Actual presidente de Lotería elogió a Irigoyen

Calificó a la rescisión a Varsa como oportuna. Admitió que las dos concesionarias tenían relación.

VIEDMA (AV).- Ayer, en el juicio que investiga las presuntas coimas en la Lotería, el interventor del organismo, Gonzalo Sanz, desplegó una fuerte defensa de la gestión de Miguel Irigoyen. Destacó su calidad de «buen administrador» y expresó que la rescisión de las concesiones a Carlos Ferrari se cumplió en el momento justo.

Ese trámite finalmente se concretó -según Sanz- por incumplimientos, destacando la oportunidad de la resolución. Esta observación quedó desarticulada con dos intervenciones de los camaristas.

El vocal Eduardo Giménez le repreguntó cómo explicar que la mayor cantidad de intimaciones se dieron en los primeros años cuando -siempre según dichos de Sanz- los mayores incumplimientos se advirtieron en los últimos años de la concesión.

La presidenta, Susana Milicich, profundizó en las razones de la rescisión. El interventor reconoció el concurso de acreedores como causante, pero entendió que ese requerimiento correspondía a la primera licitación de casinos y Varsa -a quien se declaró el concurso- tenía la concesión de las tragamonedas. Milicich insistió en consultas y finalmente Sanz admitió que Varsa integraba y era accionista mayoritaria de Casinos de Río Negro.

Sanz fue el único testigo de la víspera en el debate de juzgamiento de Irigoyen, Ferrari y Andrés Santamaría -que aparecía como presidente de Albany, una empresa sello-. El gerente general, Horacio Casariego no asistió por razones de salud y se desistió de su testimonio.

La declaración de Irigoyen se postergó y se cumplirá el 12 de noviembre cuando se reanuden los debates de este juicio. El testimonio del ex presidente se estima en cuatro a cinco horas, entonces se decidió dejarlo para otra jornada.

Gonzalo Sanz, yerno del ex gobernador Pablo Verani, fue asesor legal de la Lotería desde fines del 2000 y acompañó a Irigoyen hasta que éste abandonó la conducción del organismo, en diciembre de 2003, asumiendo luego él como presidente. Su comparecencia fue requerida por la defensa de Ferrari y se concentró en la relación de la Lotería con los concesionarios, planteándose qué incumplimientos se registraban, los mecanismos de control y los manejos internos del organismo.

El análisis de la actitud gubernamental de Irigoyen frente a los concesiones de Ferrari -que explotaban casinos y tragamonedas- es determinante en el juicio, pues la acusación judicial explica el pago de coimas de Ferrari a Irigoyen a partir de la tolerancia expuesta por la Lotería ante incumplimientos de las obligaciones del privado.

El actual interventor reivindicó la conducta de Irigoyen. Lo calificó de «buen administrador» y recordó como «excelente negocio a favor del Estado» cuando en 1998 reformuló el contrato de las tragamonedas, acrecentando las utilidades de 80 mil a 200 mil pesos.

«Fue una mazazo para Varsa», entendió. El Tribunal insistió en cómo Varsa aceptó una medida que le ocasionaba tantas pérdidas.

El día antes, el ex fiscal de Estado y ministro de Coordinación en los gobiernos de Pablo Verani, Gustavo Martínez, había criticado al ex presidente de Lotería diciendo que no debió «ser tan permisivo frente a una empresa que incumplía». Sanz recordó que Lotería formalizó el pedido de rescisión de los contratos el 8 de abril del 2002. La cesión de los juegos en Río Negro de Casinos de Río Negro y Varsa a Crown se concretó en enero de 2003.

«Se cumplió en el momento justo y oportuno», insistió Sanz. Adjudicó esa decisión a Irigoyen, que siempre -remarcó- se mostró preocupado por la situación de los empleados.

El defensor de Irigoyen, Jorge Crespo, destacó una aparente contradicción entre dichos de Martínez y de Sanz después de que éste recordó que la rescisión se habló en un encuentro en el que participó con Irigoyen, el ex gobernador Pablo Verani, el ex fiscal Sergio Ceci y el ex ministro de Coordinación. Crespo recordó que Martínez había desistimado su participación en un encuentro de este tipo. Así, se acordó un careo entre ambos testigos, que no se pudo concretar ayer mismo ya que Martínez -que es Auditor General de la Justicia- no estaba en tribunales por cuestiones de salud.

Las diferencias alcanzaron también a la visión sobre la propuesta de la firma Codere. El ex ministro alentó una «iniciativa privada» de ese grupo español para explotar los juegos de Río Negro. Lo creía más serio y conveniente que Ferrari. Ayer, Sanz recordó que la «propuesta era poco recomendable», dijo, mientras indicó y que «Irigoyen decía que Codere no era recomendable» por ciertos temas judiciales.


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