Reflexiones de la joven princesa

BERLIN/MADRID (DPA).- Los apuntes íntimos de la joven princesa alemana Filippa zu Sayn-Wittgenstein han salido a la venta en España cuatro años después de su muerte, tras haber alcanzado ya un gran éxito editorial en su Alemania natal.

En «El Angel de Filippa», publicado en español por Ediciones Palabra (Madrid), la joven perteneciente a una de las más importantes familias nobles germanas delibera sobre temas como la familia, la amistad, Dios y el amor, llegando a alcanzar en ocasiones una profundidad impropia de la gente de su edad.

Filippa zu Sayn-Wittgenstein, quien tenía entre sus antepasados más remotos a los mismos Reyes Católicos, murió en junio del 2001 con apenas 21 años, en un accidente de tráfico pocos meses después de su boda con un conde italiano.

Dos años después de su inesperada pérdida, sus padres decidieron publicar sus diarios, de los que en tres meses se vendieron 40.000 ejemplares, situándose durante semanas entre los diez libros más vendidos de Alemania.

La fallecida, cuarta de siete hermanos, era una joven apasionada por la vida, llena de inquietudes y que disfrutaba con las mismas cosas que la gente de su edad. Hablaba fluidamente varios idiomas, le encantaba salir, viajar, y se sentía cómoda en numerosas partes del mundo.

Pasaba a menudo sus vacaciones en España y en el momento de su muerte residía en Florencia, donde trabajaba para un fotógrafo.

Pese a que de sus monólogos íntimos se desprende un fuerte amor por la vida, sorprenden sus deliberaciones sobre la muerte, como si intuyera que iba a morir joven.

«La muerte no es importante. Nos separa de nuestro cuerpo, pero es mi alma la que ama», asegura con apenas 17

años. Y medio año después escribe dirigiéndose a sus familia: «Si me voy pronto, sabéis que os quiero a todos y que seguro os echaré de menos infinitamente. Siempre lo quise hacer todo bien. A menudo no lo conseguí. Hacedlo vosotros por mí, conmigo. Estaré allí, donde estéis vosotros, mis seres queridos».

Gran parte de sus diarios se leen como la vida de cualquier joven, que tiene la cabeza puesta en este chico o aquel otro, en los exámenes del colegio, el carnet de conducir, el fin de semana.

Sin embargo, sus comentarios alcanzan gran profundidad al hablar sobre temas como el amor o la fe.

Con 16 años le pone «nerviosa», por ejemplo, que muchos cristianos «se crean tan importantes. Muchos se contemplan como 'trabajadores' de Dios, pero somos infinitamente menores que Dios».