Repsol-YPF rescinde contratos a empresas de Cutral Co

NEUQUEN .- Ochocientos trabajadores de cuatro empresas de servicios petroleros de Cutral Co y Plaza Huincul vinculadas con Repsol-YPF quedan sin empleo porque la compañía española decidió rescindir los contratos con las firmas locales y transferírselos a su subsidiaria Astra.

Se trata de pequeñas empresas surgidas tras la privatización de YPF en 1992 que se constituyeron en contratistas y se nuclearon en la Cámara de Empresas para la Industria Petrolera y Afines -Ceipa-. En total en esa zona iniciaron su actividad unas 36 pymes de las cuales permanecen en actividad 26 con un total de 1.600 empleos en forma directa.

Ayer el ministro de Planificación, José Brillo, viajó a Buenos Aires para entrevistarse hoy con el presidente de Astra, José María Ranero Díaz, y buscar una solución a la cuestión.

El presidente de la Federación de Entidades Empresarias Neuquinas, Juan Carlos Helou, manifestó su profundo desagrado por la decisión de Repsol-YPF «que aumentará la desocupación en Cutral Co, donde ya hay siete mil desempleados».

El presidente de Ceipa, Horacio Mella, dijo que la compañía petrolera anunció la no renovación del contrato que afecta a cuatro empresas constituidas «tras el desguace de YPF».

La cámara se declaró en «sesión permanente» hasta que el lunes se entrevisten con Brillo en esta capital para discutir sobre los resultados de su reunión con Ranero Díaz.

En conjunto, las empresas tienen una deuda -entre capital de trabajo e intereses- de ocho millones de pesos, pero «nunca accedimos a ninguno de los créditos que, por 35 millones de pesos, llegaron a Cutral Co y Plaza Huincul».

Aunque la entidad agrupa a 26 empresas, en la zona opera un total de 40 emprendimientos si se suman los provenientes de Mendoza, Salta y Comodoro Rivadavia.

Mella dijo que la baja de los contratos pondrá en riesgo la estabilidad laboral de los 1.600 empleos directos, porque al término «no se renovarán».

A finales de diciembre pasado, el gobernador Jorge Sobisch envió una carta a Ranero Díaz por la vigencia de los contratos y sobre la base de «rumores y versiones alarmistas».

En la oportunidad, Sobisch aludió a su programa de reforma de la administración pública y sugirió constituir un «grupo de trabajo» para analizar y coordinar la mejora de la situación de las empresas para «descomprimir la situación» de incertidumbre y definir «la extensión de los contratos»; diagnóstico de la situación operativa y apoyo de gerenciamiento calificado.

Sobisch designó a Brillo como interlocutor, y añadió la necesidad de instrumentar acciones de salvataje desde el Banco de la Provincia, la DGI y los proveedores. Se refirió también a la «vital importancia» que reporta para el gobierno «recuperar, consolidar y fortalecer» las distintas actividades que lleva a cabo el sector privado.

Helou recordó que la FEEN fue una de las entidades empresarias que apoyó las reivindicaciones de la comunidad petrolera durante las puebladas y que la Ceipa forma parte de la entidad.

Los conflictos de Ceipa con YPF se reproducen crónicamente, y ya en enero de 1998 el entonces gobernador Felipe Sapag negoció con el presidente de la petrolera, Roberto Monti la renovación de contratos con esas empresas.

Las compañías de servicios petroleros se formaron en 1992 cuando el gobierno de Carlos Menem decidió impulsar la política de desregulación y privatización de empresas públicas.

El negocio petrolero, manejado hasta entonces por un monopolio estatal a través de YPF, cambió la fisonomía de las localidades de Cutral Co y Plaza Huincul. En ese proceso, de 45 mil empleados que tenía YPF, quedaron sólo cinco mil en la empresa privatizada.

Los despidos en la comarca petrolera se tradujeron en algunos emprendimientos que mantuvieron su relación contractual con la empresa proporcionándole algunos servicios de exploración y explotación.

Del número original de más de 35 emprendimientos, quedaron sólo los 26 que hay actualmente en la zona. Son empresas pequeñas que ahora están intentando reconvertirse.