Ríos de tinta para entender
Los 60, los 70. “Días intensos que plagaron de intenso a años intensos en un mundo que acumulaba intensos”, dice Jacques Derrida. Un lapso que –como lo señala Beatriz Sarlo en uno de sus más seductores libros, “Tiempo pasado”– tuvo un “tono de época” muy propio. Un clima que “no se definía sólo por afinidades pragmáticas o por identificaciones afectivas. Las ideologías, lejos de declinar, aparecían como sistemas fuertes que organizaban experienciasy subjetividades”.Y de ahí al todo o nada, sin más. La vida jugadasin demora. Y la muerte aceptando la partida. Idolatrada. Por unos, por otros. El odio atizado.
Se escribe y escribe sobre aquellos tiempos de tanto extremo. Un recorrido historiográfico que a juzgar por el escritor y periodista Héctor Pavón –publicado en “Lucha Armada en la Argentina”– “tuvo una primera época de acercamiento, elaboración e interpretación periodística que tuvo el ritmo de lo emocional, de lo impredecible, de lo urgente. La dictadura estaba sin enterrar aún y ya había máquinas de escribir que humeaban por la velocidad de las líneas que dibujaban en un papel que no admitía correcciones y marchaba directamente a la imprenta. Tal es el caso del impactante ‘Recuerdo de la muerte’ de Miguel Bonasso, el primer libro que contó el horror, el espanto de lo que se vivió en la ESMA durante la dictadura”.
Y acota: “Aun cuando la mirada periodística sobre la década del setenta no ha finalizado, la historia se vuelca a analizar metodológicamente los hechos que hicieron de ese momento un punto de inflexión en el devenir de nuestro país. Todavía faltan piezas en el rompecabezas de la Argentina inconclusa, golpeada, acribillada, cuyas heridas no logran cicatrizar”.
Y la Feria del Libro vuelve por estos días a ser expresión de la seducción que despliega aquel tiempo de inflexión –parafraseando a Pavón– que fue para los argentinos la violencia política.
Más de 150 nuevos títulos sobre el tema se han sumado en los dos últimos años a la bibliografía ya existente sobre el tema. Un inmenso esfuerzo que en materia de calidad, sí, es muy desigual. En esta materia hay de todo en la viña de la Feria. ¿Cómo reflexionar sobre la oferta? Veamos.
• Hay autores que desde lo que quizá deba definirse como requerimiento académico muy estricto siguen siendo casi excluyentes para desentrañar en profundidad lo sucedido: Beatriz Sarlo, Hugo Vezzetti y, en proximidades de ellos, Pilar Calveiro.
• La Feria volvió a plasmar el inmenso esfuerzo que se realiza en el interior del país por desentrañar lo sucedido en esos espacios en los años de plomo. Esfuerzos particulares e institucionales. Córdoba y Santa Fe hacen punta en este tema. “La búsqueda. Una entrevista con Charlie Moore” (exmiembro del ERP que, detenido, defeccionó y colaboró con la temible DD2 de la policía cordobesa y que hoy vive en Gran Bretaña) es un trabajo impecable para desentrañar lo sucedido en esa provincia. Moore fue entrevistado por Miguel Robles, un oficial de esa policía cuyo padre –subcomisario– fue uno de los 22 efectivos de la entidad asesinados por la propia fuerza en el marco de los intereses que se cruzaban en la represión.
• Hay editoriales –Siglo XXI, por caso– con colecciones, si no exclusivamente direccionadas a la violencia, que se ocupan con intensidad del tema. Es el caso de la colección “Historia y cultura: el pasado presente”, que dirige José Luis Romero. A los trabajos de Sarlo, Vezzetti y Calveiro se integran, entre otros, investigaciones elaboradas con definido rigor. Una: “73/76. El gobierno peronista contra las ‘provincias montoneras’”, de Alicia Servetto. Otra: “Los combatientes. Historia del PRT-ERP”, de Vera Carnovale, que junto a “Sangre en el monte”, de Daniel Gutman (Sudamericana), se elevaban como los más sesudos trabajos sobre el surgimiento y la derrota de Mario Santucho y su hueste.
• La Feria mostró, además, docenas de trabajos que bien podrían encuadrarse como “iniciáticos”. En otros términos: libros que desbrozan el camino para entender capítulos muy intensos de aquel tiempo de violencia, pero no para cerrarlos. Libros que abren huella. No aspiran a lo absoluto. Apuntan a retomar esa huella. En este marco, entre otros, figuran el de Alejandra Vignollés “Doble condena” (Sudamericana), la historia de Roberto Quieto, “secuestrado por los militares y acusado de traición por los montoneros”; “Elena Holmberg. La mujer que sabía demasiado. El crimen que desnuda la interna de la dictadura militar”, investigación de Andrea Basconi, y “La era de los culatas. La derecha peronista y el patoterismo sindical”, del periodista Jorge Zicolillo (Vergara), el primer trabajo que, aun restando mucho por investigar, organiza ideas alrededor de la gravitación que tuvo en la violencia que impregnó a la costa atlántica bonaerense el grupo de extrema derecha nacido en la Plata: Concentración Nacional Universitaria.
• La feria evidenció, además, el interés que generan las investigaciones del Ceferino Reato; la última de ellas “Disposición Final. La confesión de Videla sobre los desaparecidos”. También los de “Tata” Yofre. Un autor y otro siguen generando disgusto en la izquierda y debates en otros planos del interés por aquellos años.
• También se ha probado en esta edición de la Feria del Libro que a la hora de investigar Montoneros reúne más interés que el ERP y otros grupos armados. En relación con estos últimos sigue pasando desapercibido un libro minuciosamente trabajado: “La guerrilla invisible. Historia de las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL)”, de Ariel Hendler. Pero marcha hacia su segunda edición “Largo adiós de los Montoneros. De las sombras de los setenta al presente kirchnerista”, de Alejandro Tarruella, y ya entraron en polémica las nuevas memorias de un testigo de primer rango en aquel tiempo de tanta furia: “Montoneros”, de Cirilo Perdía. Un libro que emerge marcado por ausencia de autocrítica, por un lado. Y por otro, disimulos, esquive de responsabilidades. Como para el asesinato de José Rucci.
Pero, volviendo a Héctor Pavón, vale lo de Maurice Blanchot: escribir para no morir. Al menos para no morir sin saber qué nos pasó en aquellos fieros 60/70.
Carlos torrengo
carlostorrengo@hotmail.com
(Continúa en la página 26)
Se escribe y escribe sobre aquellos tiempos de tanto extremo. Un recorrido historiográfico que a juzgar por el escritor y periodista Héctor Pavón –publicado en “Lucha Armada en la Argentina”– “tuvo una primera época de acercamiento, elaboración e interpretación periodística que tuvo el ritmo de lo emocional, de lo impredecible, de lo urgente. La dictadura estaba sin enterrar aún y ya había máquinas de escribir que humeaban por la velocidad de las líneas que dibujaban en un papel que no admitía correcciones y marchaba directamente a la imprenta. Tal es el caso del impactante ‘Recuerdo de la muerte’ de Miguel Bonasso, el primer libro que contó el horror, el espanto de lo que se vivió en la ESMA durante la dictadura”.
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