El Neuquén que desaparece de los seis pueblos fantasma

Son los asentamientos que en el siglo pasado no llegaron a consolidarse ya sea porque fueron villas temporarias o porque una tragedia los dejó sumidos en el manto del olvido. También influyeron decisiones políticas.

La historia del último siglo en Neuquén tiene un capítulo que apunta a la desaparición de pueblos. Se extinguieron y dejaron huellas precarias algunos y extremadamente modernas otros.

Son un espejo de lo que puede ocurrir con los emprendimientos de enclave que no prevén la continuidad o cuando le sacan el soporte vital como Bajada del Agrio que no quiere verse reflejada en estos seis pueblos.

1: Auca Mahuida

Los familiares de quienes trabajaron en la mina de carbón que abastecía, vía camión, las locomotoras del ferrocarril desde Barda del Medio, reflotaron el recuerdo de Auca Mahuida. Nunca fue fundado en forma oficial y tenía construcciones precarias que aprovechaban las bardas.

Sus habitantes trabajaban en la mina La Escondida hasta que el 28 de agosto de 1947, un turno completo quedó bajo tierra (15 obreros) por una fuerte explosión seguida de incendio.

2: San Eduardo

“San Eduardo, volver en la memoria”, es un libro escrito por los investigadores Carlos Lator, Cecilia Arias, Marta Cabrera, María Cristina Barañano y María Teresa Alarcón. Rescata testimonios de quienes vivieron en el pueblo de San Eduardo entre Balsa Huitrín y Curaco.

El 29 de marzo de 1951 hubo una explosión que dejó seis víctimas fatales y numerosos heridos. Fue el principio del fin. De los miles de pobladores poco a poco no quedó nadie. Una buena parte de sus trabajadores fueron a buscar un nuevo horizonte a Río Turbio, Santa Cruz.

3: Villa Alicurá

Un cuadriculado de unas 50 manzanas en una península del río Limay, en cercanías de la represa de Alicurá, a unos 100 kilómetros de Bariloche, puede aún observarse desde un improvisado mirador en la ruta Nacional 237. Fue construido para albergar a los empleados de la presa en el esplendor de Hidronor, Hidroeléctrica Norpatagónica. En 1985 se inauguró la presa y comenzó el lento despoblamiento de la villa. Se encuentra hoy dentro de una estancia privada lo que impide el acceso de visitantes y por lo tanto que se ejerza vandalismo en sus calles y viviendas.

4: Fili Dei

Su nombre quedó manchado por la denuncia de abusos que se cometieron en una escuela hogar que funcionó en uno de los edificios que habían quedado abandonados en este sitio ubicado a unos 10 kilómetros al sur del casco urbano de Cutral Co.

El abandono lo hizo una empresa petrolera que desembarcó en la zona en la época de Arturo Frondizi cuando se firmaron los contratos petroleros que abrieron la puerta al capital privado. Las construcciones, a diferencia de otras villas de trabajadores, eran de material tradicional. La llegada de Arturo Illia a la presidencia con el apoyo del MPN rompió esos contratos y la empresa abandonó el pueblo.

Quienes vivieron allí se reúnen en forma habitual para compartir experiencias y recuerdos.

5: Challacó

Fue una próspera comunidad a la vera de la estación del tren y la parada previa a Plaza Huincul. El agua llegaba en el tren, la gente llegaba en tren, todo llegaba así. La ruta, de ripio, corría en forma paralela pero, como una maldición histórica, la olla de agua -por eso se llama así- se llenaba con los escurrimientos de la cuenca desde Cerro Bandera al oeste. La ruta se asfaltó y se corrió un par de kilómetros al norte y el tren siguió hasta Zapala. En la década del 40 se construyeron pabellones para albergar a trabajadores petroleros que, luego, también fueron abandonados y sirvieron como base de la facultad de Ingeniería con la creación de la Universidad Provincial del Neuquén, luego nacionalizada.

En este pueblo se escribió parte de la historia de lo que después fue la Universidad del Comahue. Allí se desarrolló una suerte de revuelta estudiantil que frenó el ferrocarril con un cartel que aún hoy se puede leer: “nacionalización sin demagogia”, que pedía la nacionalización de la universidad.

6: Villa Rincón Chico

Fue la última villa temporaria que se construyó para albergar a los obreros que construyeron la represa Piedra del Águila. Estuvo a unos 14 kilómetros de la Ruta 237 y albergó a unas 10.000 personas.

Las viviendas fueron industrializadas y estaban estratificadas, inclusive con la marca de fábrica, para quienes tenían cargos altos, medios y personal operativo.

Rincón Chico a diferencia de su vecina Piedra del Águila se abastecía de agua del río Limay y tenía todos los servicios subterráneos y calles asfaltadas. Las ruinas de los conductos aún se pueden observar así como también el centro cívico donde tenía epicentro la vida social de la villa con un centro comercial y dos escuelas, una privada y otra secundaria.

El futuro

La organización no gubernamental Responde había reunido intenciones para evitar la desaparición de pueblos en la zona pampeana que quedaban deshabitados por éxodo de jóvenes o porque el ferrocarril dejó de servir al transporte de pasajeros.

Entre sus preceptos había indicado que los que corrían riesgo eran los de menos de 2.000 habitantes. En la provincia de Neuquén ubicó a Charra Ruca y Los Chihuidos. El primero se ubica en cercanías de Huinganco en el norte de la provincia y el segundo en el departamento Añelo al que se accede por tierra mediante el cruce de varias locaciones petroleras.

Uno en la montaña y el otro en la meseta. Ambos ofician de sitios donde crianceros y productores agrarios buscan abastecerse de servicios y mercaderías.

En ambos, el gobierno de Neuquén tiene presencia para evitar que se despueblen.

La Constitución de Neuquén establece que se pueden crear comisiones de fomento a las concentraciones poblacionales de más de 500 habitantes.

Hasta 1.500 se declaran municipios de 3°, hasta 5.000 de 2° y más de ese número de 1°.

Hay 30 pueblos que tienen menos de 1.000 habitantes según el censo 2010 y de ellos un grupo de tres tiene menos de 200.

La actual gestión de gobierno creó un área específica que entiende en los temas que afectan a este grupo de población mediante la secretaría de coordinación del interior que facilita la llegada del Estado.

Los que no quieren

verse en el espejo

Santo Tomás está al sur de Piedra del Águila y tuvo su esplendor en la década del 80 cuando el Estado puso en marcha una planta de embotellado de agua mineral. Después de privatizarla cerró.

Bajada del Agrio es un valle del río Agrio con un microclima especial para la producción agrícola pero la relocalización de la ruta nacional 40 lo dejó fuera de la circulación y con accesos de ripio no mantenidos.

El Sauce tiene su fundamento económico en la producción de verduras con agua del arroyo Picún Leufú que, al nacer en el cordón del Chachil, se seca durante el verano.

Los más chicos

El cierre de los ferrocarriles, el mal trazado de las vías de comunicación entre los pueblos y la tecnificación del campo fueron los elementos que explicaron el éxodo de los pueblos”

Leandro Vesco, presidente de la ONG Pulperías, en declaraciones a la BBC.

Datos

17
de las 30 localidades que tienen menos de mil habitantes son los que no llegan a los 500 según el último censo.
3
pueblos tienen futuro en la forestación y el turismo: Huinganco, Traful y Caviahue.
119
habitantes tiene Pilo Lil y es el centro poblacional más chico que tiene la provincia en la que se contaron 542.370 habitantes.

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