animal, tuve la oportunidad de trabajar en el vínculo entre una niña con síndrome de Down y su perro. Esta niña, según su psicólogo, tenía muy baja la autoestima, hecho que se percibía claramente cuando ella interactuaba con el perro. Cualquier actitud del animal que la hacía perder el control del perro provocaba que la niña abandonara inmediatamente el lugar y se refugiara en su habitación. En un comienzo, esto ocurría aproximadamente a los cinco minutos de comenzada la interacción. Sin embargo, a partir de un arduo entrenamiento de obediencia del animal se produjo un cambio espectacular en el vínculo. Dos meses más tarde, debía interrumpir la sesión después de una hora ya que la niña no mostraba ningún interés en finalizarla. Su comportamiento general había experimentado un cambio muy positivo, mejorando su autoestima y el vínculo con su familia¨, relata el especialista.

Algunas de las cuestiones que inciden las mascotas en el desarrollo de los niños:

*Valorar la vida: En la sociedad moderna, los niños viven alejados de la naturaleza y cada vez más cerca de objetos artificiales inanimados, con los cuales no pueden establecer una relación recíproca y que, por lo tanto, no necesitan respetar. Por el contrario, la convivencia con un ser vivo no humano, como por ejemplo un perro, facilita el aprendizaje de los chicos en la comprensión tanto de los sentimientos de otros seres vivos como de sus necesidades, lo cual redundará en una mejor comprensión de sus propias emociones y necesidades así como de las de sus semejantes. La consecuencia es un adecuado desarrollo socioemocional de los chicos.

*Ser responsables: Si los padres comparten junto a sus hijos el cuidado del perro de la familia, seguramente los más pequeños de la casa aprenderán a una edad temprana a cuidar y alimentar un animal que depende de ellos. Por ejemplo, no se le puede dar a un niño de cinco años la responsabilidad del baño de un perro, pero sí la de darle agua en forma cotidiana. De esta manera el niño no sólo empezará a asumir responsabilidades desde pequeño, sino que llevar a cabo tareas acordes para su edad.

*Respetar al prójimo: En muchos propietarios de perros está firmemente arraigada la creencia que estos animales de compañía nunca agredirán a sus hijos. Sin embargo, esto no es una verdad absoluta. Si bien los perros suelen ser muy tolerantes con los pequeños que se han criado con ellos, su paciencia tiene un límite. Si un chico tira de la cola y de las orejas de su perro o lo pellizca, es probable que en algún momento el animal se muestre molesto. Algunos perros en esta situación sólo se alejarán del niño, mientras que otros reaccionarán agresivamente. Esta última actitud, que seguramente sorprenderá y causará desilusión a muchos propietarios, les enseñará al niño y a sus padres que la convivencia en armonía se basa en el respeto mutuo. Por tal motivo será necesario que los padres les enseñen a sus hijos la importancia del respeto por otro ser vivo, ya que caso contrario será probable que el perro, en algún momento de la convivencia, se encargue de hacerlo por sus propios medios.

*El perro como apoyo incondicional: Los animales suelen ser un gran apoyo emocional, diferente de aquél brindado por los humanos. Un perro puede hacer sentir a un niño que es aceptado incondicionalmente ya que no lo juzgará ni criticará. Según algunos psicólogos los perros pueden brindar un afecto duradero, de gran importancia para un desarrollo psicológico saludable.


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