San Francisco y Santa Jacinta Marto, los profetas de la Virgen de Fátima: Conocé su oración
Francisco y Jacinta Marto eran dos de los tres niños que anunciaron a la Virgen de Fátima, en Portugal. Hoy la Iglesia Católica los celebra por su aporte religioso.
La Iglesia Católica celebra cada 20 de febrero a los hermanos Francisco y Jacinta Marto, considerados santos tras la aparición ante ellos de la Virgen en Fátima. Ambos son parte de los tres niños que vieron a la madre de Cristo a un kilómetro de ese pueblo de Portugal, en un fenómeno que dio inicio a una larga tradición religiosa para los creyentes.
Francisco y Jacinta aprendieron a cuidarse el uno al otro y a acompañar a su prima Lucía, quien solía hablarles de Jesús. Los tres cuidaban ovejas en los campos de su región natal y pasaban gran parte del día intercalando los labores con el juego.
A ellos tres se les apareció la Virgen María, quien inicialmente les dijo «recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y pida por ellas».
Después de las apariciones, Jacinta y Francisco retomaron sus vidas sencillas, de igual manera que Lucía. A esta última, la Virgen le pidió explícitamente que asistiera a la escuela, pero lo propio también hicieron Jacinta y Francisco cuando tuvieron edad para hacerlo.
Francisco y Jacinta murieron muy jóvenes, poco después de producidas las apariciones de la Virgen de Fátima; mientras que Lucía les sobrevivió por muchos años, convirtiéndose en carmelita descalza y en la encargada de llevar el mensaje de la madre de Jesús internacionalmente.
Oración a San Francisco y Santa Jacinta, los profetas de la Virgen de Fátima
Nuestra Señora de Fátima,
dos pastorcitos pobres y simples,
tú que elegiste a Francisco y Jacinta,
para anunciar al mundo los deseos
de tu Corazón Inmaculado,
ayúdanos a recibir tu mensaje de conversión,
para que liberados del pecado
podamos vivir una vida nueva.
Santos Francisco y Jacinta,
ustedes que rezaron intensamente,
haced que el momento de la oración diaria sea el corazón de cada día.
Ustedes, que aunque eran niños
fueron capaces de ofrecer
grandes sacrificios a la Virgen María
para la salvación de los pecadores, ayúdennos a no desperdiciar
las pequeñas cruces cotidianas
sino a transformarlas en ofrendas preciosas
y agradables a Dios
para la salvación del mundo.
Nuestra Señora de Fátima,
por intercesión de los Santos Pastorcitos Francisco y Jacinta,
cuida a todos los niños del mundo, especialmente a los más pobres
y abandonados.
Haz que también ellos encuentren
en tu Corazón inmaculado y materno,
refugio y protección.
¡Santos Francisco y Jacinta,
rueguen por nosotros!
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