Se celebra a santa Bernardita, la vidente de la Virgen de Lourdes
Cada 16 de abril, la Iglesia Católica celebra a santa Bernardita, la joven que tuvo las apariciones marianas de la Virgen de Lourdes. Conocé acá su historia y una oración para pedirle milagros.
La Iglesia Católica celebra cada 16 de abril de santa Bernadette Soubirous, conocida también como María Bernarda Sobirós o santa Bernardita de Lourdes, mística y religiosa francesa, vidente de las apariciones marianas de la Virgen de Lourdes.
Bernardita nació en Lourdes (Francia), el 7 de enero de 1844, en una familia muy pobre. Al ser bautizada, la santa recibió el nombre de Marie-Bernard (María Bernarda), pero tanto sus familiares como sus amigos empezaron a llamarla con el diminutivo “Bernardette” (Bernardita) como expresión de cariño.
El 11 de febrero de 1858, santa Bernardita fue testigo de la primera aparición de la virgen de Lourdes. Cuenta la historia que en casa de los Soubirous se había terminado la leña y Bernadette se ofreció para recoger un poco en los alrededores, junto a Toinette y Juana Abadie, dos de sus hermanas.
Las tres niñas caminaron hasta Masse-Vieille. De pronto, Bernadette oyó un fuerte rumor del viento, sin que nada raro pudiera divisarse alrededor; luego se produjo un segundo ventarrón, y, entonces, dirigiendo la mirada hacia la pequeña gruta que estaba cerca, divisó la figura de una mujer joven en el interior. Era la Virgen María.
Esa sería la primera de dieciocho apariciones consecutivas de la Virgen María. La decimosexta es la más célebre por el contenido de su revelación: la madre de Cristo se presentaba a sí misma como la “Inmaculada Concepción”.
Santa Bernardita murió el 16 de abril de 1879, en el marco de Semana Santa, mientras rezaba el rosario con sus hermanas religiosas. Actualmente, su cuerpo permanece incorrupto en la capilla que le ha sido dedicada en Nevers (Francia), ciudad donde falleció.
Oración para los milagros de santa Bernardita
¡Oh bienaventurada Bernardita!
Acuérdate que la Virgen
te dijo en la Gruta:
«Ruega por los pecadores»,
para que se conviertan
y hagan penitencia.
Ruega por mí, pecador,
para que Dios perdone mis pecados.
Ruega por mí a María Inmaculada,
pues confío en que te concederá
cuanto la pidas,
porque fuiste su confidente
en la Gruta de Lourdes.
Así como Ella te prometió
«hacerte feliz en el otro mundo»,
te concederá que hagas felices
a los que devotamente acudan a ti.
A ti, pues, acudo humildemente,
suplicándote no me dejes
ni me abandones
hasta verme contigo en el cielo.
Amén.
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