¡Qué lindo recibimiento al campeón!
Un "mundo" de gente esperó a los jugadores brasileños. El presidente Cardoso los condecoró con la Orden del Mérito
Una bienvenida como si fueran héroes.
Más de 500.000 personas, lideradas por el presidente Fernando Henrique Cardoso, dieron ayer en Brasilia una cálida bienvenida al «scratch» brasileño que conquistó el penta campeonato mundial de fútbol.
Delirio es quizás lo que mejor definió la actitud de la multitud congregada a lo largo de los 15 kilómetros que separan la base aérea de Brasilia del Palacio de Planalto, sede presidencial donde Cardoso impuso al equipo y a su técnico Luiz Felipe Scolari la insignia a la Orden del Mérito por la conquista del título.
Todos los jugadores fueron ovacionados cuando eran llamados para recibir la condecoración por Cardoso.
Gran cantidad de personas aguardaban ese momento desde las tres de la mañana.
El ambiente de fiesta era notable entre los jugadores. Ronaldo le quitó a su compañero Ronaldinho Gaúcho un pañuelo negro que lucía a modo de «pirata» desde su llegada para presentarse ante Cardoso, mientras que Vampeta y ante la mirada complaciente del presidente, descendió la rampa que da acceso al Palacio dando volteretas.
Sin dudas la llamada a Ronaldo fue la que más entusiasmó al público, que unánimemente lo eligió como el héroe del equipo.
Bajo un sol abrasador, que provocó cerca de un centenar de asistencias de los servicios sanitarios por mareos, presión baja y deshidratación, el público llegado de todos los rincones del Distrito Federal y de los estados vecinos esperó pacientemente el gran retraso del convoy con la comitiva mundialista.
Los niños en particular, papel, camisetas y bolígrafo en mano, empujaban para llegar cerca de los jugadores y conseguir un autógrafo.
Roberto Carlos declaró al término de la recepción que «no imaginaba semejante fiesta proporcionada por la hinchada brasileña».
Lo que más le llamó la atención fue el «cariño de los hinchas», destacó.
Después de pisar suelo brasileño, pocos minutos antes de las diez de la mañana, los jugadores pudieron fundirse en un abrazo con sus familias, que los aguardaban en la base aérea.
«Estoy feliz y el pueblo brasileño también», declaró Ronaldo al tocar suelo en Brasilia. El jugador repartió el premio de 180.000 dólares que recibió en la Copa entre sus compañeros y tres instituciones caritativas.
En la terminal aérea, después de pasar los pertinentes controles aduaneros, los 23 jugadores y las autoridades deportivas iniciaron lo que en términos taurinos equivaldría a una lenta vuelta al ruedo. Desde el aeropuerto salieron por la principal arteria de la ciudad hasta la estación de autobuses, que marca el centro de la capital. Desde allí emprendieron el descenso por la más emblemática de sus calles: el Eje Monumental que desemboca en la Plaza de los Tres Poderes, enfrente de la sede de la presidencia, ante una marea humana verde y amarilla.
Los imponentes edificios del Congreso, que se yerguen en el cielo azul de Brasilia, estaban engalanados con sendas banderas: una verde con las cinco estrellas del pentacampeonato y otra amarilla.
Antes de abandonar Brasilia, el capitán Cafú, que por la mañana fue el primero en descender del avión con la Copa, colocó la quinta estrella en el Boeing 767 de Varig que los trajo de Japón.
La jornada, en la que se decretó feriado nacional, marginó inclusive la campaña electoral. (Télam-SNI).
Los coreanos, meta fiesta nomás
En Corea del Sur no paran con su alegría por la cuarta ubicación del seleccionado en el Mundial.
Ayer el plantel desfiló junto a su técnico, el holandés Guus Hiddink, por las calles de Seúl, a las que salieron 50.000 personas.
Los aficionados coreanos colgaron desde un edificio una bandera con la imagen del entrenador holandés (que aceptaría una oferta del PSV Eindhoven de su país para continuar su carrera) y los jugadores que rezaba: «Los recordaremos por siempre».
Hiddink, quien recibió unos tres millones de dólares y bienes como premios, expresó su agradecimiento al pueblo coreano y sostuvo que el público «alentó en cada partido y resultó una experiencia inolvidable».
A su vez, el presidente sudcoreano, Kim Dae-jung, resaltó que «como país co-anfitrión teníamos el deber de llegar al menos entre los 16 primeros, pero inclusive alcanzamos la semifinal. De verdad me pareció estar viviendo un sueño. Estoy muy orgulloso de los jugadores y de Hiddink».
¿El Balón de Oro tenía destino fijo?
El arquero alemán Oliver Kahn fue elegido ayer como mejor jugador del Mundial por la FIFA y se convirtió en el primer guardavallas en recibir esa condecoración.
El hombre del Bayern Munich desplazó sorpresivamente a Rivaldo y Ronaldo (goleador del certamen), los dos máximos candidatos a ganar el trofeo. Kahn, 33 años, tuvo actuaciones formidables que permitieron a su seleccionado llegar a la final, pero en el partido decisivo cometió un grosero error que le permitió a Ronaldo anotar el primero de los dos goles de Brasil.
El arquero recibirá así el Balón de Oro que otorga la FIFA tras cada Mundial. El arquero alemán obtuvo 147 votos, contra 126 de Ronaldo y 108 del surcoreano Hong Myung Bo.
La nominación de los jugadores que participan de la elección estuvo a cargo de Adidas, empresa patrocinadora del certamen y socia de la FIFA. Esta firma alemana auspicia a Kahn, mientras que Nike lo hace con Ronaldo. (Télam)
Una bienvenida como si fueran héroes.
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