Quién es Santiago Terán, el fiscal de Cutral Co que propuso armar a las mujeres

Está en el Poder Judicial de Neuquén desde hace más de 25 años, nunca pasó por el Consejo de la Magistratura y siempre tuvo el apoyo del Movimiento Popular Neuquino. Es hora de que la familia judicial deje de mirarlo con indulgencia.

El fiscal Santiago Terán es el que le pasó al ex ministro Luis Manganaro un expediente reservado, en el cual una adolescente relataba todos los detalles de cómo había sido violada. El ministro de Jorge Sobisch lo leyó en una sesión de la Legislatura, mientras transmitía en vivo una radio, para fundamentar la necesidad de reformar la ley del Niño y el Adolescente.

En los juicios de los que participa puede decirles «basura» a los imputados, y exigía que los escritos dirigidos a su persona terminaran con la fórmula “Dios guarde a Vuestra Excelencia”.

Santiago Terán fue el fiscal del caso de Teresa Rodríguez, asesinada en la segunda pueblada de Cutral Co, y está obsesionado con la droga en la comarca petrolera, pero nunca encontró ninguna pista de los miles de kilos que, según él, están depositados en quién sabe qué lugar.

Dice que si los vecinos le permiten a Gendarmería entrar a sus hogares aun sin orden de allanamiento, en un mes Cutral Co quedaría «limpio» de «delincuentes». Pero cuando la fuerza nacional se instaló en la ciudad, lo único que encontró fue automovilistas que no tenía la verificación técnica vehicular al día.

Hoy le abrieron un sumario porque dijo a una radio que se debería autorizar a las mujeres a portar armas de fuego porque «cuando el sujeto está dispuesto a matarte no hay ninguna barrera que lo frene, sólo un tiro en la cabeza, y ese tiro lo va a tener que disparar la mujer cuando el sujeto vaya a buscarla».

Después se peleó con los periodistas de C5N que lo entrevistaron, y demostró su falta de perspectiva de género y de paciencia cuando lo contradicen con información.


Treinta años


Terán lleva casi 30 años en el Poder Judicial de Neuquén, la mayoría en Cutral Co. Estuvo apenas unos meses en Neuquén capital, en 2005, pero regresó rápidamente a la comarca donde se siente a gusto.

Como (casi) todos en el Poder Judicial de la provincia, le debe su puesto al Movimiento Popular Neuquino.

Nunca pasó por el Consejo de la Magistratura, ya que su ingreso se produjo antes de que existiera ese organismo evaluador que no tiene la vara muy alta, pero es lo que hay.

La perspectiva de género no es lo suyo.

Hoy dijo, entre gritos y maltratos de los que acostumbra, que se había capacitado en la ley Micaela «dos veces», la última «hace cuatro años».

La ley fue sancionada en 2018.

De él se cuentan anécdotas personales en su mayoría tristes, pero no debe olvidarse que es un funcionario público con mucho poder.

La familia judicial ya lo miró demasiado tiempo con indulgencia.


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