Restringen ingreso de colectivos en el microcentro de Bariloche

El lunes, el intendente Icare firmó la nueva disposición para el transporte que prohíbe el ingreso de colectivos con turismo estudiantil, convencional y receptivo en las calles Mitre y Moreno y limita la circulación de los mismos en las demás

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El intendente local, Alberto Icare, formalizó las restricciones que regirán la circulación de micros turísticos de gran porte dentro del microcentro, medida que anticipó semanas atrás.

La resolución, conocida ayer, prohíbe el ingreso de micros con turismo estudiantil, convencional y receptivo en las calles Mitre y Moreno y limita la circulación en las demás arterias de la franja céntrica comprendidas entre el derivador del km 1 (Monolito) en el oeste y la diagonal Capraro en el este.

Las restricciones rigen para los vehículos de 2, 3 y 4 ejes con algunas variantes ya que las unidades de mayor porte deberán realizar el trasbordo de pasajeros a combis, minibuses, taxis y remises en la Terminal «indefectiblemente».

La resolución, firmada por Icare el lunes, se propone dar cumplimiento a la ordenanza 506 sancionada en 1990 para regular el tamaño de los micros que podían ingresar a la ciudad pero que nunca fue puesta en práctica.

En el segmento de turismo estudiantil se establecen tres alternativas: dos en torno al playón de estacionamiento de la costanera -ubicado en J.M. de Rosas- donde se realizará el descenso de los pasajeros que deberán trasladarse a pie hasta sus hoteles.

Y la tercera opción, destinada a los grupos que se hospeden sobre las calles Moreno, Elflein y Gallardo, permite a las unidades ingresar a la ciudad por 12 de Octubre, tomar por San Martín y doblar por Morfales para

acceder a Elflein donde podrán detenerse en lugares preestablecidos.

En todos los casos el descenso de pasajeros deberá realizarse con el chofer al volante, el motor apagado y un tiempo de permanencia máxima de 20 minutos.

 

Turismo convencional

Para el turismo convencional rige la obligación de realizar el trasbordo en la Terminal de Omnibus y sólo se contempla el ingreso con la unidades en casos excepcionales que deberán ser autorizados por personal municipal responsable.

La autorización no será un permiso de libre circulación ya que los micros deberán realizar circuitos similares a los previstos para el turismo estudiantil y sólo las unidades de dos ejes podrán utilizar el corredor vial de V.Alte O'Connor para realizar el ascenso y descenso de pasajeros.

La resolución permite en cambio la circulación y detención en lugares autorizados de las calles transversales a Mitre: Quaglia, Rolando y Palacios y Frey.

Esta última previsión, que regirá para los micros de dos ejes que transporten turismo receptivo no estudiantil, implicará el ingreso de unidades en las calles Mitre y Moreno inevitablemente.

Como ya se apuntó en varias oportunidades, el tránsito en Bariloche tiene muchas complicaciones y son muchos los vecinos que se quejan por las dificultades que presenta sobre todo cuando la ciudad está colmada.

Cifras muy diferentes

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La administración comunal carece de estadísticas ciertas que le permitan orientar las acciones de gobierno y la planificación de un futuro que ya se percibe complejo de seguir el actual rumbo.

El tránsito no es ajeno a esta realidad y el auspicioso plan de ordenamiento iniciado por el gobierno el año pasado podría naufragar si sus responsables siguen manejando datos estadísticos endebles con criterios mediáticos.

La semana pasada, más precisamente el lunes 9, el director del área Carlos Catini le aseguró a «Río Negro» en nota –grabada– que desde su asunción la municipalidad realiza entre 900 y 1.000 actas de infracciones por mes contra un registro histórico de 90 actas mensuales.

Ayer el mismo funcionario –mentor del plan de reordenamiento– salió en una nota de un matutino local sosteniendo que «la municipalidad viene desarrollando en el último tiempo un promedio de 2.000 (actas de) infracciones de tránsito por mes» número al que consideró muy alto.

Sin descartar un error de interpretación, la significativa diferencia entre los datos suministrados a la prensa en tan corto lapso de tiempo obliga a revisar la seriedad y consistencia de los relevamientos que utiliza el municipio.


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